“(...) las madres son amor, no razón, son sensibilidad exquisita y, a veces dolor inconsolable”
José Martí
No es curioso constatar cómo año tras año, el sistema y el comercio han convertido este hermoso día en una fiesta pagana de todo un mes; mientras todo el año, casi pasa desapercibido el tema de la salud y pobreza de la madre, la madre obrera, la madre maestra, la madre proletaria, la madre ama de casa, la madre niña, la madre marginada, la madre sin esperanzas, principales protagonistas a la hora de celebrar el Día de la Madre, sin embargo la compleja situación en la que viven y luchan es aún una tarea pendiente para el gobierno que hace muy poco por lo que ellas se merecen.
No tiene sentido la celebración del Día de la Madre, si persiste el silencio y la complicidad de fanáticos religiosos y políticos charlatanes que aprueban leyes dogmáticas atribuyéndose la potestad de disponer sobre el bienestar de la mujer, o de ofrecerles bonos que no alcanzan para eliminar la miseria. Por ello, hacen faltan políticas de Estado que garanticen trabajo, salud, erradicación de la violencia intrafamiliar, los femicidios, las inequidades económicas y sociales, para que ahora y no al final de sus días, las madres y el pueblo puedan disfrutar del anhelado buen vivir.
El gobierno y buena parte de la sociedad también, tienen la impresión que la maternidad es una especie de milagro que otorga automáticamente a las mujeres la felicidad por el simple hecho de ser madres. Son miles de miles de madres que seguirán esperando sin plazo fijo, porque así lo determina el sistema capitalista.
No sé por qué tardamos tanto en decirle a nuestra Madre un verdadero te quiero, que a veces no alcanzamos a decírselo. Hoy hago míos los versos de algunas canciones que no me siento obligado a señalar autoría, porque lo importante es el sentimiento que expresan:
“Pobre mi madre querida, cuantos disgustos le he dado... cuántas veces escondida, llorando triste y vencida en un rincón la he encontrado”. “Perdóname, si pido más de lo que puedo dar, si grito cuando yo debo callar, si huyo cuando tú me necesitas más”. “Vive siempre orgullosa, vive tranquila que a ti te debo lo que soy”.
Finalmente, en el Día de la Madre, vaya un saludo fraterno a todas las madres, en especial a aquellas que, emulando a la Madre heroica de la novela de Máximo Gorki que, ante la muerte de su hijo enarboló sus principios, a Dolores Cacuango, a Tránsito Amaguaña y a muchas madres desconocidas, que con su elevada sensibilidad fraternal y social, levantan banderas de dignidad exigiendo que sus derechos no sean ignorados, a aquellas que luchan sin amilanarse por la construcción de la patria soberana y por mejores condiciones de vida para todo el pueblo.