La humanidad
toda puede vivenciar en estos tiempos, una serie de cambios y transformaciones
sociales, que provocan de manera acelerada también una crisis compleja en las
relaciones sociales de las personas. Preocupada de esta realidad, la ONU,
celebró la semana pasada su Asamblea General, en la que se aprobó las “Metas de
Desarrollo Sustentable 2015-2030”.
Cabe recordar
que durante el Foro Mundial de Educación realizado en mayo de este año en
Corea, la UNICEF y Project Everyone, lanzó la iniciativa de “La Lección más
Grande del Mundo” con el propósito de que los docentes en las escuelas,
socialicen a los niños de cuarto a décimo año, los “17 Objetivos de Desarrollo
Sostenible”, ya que ellos en un futuro cercano serán “la generación que cambie
el mundo". Nuestro país -no sin antes “asegurar” que ha cumplido el 98% de
los objetivos 2000-2015-, asumió la nueva iniciativa.
La campaña
propone que los niños, adolescentes y jóvenes con la ayuda de los docentes,
preparen una lección y asuman como su deber, conocer y reflexionar acerca de
los 17 Objetivos de Desarrollo Sustentable, aprobados el pasado 26 de
septiembre durante la Asamblea de la ONU.
Sin embargo, el
debate en relación a la erradicación de la pobreza, la lucha contra el hambre,
gozar de buena salud, acceso a educación de calidad, servicios básicos, empleo
digno, lucha por la paz y la justicia entre otros, no puede quedar en una
“clase”. Hay que preparar una gran lección, bajo un modelo de educación que
trascienda el mercado de trabajo y de consumo. Precisamos construir un modelo
alternativo y emancipador que sea un verdadero derecho humano y haga frente a
la crisis capitalista.
Le corresponde a
toda la sociedad y en especial a los estados, trabajar para que el ser humano y
el medio ambiente existan en armonía y de manera realmente sustentable. Para
ello es necesario eliminar las desigualdades sociales que separa a los pueblos
y a las personas, y en su lugar promover la solidaridad para colectivamente
ocuparnos del anhelado buen vivir.
En fin, más
allá, de “La Lección más Grande del Mundo”, la educación debe partir de un
enfoque crítico e intercultural que desafíe todo tipo de discriminaciones y
apostar a políticas públicas que garanticen la plena vigencia de los derechos
constitucionales y el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sustentable,
aprobados recientemente por la Naciones Unidas.