jueves, 21 de julio de 2011

PROHIBIDO OLVIDAR; Jaime Galarza

La frase, utilizada frecuentemente por el Presidente Rafael Correa, cabe aplicársela a sucesos que, luego de producidos, escapan a la memoria de las mayorías; quedan apenas como historias para los historiadores. Así ocurre, por ejemplo, los actos cometidos en Guayaquil el 2 y 3 de junio de 1959 por el gobierno socialcristiano de Camilo Ponce Enríquez, el apóstol de los terratenientes ecuatorianos.  Hoy, en el aniversario 52, sacudimos esos recuerdos. 
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domingo, 12 de junio de 2011

“La Calidad de la Educación (no) está en Marcha”

Desde la Dictadura Militar de Rodríguez Lara hasta el “Gobierno de la Revolución Ciudadana”, los Presidentes de la República y sus Ministros/as de Educación han venido repitiendo la “arenga” de que solamente una educación de calidad permitirá el desarrollo del país. No se puede desconocer que el actual gobierno intenta –aunque sin el éxito deseado- a través de una nueva forma de gestión disponer de las herramientas apropiadas a fin de hacer de los principios de “equidad social, territorial y regional para que todas las personas tengan acceso a la educación” su principio más esencial.
He sostenido que la presencia de la escuela tiene sentido si brinda oportunidades a la niñez y juventud para un aprendizaje consiente y si coadyuva acciones con la comunidad para mejorar las condiciones de vida de sus pobladores. Éstos son los parámetros para medir la calidad de la educación, desde el gobierno de dice que “ya está en marcha”. Si se refieren a las políticas del Plan decenal, éstas resultan insuficientes, por lo que, más que enunciarlas e incluso impulsarlas, es preciso reformularlas y diferenciarlas.
Los “expertos en educación” no quieren entender, que en cuanto a la calidad educativa “la revolución ciudadana (no) está en marcha” ni lo estará, en tanto no acepten que para que ello suceda, hay que incorporar cambios con una perspectiva diferenciada y no solamente de igualdad que no es lo mismo que equidad. Por ejemplo la pobreza promedio en un distrito educativo no dice mucho, pero si examinamos esta situación en un barrio marginal desde una óptica diferenciada, las cifras pueden resultar reveladoras y la anhelada calidad educativa seguirá siendo una fantasía.
Hoy es tarea prioritaria del gobierno y de los actores sociales, consensuar los referentes mínimos para mejorar la calidad educativa, tales como programas agresivos de inserción e inclusión, de nutrición, de promoción de la lectura, de un programa de capacitación en los aspectos y en los elementos que conforman la práctica docente, obviamente a partir de diagnósticos reales y no desde una supuesta necesidad pensada por “tecnócratas de escritorio”. Está “prohibido olvidar” que la reciente experiencia de evaluación a estudiantes, docentes e instituciones, cuyos resultados son insuficientes para comprender la problemática educativa, fue utilizada para desacreditar a los docentes y a su gremio.
El Código Orgánico de Ordenamiento Territorial Autonomía y Descentralización (COOTAD) cuyo objetivo principal es potenciar la descentralización; y, el Estatuto Orgánico de Gestión Organizacional por Procesos del Ministerio de Educación, brinda la oportunidad a las Autoridades Zonal y Provincial de Educación para volcar sus esfuerzos en la coordinación y realización de tareas diferenciadas que atiendan las características de los distritos y circuitos educativos e incluso de cada comunidad, tomando en cuenta que una educación de calidad, tendría que empezar por garantizar el acceso a la educación en condiciones de equidad.
La comunidad espera que la nueva organización territorial y la zonificación de la educación permitan superar los obstáculos que impiden el desarrollo e identificar las deficiencias propias de cada comunidad, con la finalidad de reformular la política educativa e implementar medidas específicas y descentralizadas.
Finalmente parafraseo a Paulo Freire, recalcando que “es posible otro mundo si los docentes dejan de ser endebles e indecisos…si se vinculan de manera fraterna con el pueblo, si se exigen a sí mismos la reflexión de su práctica cotidiana… y si sin dejar de luchan por la unidad gremial luchan por una educación liberadora”.

lunes, 30 de mayo de 2011

La Educación de la Resistencia y de la Creación; de la Insurrección y de la Emancipación

En el afán de contribuir desde mi práctica como educador, también desde la conspiración que va uniendo la rebeldía popular en nuestro país, que ya no sueña sino que lucha por hacer realidad el eslogan de “la educación es el pilar fundamental de los pueblos”.
No podemos olvidar que la conquista, la colonización y la criollización como un referente capitalista injusto y deshumanizante, aún siguen en la idea de destruir nuestro imaginario social y cultural, de controlar nuestras tierras, nuestros pueblos e incluso nuestras vidas.
Cobra actualidad la educación para la emancipación que Paulo Freire nos propone defender diariamente, como parte de la “batalla cultural por la descolonización de nuestros pueblos, en contra de la opresión a la que nos sometió la expansión violenta del capitalismo europeo, que aplastó nuestras culturas e identidades ancestrales a pretexto de ayuda y colaboración para el desarrollo, es decir a su idea mercantil y privatista para la dependencia”.
La educación que Freire nos propone, es de la resistencia y de la creación, de la insurrección y de la emancipación frente al poder neocolonial, que en el empeño de la dependencia y el control de nuestros pueblos aún nos impone incluso los términos de qué sentir, qué desear, qué creer, que hacer.
Freire nos propone una educación liberadora que combata los diferentes modos de deshumanizarnos, de volvernos hombres y mujeres funcionales a su dominación: consumistas, competitivos, egoístas, individualistas, que solo tratan de echar abajo la unidad popular, la solidaridad clasista, las identidades que nos permiten reconocernos en pueblos.
Mientras el Estado nos habla de la “revolución educativa” los educadores comprometidos con la educación pública proponemos la “educación para la emancipación”, como condición para una vida digna. Para unos y otros el reto actual es, el legado de Ernesto Guevara, el de crear “hombres nuevos y nuevas mujeres, que sólo pueden formarse y transformarse colectivamente, imaginando el cambio social para luchar por él” desde la escuela.
Para ello nos hace falta un Proyecto Educativo Nacional, estratégico, integral, emancipador y esencialmente humano, que promueva la igualdad de oportunidades para todos, sin privilegios ni discriminaciones, que ofrezca nuevas oportunidades a la niñez y juventud se forme y aprenda de manera consciente involucrándose en la solución de los problemas nacionales, en la defensa de la democracia, de la naturaleza y de la soberanía nacional y que además involucre a la escuela con la práctica social y la investigación científica.
El gobierno de la “revolución ciudadana” debe entender que no se trata de criminalizar la lucha popular ni la pobreza para reducirla al enfrentamiento entre un modelo político económico y otro, entre un programa partidario y otro -mucho menos entre pueblo y pueblo-, sino de la diaria pugna popular entre la esperanza y el miedo, entre la humillación y la libertad.
Tienen vigencia las palabras de José Carlos Mariátegui cuando dice que “el mito tiene su propio lugar en la lucha revolucionaria”, pues el Gobierno de Rafael Correa que acaba de comprobar el descenso de su popularidad, lejos de rodearse de técnicos (obviamente políticos) en los ministerios, insiste en el reciclase desde la derecha y el populismo, nombrando a “personajes” como “Las manos del Ecuador”, estancando su “revolución ciudadana” y postergando los sueños de la gente por mejorar la educación, la salud, la vivienda,  en fin los sueños del pueblo a gozar de una vida digna.
Por nuestra parte, los maestros progresistas, enredados en el amor a la Patria y al pueblo, seguiremos trabajando hacia una educación emancipadora como auténtica práctica para la creación de “hombres nuevos y nuevas mujeres”.