sábado, 3 de septiembre de 2022

Por qué los pobres eligen a sus propios opresores

La tarea incesante del capitalismo es ocultar su esencia, es decir, la situación oprobiosa de falta de fuentes de trabajo, de desatención presupuestaria para salud y educación, encubrir el hambre, la miseria, la explotación y la opresión a las clases sociales populares, y para eso cuenta con sus propios medios de comunicación y otros con los que la burguesía defiende sus propios intereses.

El gobierno actual es ultraliberal en lo económico y neofascista en lo político, entre otras medidas asombrosamente retrógradas, propone derogar varios derechos laborales y privatizar las empresas públicas más rentables. Si nos quejábamos de las sabatinas, Lasso es más audaz, todo lo hace entre gallos y medianoche. Él y los medios de comunicación a su servicio apelan todos los días a la demagogia barata buscando popularidad a través de opiniones que tergiversan la crítica realidad.

Todos los poderes del Estado en la práctica, con escazas excepciones de sus integrantes son de la misma ideología burguesa. Utilizan el bochinche como método de propaganda y un día tras otro, sueltan una serie de disparates y atrocidades, que, si no fueran porque atentan contra los derechos de los trabajadores y las clases populares, resultarían cómicas, incluso tienen asesores para ganar popularidad haciendo el ridículo con absoluto desparpajo.

José Luis Sampedro, escritor liberal español abogaba por una economía “más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar la dignidad de los pueblos”, decía que “el sistema no permite a los profesores educar para pensar, sino que obliga a educar para ser súbditos”. Por lo tanto, si las clases populares no tienen la capacidad de pensar, si no tienen una conciencia política necesaria para analizar la realidad de los problemas cotidianos, quedan a expensas de las élites dominantes. Esa tarea tan importante de ayudar a pensar a partir del pensamiento crítico, a partir de los problemas cotidianos para tener una visión propia de la realidad y no la que nos imponen los que dominan, nos corresponde a los profesores de avanzada.

Una humilde mujer insistió en fotografiarse con el presidente Lasso, luego le preguntaron por qué lo hizo, contestó que como todos los días lo ve en televisión: “nuestro presidente debe ser famoso”. Eso es penoso, pero mucho peor, es que también eso es uno de los argumentos que decide el voto de muchísima gente. Y es una de las razones, quizá no la única pero tal vez la más importante, por las cuales los pobres eligen a sus propios presores, sin saber que lo son.

Los políticos sin ideología o independientes, los progresistas, los neo-revolucionarios, aceptan las imposiciones básicas del poder, sus reglas de juego y peor, no cuestionan la esencia del capitalismo: es decir la explotación de los trabajadores. Se esfuerzan entre comillas a aliviar un poco la crítica situación, pero con los mismos argumentos que la derecha, ofrecen un “capitalismo más humano” y gobernar para las clases populares, pero nunca gobiernan con las clases populares.

sábado, 27 de agosto de 2022

El papel político de la solidaridad

 El papel político y unificador de la solidaridad

Hoy, cuando el grueso de los trabajadores vuelve a congregarse alrededor de las organizaciones sindicales, el magisterio nacional hace lo mismo junto a su gremio, la Unión Nacional de Educadores, porque ven en ellas la única posibilidad de lograr el cumplimiento de los derechos constitucionales que les son postergados por los gobiernos de turno. Hoy se trata de enfrentar la realidad y esa realidad es adversa a los derechos de los sectores populares.

Solo el pueblo salva al pueblo o el pueblo unido jamás será vencido, son consignas que históricamente han servido para levantar la voz popular durante huelgas y movilizaciones; y que, por estar llenas de una significación revolucionaria, la derecha oligárquica y los sectores retardatarios de la sociedad las han asociado a la violencia, sin comprender que la verdadera causa de la violencia se debe encontrar en la situación oprobiosa, de hambre, miseria, explotación y opresión generada por el sistema y el gobierno contra los cambios sociales que exige el pueblo.

Para los educadores en particular, la experiencia de lucha actual, es ampliar la convocatoria a la unidad y solidaridad con aquellos docentes que por diversas razones están dispersos o temerosos de la acción. El triunfo de la equiparación salarial arrebatada al gobierno de Lasso, debe servirnos para centrar nuestro esfuerzo y atención en reuniones y debates en cada institución educativa, donde además debemos plantearnos como una tarea real, la afiliación a la gloriosa UNE. Por si esto no bastara, conviene recordar que, durante el correato, por medio del cacicazgo, del autoritarismo, de la persecución, del encarcelamiento, de la cancelación, de la judicialización de la protesta, se logró dividir a la mayoría de organizaciones sociales y populares, entre ellas a la UNE; y hoy tenemos la oportunidad de reagruparnos.

Sin embargo, la realidad es que solo la unidad y lucha han sido un poderoso estímulo para reclamar derechos. Nuestra dirigencia junto a los maestros y maestras de vanguardia que han dirigido las huelgas, plantones, marchas y manifestaciones en todo el país, lo han hecho conscientes de que por ese camino están promoviendo la solidaridad, para combatir a un régimen como el del presidente Guillermo Lasso, que no muestra un mínimo de voluntad política para cumplir con las leyes y menos con las ofertas de campaña.

Verdad que hay docentes –no entre los unionistas de vanguardia– que se sienten decepcionados porque aún no se cumple la equiparación salarial; docentes que, de “buena fe” entre comillas, se hacen eco de las presiones del gobierno y de ciertos grupillos que pretenden desacreditar o hacer suyas las reformas a la LOEI.

De allí, que llamamos a fortalecer la unidad y organización de los y las docentes para enfrentar al gobierno neoliberal de Lasso que pretende darnos “gato por liebre”. Hoy esa unidad debe expresar el carácter solidario y político de nuestra lucha. Sabemos que tenemos la razón y también tenemos la fuerza.

miércoles, 24 de agosto de 2022

La canción laborista / José Alejo Capelo Cabello,

 

Guayaquil Ecuador, abril de 1934

¡A luchar laboristas! Ya llega la hora
de estrechar filas sobre los caminos
y emprender la heroica marcha redentora
hacia la conquista de nuestros destinos.

Arriba los brazos y los corazones,
el músculo fuerte de la juventud
y unidos gritemos en nuestras canciones
¡salud proletarios del mundo, salud!

De pie los que llevan como una bandera
izada en el mástil de la rebelión
los fervores de una lucha justiciera
cual ánfora roja de renovación.

Los pueblos que llevan la huella profunda
de una intensa lucha por la libertad
regaron su sangre pródiga y fecunda
por romper el yugo de la iniquidad.

De esos pueblos surgen voces libertarias
gritos generosos de fraternidad
y van encendiendo grandes luminarias
sobre el panorama de la humanidad.

Abramos los brazos y los corazones
y en el gran desfile de la multitud
gritemos unidos en nuestras canciones
¡salud proletarios del mundo, salud!

 Tomado de: https://www.anarkismo.net/article/12698