domingo, 6 de marzo de 2016

8 de Marzo, una fecha reivindicativa con corazón y rostro de mujer

Es preciso resaltar que el 8 de Marzo nació como fecha dedicada a la mujer trabajadora desde un punto de vista revolucionario, para reconocer a las protagonistas de esa lucha aún inconclusa en contra de la exclusión, pobreza, prepotencia, persecución e injusticias que padecen las mujeres trabajadoras de la ciudad y el campo.
Sin embargo el sistema neocapitalista hoy disfrazado de socialismo del siglo xxi, no conforme con la criminalización de la protesta social, se esfuerza cada vez más, por medio de frívolos discursos en deformar el verdadero significado de esta fecha, para convertirla en una especie de día de las flores, de los chocolates, poniendo en peligro la lucha histórica de las mujeres por la libertad y la dignidad humana y social.
A lo largo de la historia ecuatoriana, mujeres de la talla de Manuela Sáenz, Matilde Hidalgo, Dolores Cacuango, Transito Amaguaña, Rosita Paredes entre tantas heroínas anónimas, nos han enseñado que no basta el solo hecho de revindicar tales derechos, sino que ante las renovadas formas de explotación, corrupción y prepotencia, hombres y mujeres tenemos que resistir y combatirlas fortaleciendo las organizaciones y forjando la unidad popular. 
En buena parte del mundo, también en el Ecuador, los gobiernos de turno junto a la iglesia han obstruido el avance de las mujeres en la participación política y en la toma del poder; postergando las condiciones propicias para que las mujeres ejerzan su ciudadanía.
No pretendo, rememorar los hechos de aquel ocho de marzo. Tampoco quiero repetir frases frívolas a la mujer. Hoy la mujer es la conjugación del amor que se revela en rebeldía y que sin renunciar su apasionada lucha, enciende con el fuego de sus besos, las grandes avenidas por donde transitan hombres y mujeres para hacer realidad la utopía de la Patria libre y emancipada. 
Hoy Mujer de mirada clara, de alma cristalina, de risa generosa, leal y solidaria, jamás furtiva, solo deseo revindicar el valor de millones de mujeres, cuya lucha en la actualidad va adquiriendo corazón y rostro de mujer, para ello, cito a Iván Bukin: “Las mujeres parece que incluso, no son personas sino unos seres totalmente especiales, que viven a lado de las personas y luchan junto al pueblo, a las que todavía nadie ha definido ni comprendido exactamente, aunque desde el comienzo de los siglos la gente no hace más que pensar en ellas”.

sábado, 27 de febrero de 2016

Este 27 de febrero: Día del Civismo, motivo de profunda reflexión patriótica.

Los gobernantes de turno, como parte del folklor político derivado de la dependencia y el fanatismo, han señalado esta fecha, como el Día del Civismo, del Ejército Ecuatoriano, de la Unidad Nacional; y de manera particular, para enaltecer el triunfo del Mariscal Sucre sobre el ejército peruano, durante la Batalla de Tarqui (1829).
Los acontecimientos históricos relacionados con la integridad territorial, han sido contados sobredimensionando el civismo, heroísmo y la proeza de hombres y mujeres, que derramaron su sangre y entregaron su vida en defensa de la libertad y soberanía del país. Sin embargo, el territorio nacional ha sido desmembrado tantas veces, que en la actualidad ocupa menos de la cuarta parte de lo que fue a raíz de la independencia de la corona española. 
Hay quienes sostienen que la poca practica del valor del civismo, es decir del amor y respecto a la patria, se debe a que en las escuelas no se imparte la asignatura de cívica, hecho que se demuestra con el aumento a todo nivel, del menosprecio e intolerancia hacia el pleno ejercicio de derechos, obligaciones y libertades y el irrespeto a la diversidad étnica y cultural. 
En el año 1990, el gobierno socialdemócrata, dispuso la fusión de las asignaturas de historia, geografía y cívica por la de estudios sociales. Así fue que la cívica dejó de tener lineamientos curriculares definidos y apropiados en la escuela. A partir de ese momento, la historia del país se conoce como breves fragmentos desintegrados, los textos escolares no relatan exhaustivamente los hechos históricos desde los personajes y relaciones de poder de arriba hacia abajo, tampoco mencionan, que todo forma parte de un proceso de explotación impuesto por la estructura política neoliberal a la que los gobiernos de turno se han sometido, consecuencia de ello se han agudizado la lucha de clases y la exclusión social.
El civismo se fomenta con el ejemplo, para ello, todos deberíamos conocer el verdadero aporte que han dado a la patria, en su lucha por los derechos humanos, la libertad y la independencia, hombres y mujeres como Rumiñahui, Espejo, Manuela Sáenz, Bolívar, Sucre, Montalvo, Alfaro, Daquilema, Dolores Cacuango, Matilde Hidalgo y tantos otros valerosos personajes, de quienes deberíamos emular su ejemplo como un tributo al sacrificio de los héroes y heroínas por legarnos una patria digna, libre y soberana.

sábado, 20 de febrero de 2016

“Desgraciado el pueblo donde la juventud no haga temblar al tirano"

Una vez más, se hace necesario la recreación popular de la célebre frase, que Juan Montalvo empleara para conceptualizar al dictador y a la tiranía: “desgraciado el pueblo donde la juventud no haga temblar al tirano", frase que en los últimos tiempos, ha estado minando la conciencia de la juventud que se resiste a que sus opiniones sean teñidas de verde agüita; y, a que sus derechos sean conculcados. 
Es indiscutible que la fuerza de la juventud es el motor que mueve o detiene el desarrollo de una sociedad, es la fuerza y esperanza de un pueblo. La sociedad y el Estado debemos aprovechar las potencialidades de la juventud a la hora de implementar cualquier propuesta que tenga que ver con su presente y futuro; y ver también a la juventud como protagonista del trabajo y de la actividad política.
Desde luego, corresponde más al Estado impulsar su formación y preparación, brindando no solamente las condiciones para que ellos reciban una “buena” educación en las aulas, sino, especialmente, creando los espacios para que sean ellos mismos quienes se pronuncien respecto de sus problemas y aspiraciones, que en definitiva, son las aspiraciones de todo un pueblo que lucha por su verdadera independencia y soberanía, porque al fin y al cabo, la educación es una tarea política, es un campo de batalla de la lucha de clases.
En la cuestión política, solo en la medida en que ese grupo vital llamado juventud se interese por las peculiaridades y funciones del sistema político imperante, ampliará su cultura política y estará en mejores condiciones para la participación y toma de decisiones que contribuyan a lograr la verdadera independencia y soberanía nacional.
Los acontecimientos pasados y recientes de las propuestas de los estudiantes de varios planteles, no pueden, de ninguna manera ser vistas como acciones aisladas de la realidad nacional; y, menos calificadas de terroristas para encarcelarlos. 
El gobierno debe concienciarse de que los diversos epítetos que el oficialismo emite contra la juventud, son vistos como un verdadero acto de amedrentamiento y criminalización de su protesta, y más por eso, que por otra cosa, sale a manifestarse en las calles de las principales ciudades del país, condenando la prepotencia del régimen que de a poco adquiere tintes dictatoriales.
Gracias a los estudiantes, hoy el pueblo ecuatoriano parafrasea ¿hasta cuándo Rafael, abusarás de nuestra paciencia?