sábado, 25 de junio de 2022

Inseguridad y falta de trabajo la mayor deuda social del gobierno

Los últimos días las movilizaciones populares mostraron un crecimiento en la participación y apoyo ciudadano. Los medios de comunicación dieron cuenta que miles de personas protestaron en diferentes ciudades del país. Finalmente, las marchas y el fuerte del paro se trasladaron a Quito. Consignas como “Lasso, escucha, el pueblo está en la lucha” y “Fuera Lasso fuera” se oyeron como una forma de protesta contra la desacertada administración de las políticas económicas implementadas por el gobierno del desencuentro.

De otro lado, el gobierno convocó a marchas de respaldo a su gestión, las mismas que tuvieron poca resonancia porque la idea principal fue descalificar a la dirigencia indígena y no la búsqueda de soluciones. Que llamaban al dialogo y a la paz decían. ¿a cuál dialogo y a cuál paz? Si el presidente Lasso huérfano de asesoría política, sin el menor conocimiento del significado de democracia, cree además que el pueblo que protesta pone en riesgo la democracia, sin reconocer que hace rato debido a los pactos fachosos es él quien ha generado malestar en la democracia, y con el supuesto de garantizar la tranquilidad ciudadana, mediante decretos que van y vienen institucionalizó la represión al extremo de convertir la Casa de la Cultura Ecuatoriano en campamento policial y militar para contener el reclamo popular. Lasso se ha manchado de sangre, producto del abuso, hay algunos muertos.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador junto a otras organizaciones sociales de todo el Ecuador, en una muestra de dialogo, desde junio de 2021 plantearon algunas reivindicaciones al presidente Lasso para superar la crisis y mejorar las condiciones de vida de los sectores menos favorecidos, la respuesta siempre ha sido una tajante negativa. Sin embargo, una vez encendida la llama del descontento y de la resistencia, el gobierno dice estar presto al dialogo, un “dialogo unilateral”, que no garantiza el cumplimiento de posibles acuerdos para congelar los precios de los combustibles, atender los problemas del agro, respetar los derechos colectivos, garantizar seguridad, presupuesto para la educación y la salud, generación de empleos, frenar la minería ilegal y detener la privatización de los sectores estratégicos, son entre otras las demandas planteadas en 10 puntos por la CONAIE.

En el afán de ganar a la ciudadanía, el presidente Lasso y su gabinete de gobierno, en la mayoría de medios de comunicación deshonran la protesta social, calificando de vagos y vándalos a los manifestantes, agregando que la marcha está financiada por el narcotráfico. Olvida el presidente Lasso, que él mismo hace poco llamaba al movimiento indígena a enfrentar el autoritarismo de la época. Autoritarismo que ahora se ha convertido en política de gobierno matizada de extrema represión.

El hecho real es que, “solo el pueblo salva al pueblo”. En este gobierno ha perdido la capacidad de cohesionar las fuerzas políticas y sociales en un bloque histórico que permita cimentar la Patria Nueva.