El pasado fin de semana los medios de comunicación serviles al
imperio presentaban a la derecha internacional festejando alborozadamente los
25 años de la Caída del Muro de Berlín. Mientras que otros medios, informaban
con cierta neutralidad, que en Alemania se recordaba el aniversario de este
hecho con sentimientos encontrados.
Medios, gobiernos y políticos de occidente expusieron una
especie de orgía mediática y falsedad histórica, para convertir la "celebración"
en algo así como una fiesta mundial
anti-comunista y al mismo tiempo en una especie de rabiosa aceptación del fallido
“Fin de la Historia” profetizado por Fukuyama.
Poco o nada le interesa a la burguesía el por qué se construyó y
se derribó el muro. Las causas se ocultan y los hechos históricos se
tergiversan. Simplemente se dice que los comunistas construyeron el muro,
porque su política era la opresión y privación de las libertades.
Sin embargo los propios alemanes, saben que el muro no se eleva
en agosto de 1961. Sus orígenes, responden a la lucha de clases: al capitalismo
y proletariado. Tienen que ver con Hitler que provoca la segunda guerra mundial
y con ella el final de la democracia en Alemania.
Al concluir la guerra en 1945, Alemania queda en ruinas y los
aliados se la reparten en cuatro zonas, en las cuales no existía en absoluto
libertad para trasladarse de una zona a la otra. La guerra fría había empezado.
En 1947 los EEUU logran el control de las tres zonas, mientras que la URSS
controla la parte oriental. Esto marcó la constitución en 1949 de las dos
Alemanias; la federal y la democrática.
Indiscutiblemente la RFA era más fuerte que la RDA en lo
económico y en lo político. Aspectos que fueron utilizados para ofrecer ventajas
materiales a los ciudadanos si abandonaban la RDA. Esta política produjo en
1961 una situación de tensión que ponía en peligro la paz mundial. En estas circunstancias
se decide la construcción del muro. Políticos de todo el mundo han reconocido
que luego de la construcción del muro disminuyó la tensión y el peligro de una
guerra nuclear.
Finalmente, la caída respondió más que a la disminución de las
libertades en la RDA, al fin de la guerra fría y a la globalización paralela de
las comunicaciones y del odio al socialismo por parte del imperialismo.