“Primero mataron a Atahualpa, después a Alfaro, luego a Rosita Paredes, ayer a Jaime Hurtado, hoy a Fernando Villavicencio, pero como no son de los míos no me importó, mañana vendrán por mí, quizá no sea demasiado tarde”
Parafraseando a Bertolt Brecht:
Rosita en ti reluce la rebeldía, eres la imagen y combinación de unidad, resistencia y lucha, eres el arma que el pueblo y el magisterio levantan contra los opresores. Rosita Paredes Jumbo, la mujer de pueblo, la maestra, la luchadora popular fue gravemente herida el 10 de agosto de 1973 durante una manifestación de la UNE, la dictadura militar de Rodríguez Lara, mandó a disparar a matar. Rosita Paredes Jumbo falleció al día siguiente, el 11 de agosto hace precisamente 50 años.
Rosita Paredes “vive dentro de la madre obrera, de la madre campesina como eterna compañera…” hoy se levanta junto al pueblo para combatir la corrupción y construir la Patria Nueva, para educar, para crecer, para madurar y para alimentar el alma, ella sabe que tenemos un país que seguir defendiendo y lo vamos a hacer los que sabemos amar y luchar. Durante su militancia estudiantil dijo: “Daría mi vida por la FESE”, y dio su vida por los estudiantes, por los docentes y por el pueblo ecuatoriano.
Rosita Paredes, tuvo muy claro los peligros de ser una mujer unionista y comunista. La UNE, el Partido y el Pueblo le debe mucho a esta mujer que la CIA quiso silenciarla. Sin embargo, su voz sigue siendo un grito de lucha por la libertad y los derechos sociales, grito que asusta a la oprobiosa oligarquía. Sus ideales y principios resuenan para combatir la guerra inacabada contra la pobreza y falta de trabajo, contra la corrupción e impunidad, contra la inseguridad y el narcotráfico.
Parafraseando el canto al partido comunista, Rosita Paredes, murió como nació, sabiéndose pura, sencilla y optimista, de pie sobre la tierra como un árbol… en las filas de la UNE. Con su ejemplo y en memoria de aquella mujer con mayúsculas, de ROSITA PAREDES JUMBO, los sectores populares y el magisterio unionista, en las calles alzan la voz luchando contra las injusticias, porque la opresión no nos callará, porque la dignidad y la libertad son nuestro ideal.
No puedo dejar de solidarizarme y condenar el vil asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio, así mismo son condenables los miles de compatriotas asesinados a plena luz y en la oscuridad a manos del sicariato, como también es condenable la pobreza a causa de la ineptitud del gobierno y el sistema.
El gobierno se ha declarado confeso de inoperancia e incapaz de protegernos de la inseguridad. El crimen contra Fernando Villavicencio y otros no deben quedar en la impunidad. Pero cómo pedirle al gobierno que sancione a los culpables, si la responsabilidad es del propio gobierno. Para Lasso, tres días de luto es suficiente. Cabe recordar que el asesinato de Jaime Hurtado González sigue impune, el PCML y los sectores populares aún están de luto y exigiendo justicia.
Declarar otro estado de excepción, ¿para qué? Si la Policía Nacional ni las Fuerzas Armadas han podido contener la inseguridad, porque también están contaminadas por la corrupción y el narcotráfico. Los gobiernos de turno durante los últimos 40 años han sido tomados por los narcotraficantes. Todos se han sometido o han pactado con las bandas criminales, hasta han dispuesto que las entidades judiciales guarden impunidad ante la corrupción y delincuencia organizada.