viernes, 5 de enero de 2024

Una consulta para captar popularidad y no para solucionar la crisis

El presidente Noboa, envió a la Corte Constitucional las once preguntas para un eventual llamado a las urnas. Mencionó que las mismas tienen por objetivos: “combatir a la delincuencia, tener un sistema de justicia que responda con penas más duras y firmes; y, sobre todo, crear nuevos empleos para el Ecuador”. Así planteada, con seguridad el pueblo ecuatoriano dirá Si a la consulta.

La propuesta del Gobierno Nacional no contiene cambios de fondo a la Constitución. Ni reformas a la estructura del Estado que conlleven extirpar de raíz la corrupción, mejorar el sistema de partidos políticos, y solucionar la crisis que soporta el país. Diez de las preguntas incluyen anexos, en los que como siempre estarán implícitas las trampas. Como están planteadas las preguntas resulta una consulta innecesaria, que no resuelve los problemas urgentes del país, varios temas son reformas al Código Orgánico Integral Penal que deberían debatirse en la Asamblea Nacional.

La mayoría de las preguntas son populismo para ganar clientela electoral. Otras serán negadas por la Corte Constitucional porque violan tratados internacionales, como que las Fuerzas Armadas puedan combatir a las organizaciones criminales transnacionales que operan fuera del territorio nacional; o sobre la deportación y expulsión de extranjeros; así como la evaluación de los servidores de la Función Judicial, tarea que le corresponde a la Contraloría General del Estado. La pregunta 11 relacionada con los casinos, parece concebida a la medida de las mafias, pues, es en estos lugares donde se realizan actividades como el narcolavado y planificación del crimen organizado.

El gobierno del “nuevo Ecuador”, ha anunciado la eliminación de subsidios a los combustibles para ahorrar 1000 millones de dólares, lo cual no sería necesario si se cobrará más de dos mil millones de dólares a los deudores del SRI. Además, desde enero darán por terminados los contratos ocasionales de médicos y enfermeras para ahorrarse dos mil millones de dólares al año, sin embargo, el propio presidente Noboa se contradice al manifestar que la Secretaría de Comunicación de la presidencia invertirá dos mil quinientos millones de dólares en “servicio de pautaje y difusión de la obra de su gobierno”, es decir para mantener y posicionar su imagen para las próximas elecciones.

Los sectores populares plantearon preguntas que no fueron consideradas como, por ejemplo: si estamos o no de acuerdo en renovar los convenios con el FMI para conseguir recursos y pagar los intereses de la deuda externa, a costa de despedir a miles de trabajadores del sector público y privatizar las empresas del Estado; o por ejemplo, si estamos o no de acuerdo con la exoneración del pago de las deudas por impuestos a los grandes empresarios; o en eliminar los subsidios de los combustibles. Nada de eso se preguntará ni se crearán nuevos empleos para el Ecuador. Solo el pueblo salva al pueblo, para ello hay que fortalecer la organización y acerar la unidad popular.

 

viernes, 29 de diciembre de 2023

El año nuevo llega con los mismos viejos problemas

 “combatir la crueldad y acometer lo más duro para alcanzar la victoria”      Su Shi, escritor chino

 

Termina el año azotando al país con una lista interminable de dificultades cuyo corolario es la denominada metástasis, una verdadera institución de la corrupción comandada por la narcopolítica. Al parecer, el año nuevo, el 2024 comenzará con más de lo mismo. Al presidente Daniel Noboa, se le avecina un año ajetreado y atado al pacto del reparto y la impunidad, lo que le impedirá trabajar en la solución de los problemas nacionales, a esto se suma, que estará más pensando en la reelección, para lo cual ha anunciado la inversión de dos millones y medio de dólares cuyo propósito es persuadirnos de la crisis y posicionar su imagen.

Para el pueblo sencillo, las cosas no avizoran un cambio que mejore sus condiciones de vida, el crecimiento explosivo del trabajo informal y el desempleo los empobreció aún más y lo poco que ganan no cubre ni la cuarta parte del valor de la canasta básica familiar; los servicios públicos no funcionan o a propósito funcionan mal para privatizarlos; la violencia intrafamiliar y los feminicidios crecen; la inseguridad social en los comercios y en las calles es pan del día, eso nos ubica entre los diez países más violentos del mundo, el gobierno oligarca, es indolente, cruelmente indolente.

Durante el gobierno de Guillermo Lasso, con las organizaciones sociales se llegaron a acuerdos para la focalización de subsidios, banca pública y privada, control de precios, energía y recursos renovables, seguridad y justicia, empleo y derechos laborales, fomento productivo, derechos colectivos, acceso a la salud, educación superior. Poco o nada se ha avanzado al respecto; ni el presidente Daniel Noboa ni la Asamblea Nacional, se muestran dispuestos a las fobias ideológicas para trabajar en las leyes y normativas que pongan en práctica dichos acuerdos.

Buena parte de los ecuatorianos fincaron sus esperanzas en la juventud del actual presidente Daniel Noboa, que en campaña dijo ser capaz de construir el Ecuador del mañana, que tomaría la iniciativa y asumiría las responsabilidades para combatir la corrupción con resuelto empeño y no defraudar a la ciudadanía ni a sus propias energías. Sin embargo, si pretende medir su popularidad con una consulta inoficiosa en vez de administrar el país para todos, jugará con fuego, avivará el rechazo popular y la protesta social en su contra y en contra de las políticas y leyes neoliberales que ha empezado a implantar.

El año nuevo llegará con las mismas viejas ofertas y con los mismos viejos y cada vez más graves problemas. La historia recuerda, que estos solo podrán empezar a resolverse con unidad y organización y con la participación activa de la sociedad.

Después de este 2023, un año de movilizaciones; que el 2024 sea de nuevas victorias y que el primer rayo de sol del 2024 encuentre a nuestras familias en armonía y al magisterio junto al pueblo ecuatoriano en pie de lucha.

¡Feliz año nuevo 2024!

Un abrazo compañeras y compañeros

 

 

domingo, 24 de diciembre de 2023

La Navidad es la insurrección de la escasez...

 
   Por todos los medios escuchamos que la Navidad es un tiempo de paz, amor y fantasía. Claro que sí, fantasía para las clases populares que no tienen con que comprar la felicidad mercantilizada por la empresa, que ve a la Navidad como un tiempo para fomentar el consumismo y agrandar sus ganancias, brindan facilidades de pago para que la ciudadanía hipoteque la celebración navideña y hasta les ofrecen “donar” algo a los menos privilegiados.

   Esta Navidad estará corroída por la metástasis de la corrupción y el pacto de la impunidad que afecta mayoritariamente a los pobres. Pink Floyd en una de sus canciones dice “sin unidad, somos solo dos almas perdidas, corriendo sobre el mismo suelo, con los mismos miedos…”, miedos amalgamados con el modelo capitalista, que es la causa del origen del calentamiento global, del cambio climático, de la explotación laboral, del saqueo de recursos naturales, del empobrecimiento extremo y de la concentración de la riqueza en pocas manos.

   Los maestros junto a los sectores organizados exigen que las investigaciones iniciadas por la Fiscal General del Estado Dra. Diana Salazar se profundicen a fin de juzgar las fechorías que involucran a funcionarios públicos de todos los niveles, incluidos las fuerzas armadas y policiales, todos responsables directos de que la inseguridad social, la pobreza, el desempleo, la desatención a la salud y educación continúen recayendo desproporcionadamente sobre la clase trabajadora y sin trabajo.

   Que los empresarios no puedan advertir que la Navidad es la encarnación de Dios en nuestro retorcido mundo, es comprensible; pero que los sectores populares no podamos valorar las condiciones y realidades históricas del nacimiento del niño Jesús, junto a un pesebre muy pobre, hace precisamente que seamos embriagados por la algarabía de esta celebración. Pero preguntémonos, ¿qué es lo que esperamos de esta Navidad? ¿están nuestras familias unidas y felices? ¿compartimos el pan de la mesa y de la amistad? ¿sobre todo, cómo aportamos al fortalecimiento de nuestras organizaciones? A veces nos arrinconamos tanto a la comodidad y al conformismo que nos olvidamos de defender los derechos y combatir a nuestros opresores.

   A pesar de todo, viene la Navidad, viene Dios débil como un niño, para hacerse nuestro amigo y compañero de sufrimientos, atropellos y desesperanzas. La estrella de Belén viene a iluminarnos para que decidamos por la paz contra la desgracia, por Dios y no por el Papá Noel, por una Navidad sin guerras, sin genocidios. Viene la estrella de Belén a hacernos notar que familias enteras no tendrán cena navideña, que el sentimiento navideño con el que nos invaden almacenes y medios es una falsa ilusión.

   La felicidad como la emancipación sólo son resultado de la unidad y solidaridad entre la clase trabajadora y los sectores populares; porque como señala Monseñor Leonidas Proaño, “La Navidad es la insurrección de la escasez de las mayorías populares en contra de la abundancia y riqueza de unos pocos”