Tras permanecer varios días afectado por el Covid-19, el
dirigente popular Alfonso Yanez Montero falleció la madrugada del domingo 19
víctima de la indiferencia e incapacidad de un gobierno criminal que no le
facilitó una cama UCI. Tengo la certeza que murió peleando por su propia vida,
"de pie sobre la tierra como un árbol". Las reacciones al
fallecimiento no se hicieron esperar y, desde la Coordinadora Nacional de
Maestros Jubilados y otras organizaciones gremiales, han manifestado su pesar
por el lamentable suceso.
Alfonso Yanez, junto a la Unión Nacional de Educadores,
de la que fue su Presidente, lideró la lucha en las plazas y calles contra las
dictaduras militares de las décadas 60 y 70, de los gobiernos déspotas de
Febres Cordero y Correa, de los sectores oligárquicos, exigiendo las garantías
que contempla la Constitución y el derecho a una vida digna. Desde muy joven
fue militante activo de la izquierda a la que perteneció toda su vida. En 1984
participó como candidato a la vicepresidencia del Ecuador en binomio con Jaime
Hurtado González, su actividad política y gremial se caracterizó por su combate
incansable en defensa de la educación fiscal y laica, de los intereses de la
clase docente, de los trabajadores y de los sectores populares.
Alfonso Yanez, luego de su jubilación, cuando el
correismo arremetió contra las organizaciones sindicales, en especial de
docentes, estudiantes, médicos, abogados y jubilados, precisamente frente a esa
arremetida se creó la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados para defender
la jubilación adicional que los maestros aportábamos desde 1964, derecho que
inicialmente Correa suspendió, y que gracias a la tenacidad de la organización
fue restituido. Aún me resuenan sus palabras: “Luchar por la dignidad, la libertad
y el derecho a la vida, para que el maestro jubilado sea respetado por los
gobiernos de turno y por la sociedad”. Murió exigiendo a los gobiernos de
Correa y Moreno, a quienes se refirió como: “las dos caras de la misma moneda”,
y a los ministros de finanzas y de educación que no cancelan el incentivo
jubilar desde el año 2008.
Alfonso Yánez, perteneció a la generación de combatientes
de acero, sus aportes a la clase docente y trabajadora junto a su inquebrantable
resistencia, lo hicieron merecedor del respeto, la admiración y cariño de
dirigentes sindicales, políticos y de sectores populares y de la sociedad
civil, quienes reconocían en él su entereza y entrega a la hora de defender las
causas populares de los abusos de los gobiernos de turno.
Laura Hidalgo., dice sentir su partida al igual que el
magisterio ecuatoriano, “se pierde a un gran maestro por la indolencia de este
gobierno nefasto que prioriza pagar la deuda externa, esconder y solapar la
corrupción, desatendiendo la salud en esta crisis sanitaria”. “Se nos ha ido el
amigo y compañero Alfonso Yanez, seguir la lucha es honrar su memoria”,
manifestó el Lic. José Eduardo Morales, dirigente de los Docentes Jubilados de
la Provincia de Loja.