Las recientes medidas del gobierno como el aumento del IVA al 15%, junto con el incremento en los precios de las gasolinas han generado una creciente inflación y carestía de la vida, por lo que los trabajadores y los pueblos han salido a las calles en diversas ciudades del país, exigiendo soluciones y manifestando su descontento ante estas injustas medidas que golpean mayormente a los sectores más vulnerables.
El anuncio del gobierno de elevar el IVA al 15% se presentó como una medida necesaria para combatir la delincuencia organizada; sin embargo, esta decisión ha sido ampliamente criticada porque lo que en realidad se ha hecho es dar bala como loco a cualquier hijo del pueblo para inflar los números de "terroristas capturados" y justificar que sí hay combate a la delincuencia, y para intentar tapar el abuso de autoridad, maltratos, torturas, desapariciones y asesinatos por parte de las fuerzas represivas.
Desde el 28 de junio el precio de las gasolinas extra y ecopaís se elevó a 2,72 dólares; el 12 de julio costarán 2,86 dólares y el 12 de agosto costará 3 dólares el galón, medida que ha provocado en cadena el aumento de los costos del transporte y producción, lo que a su vez ha repercutido en el precio final de los bienes de consumo básico. Si sube la gasolina sube todo, la gente siente un doble incremento del costo de la vida que reduce el poder adquisitivo de los escuálidos ingresos de las familias, esto es lo que ha empujado a los trabajadores y a miles de personas a las calles, exigiendo políticas que prioricen el bienestar social y la protección de los más desfavorecidos.
El gobierno neoliberal de Daniel Noboa y los grandes empresarios, defienden las políticas económicas impuestas por el FMI como necesarias para la recuperación del país. Estas reformas afectan gravemente los derechos de los ciudadanos generando un creciente descontento popular. Sin embargo y pese a la presión social el gobierno no ha mostrado disposición para dialogar con los líderes de las protestas sociales a fin de encontrar soluciones a la crisis.
La situación en Ecuador sigue siendo tensa y las protestas reflejan un profundo malestar social ante las medidas anti populares que se perciben como injustas y perjudiciales para la mayoría de la población. Si Daniel Noboa se niega a escuchar al pueblo, el pueblo al igual que el pasado 4 de julio, seguirá saliendo a las calles a gritar más fuerte y a luchar por un futuro más justo y equitativo.
