sábado, 14 de junio de 2025

Palestina no está sola, su lucha es la nuestra

El genocidio en Gaza marca un punto de inflexión histórico. Lo que hoy presencia el mundo con la complicidad activa de Estados Unidos, la Unión Europea y el sionismo internacional, no es solo una masacre, sino la repetición sistemática del horror que supuestamente nunca debía volver a ocurrir. Gaza es hoy un campo de exterminio, y Palestina se ha convertido en el espejo que revela las fisuras morales más profundas del siglo XXI.

El aparato de muerte israelí, con apoyo estadounidense, no solo destruye cuerpos, sino que impone el silencio y normaliza la barbarie. Medios como CNN han servido como la nueva voz de Goebbels, repitiendo narrativas de odio, encubrimiento y desinformación. La cooptación mediática, primero justificando la masacre como respuesta al terrorismo de Hamás, luego reduciendo la crítica a Netanyahu oculta el carácter fascista de toda la estructura colonial israelí.

En nombre de la “democracia”, Israel ejecuta crímenes sexuales y torturas contra prisioneros palestinos, que han sido documentadas revelando una práctica estructural. La impunidad de los soldados es celebrada por una sociedad que ha sido nazificada culturalmente. Lo denuncia el periodista Richard Sanders, y lo confirma la estadística, el 65 % de la población israelí se opone a castigar a soldados violadores de palestinas.

Mientras tanto, Alemania, el supuesto país del "nunca más" se convierte en el segundo proveedor de armas a Israel y persigue a quienes defienden a Palestina. La represión en Europa contra los movimientos solidarios es brutal, mostrando que el fascismo no ha muerto, que se ha reciclado.

En contraste, el 9 de mayo de 2025, en Moscú, se reunieron para conmemorar la derrota del nazismo. En ese escenario, la presencia del presidente palestino junto a líderes y delegaciones de varios países no fue solo simbólica, marcó el nacimiento de un nuevo internacionalismo solidario.

Frente al exterminio, la neutralidad es complicidad. Apoyar al pueblo palestino hoy implica oponerse al sionismo y respaldar con claridad al “eje de la resistencia palestina” y a los pueblos libres del mundo. Gaza pasó de ser una fosa común a un cementerio abierto, esto gracias a Israel con el respaldo de EE-UU, que sostiene el proyecto sionista para sus fines coloniales.

La solidaridad con el pueblo palestino, es lucha contra el racismo, la ocupación y el genocidio. Y quienes dudan, deben mirar a Gaza, allí arde la conciencia del mundo.