martes, 8 de octubre de 2013

Gratitud y felicitación a los maestros y maestras por su jubilación


    Cuando oímos que las personas llegan a la “tercera edad”; suponemos que han pasado por la primera edad, la del crecimiento, de la educación, de la formación; y por la segunda edad, la del tiempo laboral, de la vida profesional, de los proyectos de vida, de las metas, etc.
    Se ha aceptado que la “tercera edad” se inicia a los 65 años, fecha aproximada del cese laboral o de jubilación, esta etapa de la vida que para algunos puede significar un merecido descanso, para otros, lejos de ser jubilosa suele estar llena de adversidades propias de la improvisación personal y de los gobiernos.
    Para los y las jubilados del magisterio ecuatoriano es latente la preocupación de que siendo un derecho de los docentes, se haya llamado a inscripción voluntaria, más grave aún, es que se haya transgredido el Art. 288 de la LOSEP que: 
establece que en caso de que la o el servidor público se encuentre entre los 60 años y menos de 70 años, la compensación económica se cancelará el 50% en bonos del Estado y el 50% restante en efectivo, si no existiere disponibilidad presupuestaria suficiente, caso contrario se pagará hasta el 100% en efectivo”. 
Sin embargo el pasado 2 de septiembre se publica una resolución en la que se asigna pagar con bonos hasta el 100%, bonos que podrán cobrarse después de 5 o 10 años, por lo que resultan en la práctica muy difíciles de vender en el mercado, lo que constituye un engaño para los maestros. Y a pesar de esto, muchos docentes han decidido dejar las aulas y acogerse a esta disposición.
    Es a ellos y ellas a quienes van dirigidas estas líneas. Un colega me decía hace poco, que profesores son los que comparten enseñanzas y experiencias en las aulas mientras que maestros son los que dejan huella”. Por eso convencido de que la han dejado, me referiré a ellos como los maestros y maestras cuya trayectoria vital la dedicaron más a la educación que a la enseñanza y a luchar por una sociedad más justa.
    Ustedes han sido protagonistas de los intentos de los gobiernos de turno por cambiar la enseñanza a través de la dotación de material didáctico, libros, colaciones, becas a los “buenos estudiantes”, eliminación de pagos por matricula, mejoramiento de la infraestructura; aunque se tiene pendiente una verdadera reforma educativa liberadora, que responda a los intereses nacionales, sin embargo y a pesar de los importantes cambios sociales y políticos y aceptando “que se avanza con firmeza hacia una revolución educativa”; cabe preguntarse y reflexionar ¿por qué no se avanza al mismo ritmo en la práctica de valores en la familia, en la escuela, en la sociedad, en el gobierno…?
    Sin duda ustedes al igual que quienes creemos más en la educación que en la enseñanza, añoramos la práctica de valores, esa práctica que de forma imperecedera durante el trajinar por las escuelas en las más recónditas poblaciones, unía afectuosamente a maestros, estudiantes, padres y madres de familia y a la propia comunidad.
    Ustedes ya han cumplido con su tarea, aspiro que la jubilación sea el merecido descanso después de tantos años en las aulas, que el tiempo ahora puedan dedicarlo a sus seres queridos y a lo que la actividad cotidiana les impidió realizar. Imagino que no podrán evitar los recuerdos, aunque la memoria es caprichosa, espero transiten por su mente sólo los acontecimientos más gratificantes.
    Los que aún continuamos la tarea emancipadora por medio de la educación, con el ejemplo de Eugenio Espejo, Simón Bolívar, Juan Montalvo, Eloy Alfaro, Benjamin Carrión… tenemos que dejar de ser vacilantes y recobrar la confianza en nosotros mismos, en nuestras convicciones para vinculados con los estudiantes y la sociedad, proponerles que “otro mundo es posible”.     Que es hora de dejar el miedo y forjar la unidad magisterial y popular, que más allá de la lucha partidista está el compromiso político, el compromiso social, es decir educar y luchar por la construcción de una sociedad más equitativa y digna.
    En fin, maestros y maestras, mi eterna gratitud por su ejemplo y felicitación por la jubilación.

martes, 3 de septiembre de 2013

“Los jóvenes que escogen el reclamo en las calles, están condenados al fracaso social..."



A propósito del inicio del año escolar sostuve un dialogo pedagógico con los profesores del Bernardo Valdivieso, surgió la inquietud del porqué se planifican “destrezas con criterios de desempeño” y no lo que dispone el artículo 27 de la Constitución de la República: “…el desarrollo de competencias y capacidades para crear y trabajar”…. Al reflexionar sobre la lógica subyacente a la educación que promueve el desarrollo de las “destrezas con criterios de desempeño” o de “competencias” que en la práctica es lo mismo, recordé que durante la pasada campaña electoral el candidato presidencial…. manifestaba: "¡Que se sepa, sacar buenas calificaciones no garantiza que al terminar sus estudios el graduado tenga un trabajo asegurado!", que lo importante “es la actitud y el emprendimiento”.
Nadie puede dudar que en la realidad capitalista así sea. Está implícito en esta declaración que para las empresas, lo importante no son los conocimientos adquiridos, sino las actitudes del trabajador. Esto es evidente, cuando la empresa privada requiere llenar vacantes, somete a los aspirantes a una evaluación no tanto de sus competencias laborales sino a cuestionarios que valoran sus comportamientos frente a diferentes situaciones emocionales críticas, como el autocontrol, independencia, agresividad, dinamismo, liderazgo, así como prioridades y motivaciones; es decir, les interesa más averiguar las denominadas “competencias no cognitivas o emocionales".
Está “Claro”, la educación por “competencias y capacidades para crear y trabajar” o las “destrezas con criterios de desempeño” nace desde el seno del sector empresarial y es impulsada por los organismos que rigen el sistema capitalista internacional como el Banco Mundial, en función de aumentar la "eficiencia" y "productividad" de los trabajadores especialmente en tiempos de crisis del sistema, o sea, aumentar al explotación del trabajo.
Alguien puede cuestionarme: ¿Acaso es malo evaluar los valores y las actitudes?. No, no es malo. Por el contrario, la educación en valores siempre ha sido parte del proceso educativo. El asunto es, que a los empresarios capitalistas, las competencias, los valores y actitudes que desean promover están en función de los procesos de producción y del sometimiento dócil a la voluntad del empresariado, es decir no les interesa que el estudiante desarrolle su capacidad crítica; y aunque se habla de promoverlas, en realidad se condena el reclamo social y la protesta cívica por los derechos, de la cual los estudiantes y los trabajadores de todas las generaciones han sido los gestores de la lucha por la independencia y la soberanía nacional.
El Ministerio de Educación por más de tres décadas, incluidos los actuales tecnócratas, aún no pueden delinear un proyecto educativo nacional, que sea “garantía de la igualdad e inclusión social y condición indispensable para el buen vivir”, lo que sí han hecho es, caer en la trampa neoliberal e incluir la asignatura de “emprendimiento” promovida por el ex candidato presidencial de los empresarios neoliberales…, para quienes, no interesa tanto el aprendizaje de conocimientos técnicos o profesionales, sino las actitudes. Interesa más que el estudiante sepa inglés y manejar una computadora que la historia patria. Por eso, la empresa privada lo que pide a la escuela, es que le forme jóvenes dóciles y capaces de afrontar situaciones críticas pero sin rebelarse.
Juan Planells, periodista chileno, en “Educando para el fracaso(www.educar.ch/noticias/taller.html) señala que "Los encargados de personal de las empresas deben explicarle a los educadores que por encima de tener puntuaciones excelentes en matemáticas y lengua, un joven que no pueda sustentar sus ideas en un diálogo y escoge el reclamo por la vía violenta en las calles está condenado al fracaso social...". ¿Son "fracasados sociales" los jóvenes bernardinos que en la década del 70 marcharon hasta Quito?, ¿Son "fracasados sociales" los jóvenes forajidos que derrocaron a Lucio?, ¿Son "fracasados sociales" los jóvenes del central Técnico que defienden la educación técnica?. ¿Son "fracasados sociales" los jóvenes que defienden el Yasuní?... “Claro” que para el Supremo Presidente, a más de fracasados sociales, “son vagos, delincuentes y tirapiedras y si siguen así perderán su cupo en el colegio”.
El actual Ministro de Educación, en correspondencia con la pedagogía empresarial, o como la llama Freire la "pedagogía de los opresores", dispuso la devaluación del título de profesor, al convocar a cualquier profesional que tenga voluntad y actitud para adaptarse a los postulados de la “revolución ciudadana” y así poder ingresar al magisterio nacional.
Al final, la educación es una tarea política, es un campo de batalla de la lucha de clases. Por ello, recuerdo el llamado del Profesor David Pacheco: “los maestros debemos empuñar la pluma para recuperar la dimensión humana y social de nuestros pueblos” y entender que la educación por “competencias-destrezas con criterios de desempeño” es la que conviene a los opresores. Los docentes tenemos la responsabilidad de educar a la ciudadanía, para desarrollar la conciencia social y el pensamiento crítico para forjar el desarrollo socio económico y la defensa de la soberanía nacional.

martes, 20 de agosto de 2013

Ministro de Educación reconoce que “hubieron errores de asignación” en los cupos

Rosita, oriunda del cantón Espíndola, vino a la ciudad como empelada doméstica. Pronto adquirió la categoría de Madre. Ahora tiene dos hijos y otro en camino, vive arrendando una habitación por las cercanías del Barrio Motupe. Ella todos los días debe recorrer los mercados como vendedora ambulante de granos, en busca de mitigar el hambre, la educación y el techo, perdido después del abandono del padre de sus dos hijos, “él se fue para España, pero nunca volvió, nunca supe de él…” dice.
Ayer muy temprano, Rosita, con una canasta de granos, embarazada y de la mano de otro niño de tres años (“Nayito”), salió en busca de un cupo para su primogénito de cinco años tres meses. Para que “mijo aprenda a leer y a escribir, para que no sufra tanto como una. Yo lo anoté a mi Obercito en el mes de junio y hasta ahora  no conozco con verdad a qué plantel mismo irá”.
Luego acude (a pie) a la Coordinación Zonal de Educación, le dicen que vaya al Distrito Educativo, llega y mientras espera quien le aclare la situación de su hijo, aprovecha para vender choclo desgranado y arveja a otras madres que igual de desesperadas claman por un cupo para sus hijos.
Rosita se ve muy preocupada al enterarse que otras madres protestan porque a sus hijos les han asignado cupos “en planteles extremadamente distantes de sus domicilios”, escucha que a otra “mamá le han asignado cupos en planteles diferentes y lejos uno de otro para sus hijos de segundo y octavo de básica”, “el señor de allá, dice que su hija que va a octavo año de básica ha salido favorecida para tres colegios, para la Miguel Riofrío, El Bernardo y el Rengel que es nocturno, que no sabe que debe hacer en esos casos, porque ha ido a esos colegios y dicen que no tienen el registro de su hija, se da cuenta, no hay coordinación alguna, ested cree que este lió cambiará, que me darán un cupito para mi Obercito….”, "me parece una falta de respeto porque me vean pobre no me quieren atender… no se dan cuenta que una pierde de vender por hacer todos estos trámites, no hay consideración…”.
Su pequeño “Obercito”,  ajeno del problema,  se entretiene con otros niños, antes asistió a pre-básica en la Pompilio Reinoso y ahora al parecer le tocaría en la Adolfo Jurado González, el niño alarga sus tiernos ojos mientras que su madre da vueltas…, entra y sale. “Cómo voy hacer una solicitud, que consulte en internet o que llame al 1-800-educación me dice la licenciada…”
Rosita cuenta que apenas aprendió a leer y escribir, porque sus padres, campesinos sin tierra, también pobres, creían que las niñas debían estar en casa y que los varones debían ir a la escuela para luego ayudar a la familia. Obviamente ni lo uno ni lo otro ocurrió, porque ella huyó de su casa y “usted ya me ve…” se lamenta. Dice además que cuando ella fue a la escuela, allá en su natal Jibiruche, las clases eran monótonas, que su señorita se pasaba llenando registros con datos “quien sabe para qué y para quién”. Que la “seño” poco se interesó por las niñas y niños “dejados”, y menos por los pobres…, Le comento que soy profesor, “espero que usted sea diferente” me replica.
“Créame, tuve que pagar dos dólares por una solicitud, aquí dentro mismo”, se refiere a una oficina particular dentro del Distrito Educativo No. 1, la cual me pide que le lea porque ella no entiende. “Y ahora de dónde saco una carta de luz o de teléfono si la dueña de casa se molesta conmigo…, cómo lleno los datos del padre, si a él no le importamos para nada…” Le digo que firme. Pone su nombre y una línea recta. “Se da cuenta, esa es mi firma, un garabato”.
Que el señor Ministro de Educación reconozca “que hubieron errores de asignación” en los cupos, nadie lo niega, porque de verdad los HUBO.  El fin era que con el uso de la informática se iban a mejorar los procesos de matriculación, que la idea era que todos los estudiantes estén cerca a sus domicilios, que los hermanos estén juntos, que nadie se quedaría sin matrícula, etc., etc., afirmaban el Presidente Correa y el Ministro de Educación, a quien al parecer le hacen falta unas cuantas lecciones de gramática.
“Que hubieron errores de asignación” en los cupos, los HUBO, porque al parecer los cupos se entregaron o se están entregando sin respetar los criterios que el propio Ministerio de Educación exigió.
Que los padres y las madres de familia en estos primeros días de matrícula, están indignados, lo están. Y lo están porque los tienen “de aquí para allá”. Ellos y ellas al igual que Rosita, exigen información y solución a sus reclamos.
Cabe destacar que la señora Coordinadora Zonal de Educación, ha indicado que se solucionarán todas las dificultades y que ningún niño o niña se quedara sin estudiar.

martes, 13 de agosto de 2013

¡Dialogo con Chayo! ¡Le servirá a alguien!

Durante un corto paseo por el oriente nuestro, dialogué con Doña Chayo, una mujer trabajadora del día a día, me pareció pasar de la ficción a la realidad y no es nada grato, sobre todo cuando en la ficción se vive ese mundo ideal, ajeno al sin sabor y alejado de las penurias.
Cuando vemos que mujeres como Chayo tienen que vivir la realidad en este mundo, liarse con ella, agarrarla... entonces el corazón se acelera, la sangre golpea, los ojos se irritan, las manos se crispan y toda una se vuelve un...,
Mientras la saludo me dice doña Chayo, que “este mundo es un falla”. Yo le pregunto: ¿acaso hay dos mundos?. “Claro, claro que hay dos mundos…”, me contesta.
Chayo es una que “no necesita el apellido para nada”, en su cara se refleja el dolor que le ha ido dando la apariencia de años que no los tiene y en sus manos el esfuerzo del duro trabajo cotidiano, sin seguridad social “ni bonos” pero si con la obligación de dar techo, pan y escuela a cuatro hijos que trajo desde Guadalupe.
Cuando le topo el tema de las próximas elecciones, de la realidad nacional, del petróleo, de la minería, en fin de nuestros recursos naturales… tajante me cuestiona: “realidad de quien de ustedes ha de ser por que la nuestra no cambia es la misma, fue la misma de mis padres, padecimientos, migración…; ¿recursos naturales de quién?, ¿riqueza de quién?. Nada, todo eso es puro bla bla”. Me dice que ellos, que el pueblo de a pie ya tienen su sino marcado, y no lo dice con tono conformista, sino con un tono de protesta desesperada, desafiante...
Quedo desconcertado cuando Chayo explica que hay dos mundos “y no me refiero al de los oligarcas porque ese es un mundo especial sino al mundo de los tecnócratas y burócratas o sea el mundo de la no necesidad, y al mío, el mundo de la necesidad perpetua”, dice.
Respecto del petróleo y de la minería indica que para ella no significa nada, que sabe que dan mucho dinero, pero por su pueblo no lo ha disfrutado nadie. “Bueno a pesar de que no tengo carro, si he disfrutado de las carreteras, para migrar… de una pobreza a otra pobreza no muy diferente”. Dice que las ganancias del petróleo como de la minería la disfrutan unos cuantos, mientras los pobladores se sacan la mugre ellos se llenan los bolsillos facilísimo. ¿Cuáles son ellos le pregunto?: “Mire amigo, aquí todo el mundo (los del otro mundo) cree que tienen derecho a todo. La gente se ha acostumbrado a gastar, a mal gastar, a emborracharse de lujo, a despilfarrar. Dígame usted los carros, los viajes. ¡Ni en los Estados Unidos! Aquí los funcionarios presumen más que el Barack Obama. Hoy sacan billete para Miami, mañana para Europa,... Mientras los del mundo de abajo se han acostumbrado a no trabajar, a que todo les den hecho, a los bonos que regala el gobierno...hay dos mundos, el uno se la pasa condecorando cada día un funcionario público y se hacen comilonas mientras el otro mundo en las calles la gente se muere de hambre, los niños comen miseria. Y las elecciones solo sirven para votar por un partido o por alguien sin razonar, para ver si sacamos algún puestito en el que no haya que trabajar y así cobrar por lo menos el bono, para eso sirven las elecciones aunque no me ha preguntado. Y eso no puede ser. Como el Estado tiene dinero petrolero, que pague el Estado. Y quién produce, ¿eh?, quién produce? Aquí está el mal”.
Si estas palabras me las hubiese dicho otra persona no le haría demasiado caso, pero tratándose de Chayo... ¡caramba, que verdad más fuerte sale de su boca! Chayo, una mujer con la responsabilidad para ella sola con cuatro hijos encima y de cómo echarlos para adelante, para que el día de mañana... “ayuden a su gente, sirvan a la patria”.
Las palabras de Chayo y de las miles de Chayos son auténticas aunque llenas de sufrimiento, en ellas no hay intereses, no hay proyecciones de oportunismo ni servilismo. El asunto es que cuando nos olvidamos del sufrimiento propio y del ajeno, nos olvidamos del ser humano; y entonces todo lo demás se vuelve pura fantasía, pura especulación.
Mientras los sectores populares sigan atrapados en que si esta forma de gobierno, que si aquella; que si la otra; y no razonemos que la única forma de mejorar nuestras condiciones de vida, es incorporándonos a la lucha política, a exigir que los recursos económicos que generan nuestros recursos naturales sean repartidos equitativamente en obras que generen trabajo y desarrollo, entonces nada cambiará…
Finalmente, pensé: ¡Me ha servido el dialogo con Chayo!  ¡Le servirá a alguien!