viernes, 19 de julio de 2024

Los trabajadores contra la guerra y el genocidio

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  “Proletarios de todos los países, ¡uníos!” “No tenéis nada que perder más que vuestras cadenas”
 
 La guerra y el genocidio son dos de las mayores tragedias que puede enfrentar la humanidad. Ucrania y Palestina representan dos ejemplos dolorosos de cómo estas situaciones afectan a millones de personas. Los trabajadores son quienes mayormente han mostrado una notable solidaridad y resistencia contra la explotación y dominación ejercidas por la oligarquía criolla y por las potencias extranjeras, han sido los trabajadores a lo largo de la historia, quienes han luchado en contra del nazismo, el fascismo y el sionismo instrumentos del imperialismo.

El conflicto en Ucrania, comenzó en el año 2014 intensificándose en el 2022. Rusia justifica que defienden el territorio de Crimea anexado luego de un referendo, que lo hacen para salvar la vida de la población de habla rusa en la región. Sin duda, es porque Rusia se opone al acercamiento de Ucrania a la OTAN.

En cambio, el ejército sionista israelí, justifica que los ataques genocidas a Palestina son en respuesta a la arremetida “terrorista” el 7 de octubre de 2023 por parte del grupo Hamás. Hay que enfatizar que el ataque de Israel contra el pueblo palestino, empezó en 1967 y continúa hasta el presente, bombardeando y convirtiendo en un cementerio abierto varias ciudades en la Franja de Gaza y Cisjordania.

La guerra ha causado una catástrofe humanitaria. En Ucrania hay 14 millones de desplazados, hay más de 10 mil muertos y cerca de 18 mil heridos. Mientras que, en Palestina, el genocidio israelí ha causado la muerte de más de 35 mil palestinos, 78 mil heridos, el derrocamiento de hospitales, escuelas, universidades, mezquitas y más de dos millones de personas desplazadas dentro y fuera de Palestina.

En medio de este terrorífico escenario, gobiernos progresistas, sindicatos y organizaciones de trabajadores, organizaciones no gubernamentales, movimientos sociales y políticos, universidades y medios alternativos de comunicación, han amplificado las voces de las víctimas para sensibilizar tanto a los organismos internacionales como a nuestra gente sobre las realidades de estos conflictos.

“No es una guerra, es un genocidio”, “ que cese la barbarie”, son algunas de las frases que repiten una y otra vez los trabajadores desde la más profunda indignación y el dolor en solidaridad con las causas de paz en Ucrania y Palestina, cada herida en estos pueblos es también una herida en los pueblos y nacionalidades del Ecuador. Nadie debe guardar silencio o permanecer ajeno a esta barbarie.

“Proletarios de todos los países, ¡uníos!” “No tenéis nada que perder más que vuestras cadenas”. La sentencia de Marx y Engels, nos invita a la clase trabajadora y a los pueblos a fortalecer la solidaridad y unidad para derrocar al imperialismo y al genocidio; para construir una Patria Nueva que ofrezca mejores condiciones de vida para todos.