El 20 de agosto se realizaron los sufragios generales anticipados para elegir al Presidente de la República, la nueva Asamblea Nacional y dos consultas populares. Estas elecciones se desarrollaron en un escenario complejo, marcado por la narco violencia y el sicariato. Luego del asesinato del candidato Fernando Villavicencio, y del debate presidencial, en menos de 72 horas cambiaron las preferencias.
Lo ocurrido el domingo pasado ratifica que buena parte de los votos fueron en búsqueda de lo nuevo entre comillas, pero sin análisis profundo y menos aún de clase. El correísmo con Luisa González apuntaba a un triunfo en una sola vuelta, pues en la segunda las oportunidades de ganar son pocas, y no es ninguna ligereza decir que sufrieron una derrota electoral, pues tendrán que enfrentar el anticorreímo cuesta arriba ya que todos le harán carga montón. Esto avizora un triunfo a favor de Daniel Noboa, aunque en política no se puede descartar ningún evento que cambie las tendencias.
En escenario parlamentario se repite. El correísmo obtuvo una alta votación que le catapulta como la primera fuerza política. Intuyo que el correísmo como ya sucedió en el periodo anterior, pactará con los social cristianos para aglutinar algo más de 70 votos, lo que les daría la mayoría simple, para las triquiñuelas y el reparto de las dignidades legislativas.
Tras la candidatura de Daniel Noboa están los grandes grupos empresariales y la derecha oligárquica, ellos no escatimarán los millones de dólares para repartirlos durante la campaña en alimentos, asistencia social, aparatos de apoyo logístico, propaganda en medios de comunicación, pago a comunicadores para que se encarguen de persuadir a la población. Ellos con la certeza de ganar la presidencia, de antemano buscarán cueste lo que cueste una mayoría parlamentaria que les permita poner en marcha el proyecto neoliberal para gobernar sin contratiempos. Sin duda, los acuerdos políticos conllevarán la entrega de la administración pública en provincias.
Mientras que la candidatura de Luisa González, como ella misma lo ha expresado, estará asesorada por el ex presidente Rafael Correa, haciendo lo que ya hicieron antes. Es decir, volver a dejar sin trabajo a miles de trabajadores bajo la figura de renuncia obligatoria, rifarse los recursos provenientes de la explotación petrolera y minera, saquear los dineros de la seguridad social, engordar sus bolsillos con los sobre precios en la contratación de la obra pública. Y como si esto fuera poco, volverán a criminalizar la protesta social, a perseguir a los líderes populares, a vulnerar los derechos del magisterio, a dividir las organizaciones sindicales. Peor aún, seguirán fraguando más violencia delincuencial de la que ya está sumido el país. Eso nos ofrecen repetir el correísmo.
En conclusión, al pueblo no le quedan opciones. Ni Noboa ni Luisa se identifican con los intereses y necesidades de los trabajadores y sectores populares. Ambas candidaturas son responsables de la crisis general que afecta al país.