Este
Primero de Mayo, una vez más los trabajadores volvieron a encontrarse en las
calles y plazas de todo el mundo, a excepción de los Estados Unidos, donde la
oligarquía yanqui, gracias a su ignominia se niega a recordar a los Mártires de
Chicago en esta fecha. Y no es su mala memoria, pues, por el año de 1886 los
obreros salieron a exigir a sus patrones cumplieran con la jornada de ocho
horas; en respuesta, recibieron una sangrienta represión y el posterior
fusilamiento de sus líderes sindicales.
En
todo el país el día de ayer se realizaron marchas por el Día Internacional del
Trabajador, a rememorar las masacres de noviembre de 1922 y de Aztra en 1977. Como
siempre, buena parte de trabajadores pequeño burgueses que ven solamente sus
intereses decidieron quedarse en casa; otros han resuelto plegarse a la visión
neo-populista de AP aprovechándose de la coyuntura; finalmente, la burocracia sindical saca sus
propias cuentas ahora que se ha anunciado la discusión de un nuevo Código
Laboral y ya pensando en las candidaturas del 2017.
También
estuvieron los obreros de base, los luchadores de todos los días, los que a
pesar de la persecución no se amilanan sino que por el contrario aceran sus
convicciones; los que esculpen en bronce sus ideas, los que propagan los
principios y se enorgullecen de sostenerlos, salieron a reivindicar sus
derechos y a exigir respeto a las justas conquistas conseguidas a costa de unidad,
lucha y sangre de la clase obrera, que hoy desde el Ministerio de lo Laboral,
se pretenden vulnerar.
En nuestra ciudad, durante los discursos no negaron que se haya
encausado ciertas políticas en favor de los sectores populares, pero se
hicieron llamados a concienciarse de que la lucha obrera tiene que
transformarse en lucha política, para así poder rechazar la regularización de
las movilizaciones y de la protesta social; las restricciones a la libre
organización y la criminalización de la protesta social. A involucrarse en la
discusión del nuevo Código de Laboral, que debe ser un espacio para que el
movimiento obrero, más allá de las reivindicaciones coyunturales pueda
presentar una propuesta estructural que recoja la lucha histórica por la dignidad
de los ecuatorianos. Se levantaron banderas saludando al trabajador y
reivindicando el verdadero valor del trabajo.