viernes, 25 de abril de 2014

Urge recuperar la palabra política



Todos los gobiernos reconocen a la educación como el pilar fundamental del desarrollo y transformación de la sociedad. Necesario es, entonces reflexionar en qué medida las políticas y prácticas educativas contribuyen al proyecto político del gobierno de la “revolución ciudadana”.
El Presidente Correa durante el congreso de UNE realizado en Loja, reconocía a los maestros como “los artífices y protagonistas de las transformaciones políticas y sociales del pueblo ecuatoriano”. Proclamó “un cambio de época en favor de las mayorías populares con la participación activa de la ciudadanía”
Me pregunto: ¿Por qué dice que los fracasos del sistema educativo se deben a la injerencia de un partido político? ¿Qué pasó con los discursos revolucionarios que proclamaban el fin de la noche neoliberal? ¿Qué pasa con el profesorado cuya práctica educativa está dominada por la palabra silencio?”
No hay en país alguno, leyes educativas neutras o apolíticas. La educación misma es el resultado de la lucha de clases. Diferente y antiético sería, pretender manipular desde las aulas a la niñez y juventud para crear un pensamiento partidista, contrario al que puedan tener muchos otros ciudadanos.    
Para que la escuela y el sistema educativo formen parte de un proyecto político, hace falta diseñar un proyecto educativo consensuado, en el que en primer lugar, recuperemos nuestra historicidad y a partir de ella, entender como las clases sociales dominantes han defendido y defienden sus intereses. Luego de eso, podremos decidir qué es lo que consideramos valioso y cómo queremos construir un proyecto político que garantice “la interculturalidad y plurinacionalidad… propugnando la unidad en la diversidad, … y propendiendo a la valoración de las formas y usos de las diferentes culturas que sean consonantes con los derechos humanos”.
Finalmente, hay que perder el miedo y creer en la unidad; y para poder llevar a cabo ese proyecto de transformación social y nacional desde la educación, es urgente recuperar la palabra política, así la escuela recuperará y pondrá en el centro de su acción el debate político sobre los problemas sociales, ya que estos han desaparecido de la palestra educativa vía decreto y cuando han sido incorporados en la práctica educativa, estos son sometidos a un proceso de filtración y penalización.