viernes, 12 de julio de 2024

La educación, pilar para la liberación de los pueblos

“Si no te interesas en la política, la política se interesará por ti”  Noam Chomsky

Repetimos y no como una muletilla que la educación es el pilar fundamental en el desarrollo de las sociedades. A través de los siglos, ha demostrado ser una herramienta poderosa para la transformación social, económica y cultural; es decir, la educación es el arma para entender las causas de la crisis general y a la vez para fomentar el progreso colectivo y la liberación de los pueblos.

Recordemos que las políticas económicas y educativas de los gobiernos neoliberales condicionan las relaciones económico-sociales ahondando la lucha de clases entre el proletariado y la burguesía. Paulo Freire decía que “sería ingenuo esperar que las clases dominantes desarrollasen una forma de educación que permitiese a las clases dominadas percibir las injusticias sociales en forma crítica”.

La educación no solo proporciona conocimientos académicos, sino que también desarrolla habilidades críticas y fomenta el pensamiento independiente que dote a los individuos la capacidad para analizar, cuestionar y comprender su entorno. La UNE promueve una educación para la emancipación a través de una nueva escuela, se suscitaría la autonomía personal y colectiva, facilitando a los ciudadanos la participación activa en la vida política, económica y social para el ejercicio pleno de sus derechos.

La educación vista como un proceso de emancipación, pasa por percibir que el cambio es necesario, que hay que organizarse para actuar, ello implica un cambio en la conciencia del hombre, que comprenda que es necesario educarse y luchar; que es necesario “fortalecer su mente en cualquier momento y en cualquier lugar”. Una de las tareas más importantes de la educación para la emancipación es ofrecer a todos igualdad de oportunidades para acceder a una educación de calidad, para salir de la pobreza, en fin, para abrir las puertas hacia una vida más digna.

Suena bonito eso de un cambio curricular que promueva valores de respeto, tolerancia, reducción de conflictos. Sin embargo, ningún cambio curricular por sí solo es una solución mágica. Esto solo será posible en una patria nueva que trate a la educación no solo como un derecho humano fundamental, sino también como una herramienta esencial para la erradicación de la pobreza, exclusión, discriminación entre otros obstáculos que actualmente impiden que cerca de 300 mil niños y jóvenes estén fuera de las aulas siendo presa fácil de la delincuencia.

La educación es la herramienta más fuerte que podemos usar para cambiar al mundo”. La educación es, sin duda, el motor más poderoso para la liberación de los pueblos. Invertir en educación no es solo una responsabilidad constitucional, sino también una estrategia moral y fundamental para construir un futuro más justo, equitativo y próspero para todos.