viernes, 19 de febrero de 2021

Marcha por la paz en democracia

En el Ecuador, la democracia es una catedra inconclusa, la revolución correísta en complicidad con la derecha dispuso la conciliación de clases a su favor. A esta situación antidemócrata y cuasi dictatorial nos condujo el ex presidente Correa, quien disfrazado del ropaje moderno del absolutismo monárquico de “yo soy el jefe de todos los poderes”, convirtió en utopía la independencia de poderes.  Disfraz que le sirvió para institucionalizar la corrupción e intentar perpetrarse en el gobierno.

No conozco precedentes de inconformidad en los resultados de elecciones para la presidencia del Ecuador, a tal punto, que se han creado dudas y la idea de un fraude anunciado. Duda sembrada desde el mismo día del nombramiento y posesión de los consejeros del Consejo Nacional Electoral, quienes por más que se esfuerzan, lo único que han conseguido con sus acciones, es que el pueblo no se sienta representado por ellos, ya que en ellos solo cabe el acatamiento a los grupos de poder.

Sobre el pasado proceso electoral se ciernen graves denuncias de haber trastocado los resultados de las elecciones. Esta vez no fueron los apagones, ahora se aplicó la frase atribuida a Josef Stalin, de que “las elecciones las ganan quienes cuentan los votos”. Emulando a la “Guga Ayala”, Rafael Correa vaticinó que los candidatos Arauz y Lasso desplazarían a Yaku Pérez al tercer lugar; la profecía del Mashi se cumplió al pie de la letra. Mientras en los recintos electorales se contaban los votos y enviaban las actas a los organismos provinciales y nacional del CNE, en la plataforma se subían resultados distintos en perjuicio de Yaku Pérez.

El viernes 12 de febrero ante la serie de dudas y atropellos a la frágil democracia ecuatoriana, los candidatos Yaku Pérez y Guillermo Lasso, con la presencia de observadores de la OEA y el pleno del CNE lograron un acuerdo para el recuento del 100% de votos en la provincia del Guayas y del 50% en otras 16. Sin embargo, Guillermo Lasso quebrantó el acuerdo y seguidamente Diana Atamaint presidenta del CNE junto a los demás consejeros dieron marcha atrás. Así lo que circulaba de boca en boca, hizo crecer la incertidumbre y confirmaba el fraude en contra de Yaku Pérez, torciendo la voluntad popular.

En estas circunstancias, la Ecuarunari junto a varias organizaciones gremiales y sociales, inició desde Loja “una marcha por la paz en democracia" rumbo a la ciudad de Quito, para “exigir el recuento de votos y no permitir un fraude forjado desde el Consejo Nacional Electoral a favor de los candidatos Arauz y Lasso”, o lo que es lo mismo, a favor de Rafael Correa y la derecha progresista entre comillas como se han dado en llamar últimamente.

La tarea es forjar la unidad, para defender la democracia y enderezar el país, rescatar la institucionalidad, eliminar la corrupción, recuperar el dinero robado, reestructurar el sistema de salud y la economía a fin de sacar de la pobreza a millones de ecuatorianos.

viernes, 12 de febrero de 2021

El Ministerio de Educación asumió que los derechos de los docentes también estaban en cuarentena

   Al contexto de crisis, política, social, económica y sanitaria, se suma la profundización de la crisis ética institucionalizada en el gobierno, cuyas consecuencias pronto generarán más despidos y violaciones de los derechos humanos y laborales de los trabajadores y de los sectores populares.
   En el Ecuador los gobiernos de turno, todos serviles y guiados por el neoliberalismo feroz, la salud y la educación han sido y son espacios devastados por la política entreguista de desmantelamiento y privatización, aun cuando la Constitución de la Republica determina la gratuidad de estos servicios. En el tema educativo, los esfuerzos continuos de la Unión Nacional de Educadores UNE, han quedado en eso, en esfuerzos porque las tibias reformas a la ley de educación no han dado paso a la propuesta de una educación democrática, emancipadora y alternativa en beneficio de todo el pueblo y no solamente de las élites.
   Es cierto que la emergencia sanitaria que se vive desde marzo de 2020, trajo a la par un cambio en el paradigma educativo en todo el mundo. Las medidas sanitarias para combatir a la COVID-19 llevaron al ministerio de educación y al gobierno a disponer el cierre de los planteles escolares y a un confinamiento obligatorio por temor al contagio, por lo que, de la noche a la mañana, vía decreto ministerial se cambió la enseñanza presencial por las clases por diversos medios electrónicos, sin considerar aspectos claves como:
   Las condiciones reales de los estudiantes, sus familias y los docentes para acceder a la educación en línea; la profundización de la desigualdad social y educativa al no atender la diversidad cultural y situación económica de las familias; la precarización de los padres de familia y la lucha por la sobrevivencia dejando en segundo plano las tareas escolares; la propuesta pedagógica y de acompañamiento debió partir de acuerdos entre docentes para no someter a los estudiantes a un ritmo único, etc.
   El ministerio de educación arbitrariamente asumió que los derechos laborales de los docentes también estaban en cuarentena, por seis meses disminuyó los sueldos a pesar de que la carga horaria en la práctica aumentó, por lo que la UNE, refrendó su exigencia de respeto a los derechos de los docentes y de los trabajadores en general, exigió se paren los despidos y que mejor se les entregue los nombramientos, la capacitación para el trabajo virtual, la atención a la problemática laboral y de salud, la dotación de herramientas tecnológicas a estudiantes y docentes, el pago por la recategorización, el pago del estímulo por la jubilación, entre otros reclamos.
   Ante el apurado anunció de regresar a clases presenciales, los docentes junto a la UNE, en medio de la pandemia continuaran enseñando y defendiendo los derechos laborales, resolviendo con sus propios recursos económicos las carencias de conectividad, la falta de dispositivos y situaciones desfavorables familiares y sociales de los estudiantes. Ese es nuestro reto y compromiso.

miércoles, 10 de febrero de 2021

Oportunidad de vencer el caudillismo y la corrupción

El pasado domingo 7 de febrero se desarrollaron las elecciones presidenciales en Ecuador, los resultados eran previsibles. Andrés Arauz de la “revolución correísta” pasó cómodamente a segunda vuelta, para disputar el sillón de Carondelet con Yaku Pérez, candidato de Pachakutik apoyado por Unidad Popular y varias organizaciones sindicales y populares.

El pueblo ecuatoriano dejó por un momento el miedo a la pandemia COVID-19, y en más del 80% acudió a las urnas a depositar su voto, quizá fincando su esperanza en salir de la crisis ética, política, social y económica; dijeron basta a la corrupción institucionalizada por los gobiernos de Correa y Moreno, que durante 14 años aumentaron la pobreza empeorando las condiciones de vida.

Desde la conformación del Consejo Nacional Electoral-CNE y del Tribunal Contencioso Electoral-TCE se evidencio contradicciones e inoperancia entre estos organismos, que hasta pocos días antes de las elecciones no ratificaban oficialmente la inscripción de candidatos. También fue pública la parcialización en favor del correísmo y la derecha oligárquica, sospecha que se concretó cuando el consejero Enrique Pita contradijo los resultados del “conteo rápido” anunciados por Diana Atamaint presidenta del CNE.

El movimiento Pachakutik ha pedido un nuevo recuento de votos, Yaku Pérez dice “hemos participado en este proceso electoral exigiendo transparencia, pero a pesar de que el conteo rápido del CNE nos daba para segundo lugar, parece que la intención es rebasarnos y dejarnos en tercer lugar”. Es obvio que la tardanza al subir los datos de las actas, tiene la pretensión de favorecer a Rafael Correa, porque Andrés Arauz no podría ganarle a Yaku Pérez en la segunda vuelta, mientras que a Guillermo Lasso sí.

En un supuesto triunfo de Andrés Arauz, los ecuatorianos tendríamos que afrontar la penosa realidad de la ineptitud de este personaje mediocre, quien ahora dice que los 1000 dólares de la campaña se entregaran financiados solamente a quienes califiquen, una mentira ideada por el dictadorcillo de las sabatinas, además se afirmaría el caudillismo y la corrupción.

Pese a la campaña sucia que se montó contra Yaku Pérez y las maniobras del CNE contra la lista de Pachakutik, los resultados los ubican como la segunda bancada parlamentaria. Por eso el temor del correísmo, si la segunda vuelta fuera entre Arauz y Lasso, es remota la ganancia de Arauz debido a un posible apoyo de quienes votaron por otros candidatos.

Mientras que, si el balotaje fuera entre Arauz y Yaku Pérez, las oportunidades del correísmo son mínimas; primero porque el pueblo tiene fresco todas las fechorías del gobierno pseudo revolucionario; segundo, porque el propio Guillermo Lasso, Xavier Hervas y varios de los otros candidatos ya anunciaron que apoyarían a Yaku Pérez; y tercero, porque Yaku Pérez ha mostrado su compromiso de dialogo nacional para impulsar un modelo de desarrollo económico que genere fuentes de trabajo y recupere la dignidad del pueblo ecuatoriano.