Mientras la gran mayoría de los ecuatorianos, exigen al Gobierno
acciones concretas para combatir la corrupción, éste, al estilo romano
de “al pueblo, pan y circo”.
Conforma una Comisión Anticorrupción que luego denomina Frente de
Transparencia y Lucha Contra la Corrupción, un show para mantenernos
distraídos del tema Odebrecht.
Un show, porque hasta el lunes pasado se obstruía toda propuesta tendiente a enfrentar y sancionar la corrupción. Se llegó incluso a sentenciar a los integrantes de la Comisión Anticorrupción formada por personajes de elevada solvencia ética y política, como el Doctor Julio César Trujillo, quienes se negaron a ser parte del show ya que, en su momento, realizaron una serie de investigaciones en diferentes esferas y no solamente en el caso Odebrecht, entre las que encontraron presuntas responsabilidades del ahora prófugo Contralor General del Estado.
Los medios informativos han dado a conocer la existencia de una larga lista de involucrados con fuero de Corte. Desde el oficialismo se canturrea que se investigará hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. Sin embargo, el inesperado interés de la mayoría legislativa, por las averiguaciones del caso Odebrecht, sumado a la cercanía del fiscal Carlos Baca con el Gobierno, nos genera sospecha. Se sabe ya que el interés no es para respaldar la acción del Presidente Lenín Moreno, sino más bien, que su apuro de apoderarse de la lista de involucrados, es para manipularla y sancionar como se ha empezado, solamente a peces chicos, protegiendo el pellejo de Rafael Correa, Jorge Glass y otros altos burócratas que gozaban de impunidad oficial por afiliación o afinidad al partido verdeagüita.
El vicepresidente Jorge Glass ha mostrado su predisposición para acudir a la Asamblea Nacional a ofrecer sus opiniones como responsable de los sectores estratégicos, pero la Asambleísta María Carrión, presidenta de la comisión respectiva, ha negado esa posibilidad, pese a estar detenido su tío y otros allegados, alegando no haber evidencias suficientes que lo vinculen. A Carrión, cabe recordarle la cita maquiavélica: “el que no quiere detectar los males cuando brotan, dejando de lado lo que se debería hacer, inicia el camino de la complicidad”.
Hoy que el escándalo es público, la fanaticada correísta quiere aparecer como moralizadora. El juicio político al prófugo Contralor, es parte de la distracción mediática, él mismo ha dicho que no regresará. Por tanto, urge la movilización popular, para exigir se sancione a todos los responsables de la corrupción.
Un show, porque hasta el lunes pasado se obstruía toda propuesta tendiente a enfrentar y sancionar la corrupción. Se llegó incluso a sentenciar a los integrantes de la Comisión Anticorrupción formada por personajes de elevada solvencia ética y política, como el Doctor Julio César Trujillo, quienes se negaron a ser parte del show ya que, en su momento, realizaron una serie de investigaciones en diferentes esferas y no solamente en el caso Odebrecht, entre las que encontraron presuntas responsabilidades del ahora prófugo Contralor General del Estado.
Los medios informativos han dado a conocer la existencia de una larga lista de involucrados con fuero de Corte. Desde el oficialismo se canturrea que se investigará hasta las últimas consecuencias, caiga quien caiga. Sin embargo, el inesperado interés de la mayoría legislativa, por las averiguaciones del caso Odebrecht, sumado a la cercanía del fiscal Carlos Baca con el Gobierno, nos genera sospecha. Se sabe ya que el interés no es para respaldar la acción del Presidente Lenín Moreno, sino más bien, que su apuro de apoderarse de la lista de involucrados, es para manipularla y sancionar como se ha empezado, solamente a peces chicos, protegiendo el pellejo de Rafael Correa, Jorge Glass y otros altos burócratas que gozaban de impunidad oficial por afiliación o afinidad al partido verdeagüita.
El vicepresidente Jorge Glass ha mostrado su predisposición para acudir a la Asamblea Nacional a ofrecer sus opiniones como responsable de los sectores estratégicos, pero la Asambleísta María Carrión, presidenta de la comisión respectiva, ha negado esa posibilidad, pese a estar detenido su tío y otros allegados, alegando no haber evidencias suficientes que lo vinculen. A Carrión, cabe recordarle la cita maquiavélica: “el que no quiere detectar los males cuando brotan, dejando de lado lo que se debería hacer, inicia el camino de la complicidad”.
Hoy que el escándalo es público, la fanaticada correísta quiere aparecer como moralizadora. El juicio político al prófugo Contralor, es parte de la distracción mediática, él mismo ha dicho que no regresará. Por tanto, urge la movilización popular, para exigir se sancione a todos los responsables de la corrupción.