jueves, 17 de noviembre de 2016

Protagonismo transformador y participación activa



La primera semana de noviembre por iniciativa del Papa Francisco, en el Vaticano se desarrolló el dialogo entre él y los movimientos sociales vinculados a la lucha por el trabajo, tierra y techo. La idea fue dar protagonismo y estimular a los trabajadores y ciudadanos de los sectores populares que se organizan con la esperanza y necesidad de cambios para mejorar las condiciones de vida.
El Papa manifestó que la responsabilidad de ese cambio es de los propios movimientos populares, enfatizando que si no hay un protagonismo transformador y una participación activa en la vida pública y política, se corre el riesgo de que los sectores más pobres se dejen “oprimir y corromper”, por los grupos de poder y sus aliados.
Es clarísima la posición papal respecto de la opresión, por eso los exhorta a no caer en la tentación del paternalismo que reduce a los movimientos y dirigentes populares a actores serviles que se prestan para administrar su propia miseria. Recalcó que particularmente en tiempos de elecciones aparecen los falsos profetas desorientando a los sectores populares a través de propuestas mágicas y explotando el miedo y la desesperanza, en estos tiempos venden recetas inesperadas llenas de odio y crueldad o de un bienestar egoísta.
Ustedes, “las organizaciones de los excluidos y tantas organizaciones de otros sectores de la sociedad, están llamados a revitalizar, a refundar las democracias que pasan por una verdadera crisis. El futuro de la humanidad no está únicamente en manos de los grandes dirigentes, las grandes potencias y las elites. Está fundamentalmente en manos de los pueblos, en su capacidad de organizarse, y también en sus manos que riegan con humildad y convicción este proceso de cambio”, dijo el Papa.
Frente a la corrupción y a la posibilidad de dejarse corromper, el Papa recordó que no es exclusiva de los gobiernos, de los políticos, de los burócratas. La corrupción está presente en las empresas, en los medios de comunicación, en las iglesias y también en las organizaciones sociales y en los movimientos populares. Convencido de esto en todos los sectores, el Papá, parafraseando a José Mujica, expreso “el que tenga afición por todas esas cosas, por favor, que no se meta en política, que no se meta en una organización social o en un movimiento popular, porque va a hacer mucho daño a sí mismo y al prójimo, y va a manchar la noble causa que enarbola”.

viernes, 11 de noviembre de 2016

Donald Trump o Hillary Clinton, da lo mismo


Las empresas encuestadoras daban un considerable margen de ganancia a la señora Hillary Clinton para la elección presidencial en EE UU. Hoy sabemos que las tendencias publicadas fallaron, fallos que son más sorprendentes que el propio triunfo del empresario Donald Trump.
El periodismo mundial da a conocer de una serie de preocupaciones y consecuencias del referido triunfo, más quizá por las declaraciones neo nazis que por la demagogia populista con la que se dirigió a la clase media norteamericana y a los migrantes. Ahora los responsables de las encuestas se escudan en que estas eran proyecciones y que la decisión final la tomó el pueblo estadounidense.
Sabiendo que EE UU es el eje motor del imperialismo económico e invasor de los pueblos en desarrollo o de aquellos que se atreven a ensayar modelos progresistas, cabe recordar o preguntarnos si alguna vez la política de los presidentes demócratas y republicanos contribuyó a mejorar las condiciones de vida de los millones de ciudadanos de todo el mundo que creen que otro mundo es posible. Indudablemente la respuesta es no. Por el contrario, cada elección o relección presidencial en la Casa Blanca, empeoró la situación para los países pobres del mundo.
Si hacemos referencia a la política internacional de los presidentes demócratas Carter, Clinton y Obama, diremos que ha sido menos cruel e intervencionista que la de los presidentes republicanos Reagan y los Bush y con seguridad la de Trump será más de una tendencia imperialista cercana al terrorismo. Además unos y otros siempre han encontrado pretextos para inventar por ejemplo la tenencia de armas nucleares en Irak y Corea, abuso de derechos humanos en Afganistán o Ucrania, la primavera árabe en la órbita sur del Mediterráneo, o para transformar los golpes militares en golpes blandos y derrocar a los gobiernos que no se alinean con el Tío Sam.
Lo cierto es que en el país de las “libertades y oportunidades” no gobiernan ni republicanos ni demócratas. Los que realmente gobiernan, son el Pentágono con su complejo militar e industrial junto a las empresas productoras de armamento. Por eso es que el triunfo de la oligarquía internacional liderada por Donald Trump y sus repugnantes declaraciones preocupan más a los países pobres que temen se avecine un periodo autoritario, guerrerista y de economía neoliberal que agravaría aún más las precarias condiciones de vida de los sectores populares.

viernes, 4 de noviembre de 2016

5 de noviembre, Día del Artesano



El sector artesanal quizá el menos atendido por los gobiernos de turno, a pesar de que ellos se constituyen en los auténticos héroes y artistas que con su trabajo aportan al desarrollo social y económico del país, así como a la conservación de nuestra cultura y prácticas ancestrales.
El artesano ecuatoriano ha demostrado gran maestría y creatividad a sus obras, por medio de sus hábiles manos mantienen vivas nuestras tradiciones culturales, además de proveerse un ingreso económico para sus hogares. Lamentablemente la artesanía tiene que competir con el desarrollo tecnológico que ha industrializado muchos de los objetos que los artesanos confeccionan manualmente. Este mal se alivia en algo, con el valor que dan ciertas personas que aún prefieren tener objetos únicos, elaborados a mano, de forma artística y no de los manufacturados en fábricas, cuya producción mecánica y por volumen les otorga uniformidad, quitándolos esa particularidad y belleza única que les proporciona la elaboración artesanal.
La mayoría de las poblaciones del Ecuador cuenta con artesanos que han aprendido su oficio de generación en generación que transmiten sus prácticas y el conocimiento de los valores y costumbres culturales, a través de sus obras. Para que no se pierdan estas tradiciones y nuestra propia cultura, el Presidente Alfaro fundó la Escuela de Artes y Oficios en la ciudad de Quito, escuela que sirvió de base para la posterior creación de los Centros Artesanales, los mismos que la revolución ciudadana los desapareció, privando a buena parte de la población de los sectores populares la posibilidad de obtener una profesión de corto plazo, que les permita insertarse al trabajo y gozar del derecho a una vida digna y de pleno de reconocimiento que la Constitución denomina buen vivir.
No olvidemos que nuestros aborígenes utilizaban el barro, la piedra, la madera y una gran variedad materiales para elaborar utensilios de uso doméstico y ceremonial, las cuales reflejaban las costumbres y tradiciones de la época y las heredadas de la cultura española.
A lo largo de la historia los artesanos han sido protagonistas de las grandes gestas nacionales, han luchado por los derechos populares, sociales y económicos, con su lucha arrancaron al Congreso Nacional en 1953 la Ley de Defensa del Artesano. Una de sus gestas, está plasmada en la novela “Las cruces sobre el agua” de Joaquín Gallegos Lara, en la que se narra la matanza de obreros y artesanos el 15 de noviembre de 1922 en la ciudad de Guayaquil.
El gobierno actual lejos de ofrecer un reconocimiento al aporte de la artesanía a la herencia cultural de la sociedad ecuatoriana, elimina la mencionada ley sin responsabilizarse de fortalecer el sector artesanal y proteger este patrimonio.