viernes, 4 de noviembre de 2016

5 de noviembre, Día del Artesano



El sector artesanal quizá el menos atendido por los gobiernos de turno, a pesar de que ellos se constituyen en los auténticos héroes y artistas que con su trabajo aportan al desarrollo social y económico del país, así como a la conservación de nuestra cultura y prácticas ancestrales.
El artesano ecuatoriano ha demostrado gran maestría y creatividad a sus obras, por medio de sus hábiles manos mantienen vivas nuestras tradiciones culturales, además de proveerse un ingreso económico para sus hogares. Lamentablemente la artesanía tiene que competir con el desarrollo tecnológico que ha industrializado muchos de los objetos que los artesanos confeccionan manualmente. Este mal se alivia en algo, con el valor que dan ciertas personas que aún prefieren tener objetos únicos, elaborados a mano, de forma artística y no de los manufacturados en fábricas, cuya producción mecánica y por volumen les otorga uniformidad, quitándolos esa particularidad y belleza única que les proporciona la elaboración artesanal.
La mayoría de las poblaciones del Ecuador cuenta con artesanos que han aprendido su oficio de generación en generación que transmiten sus prácticas y el conocimiento de los valores y costumbres culturales, a través de sus obras. Para que no se pierdan estas tradiciones y nuestra propia cultura, el Presidente Alfaro fundó la Escuela de Artes y Oficios en la ciudad de Quito, escuela que sirvió de base para la posterior creación de los Centros Artesanales, los mismos que la revolución ciudadana los desapareció, privando a buena parte de la población de los sectores populares la posibilidad de obtener una profesión de corto plazo, que les permita insertarse al trabajo y gozar del derecho a una vida digna y de pleno de reconocimiento que la Constitución denomina buen vivir.
No olvidemos que nuestros aborígenes utilizaban el barro, la piedra, la madera y una gran variedad materiales para elaborar utensilios de uso doméstico y ceremonial, las cuales reflejaban las costumbres y tradiciones de la época y las heredadas de la cultura española.
A lo largo de la historia los artesanos han sido protagonistas de las grandes gestas nacionales, han luchado por los derechos populares, sociales y económicos, con su lucha arrancaron al Congreso Nacional en 1953 la Ley de Defensa del Artesano. Una de sus gestas, está plasmada en la novela “Las cruces sobre el agua” de Joaquín Gallegos Lara, en la que se narra la matanza de obreros y artesanos el 15 de noviembre de 1922 en la ciudad de Guayaquil.
El gobierno actual lejos de ofrecer un reconocimiento al aporte de la artesanía a la herencia cultural de la sociedad ecuatoriana, elimina la mencionada ley sin responsabilizarse de fortalecer el sector artesanal y proteger este patrimonio.