domingo, 6 de septiembre de 2009

¿NOS DA MIEDO PENSAR? / Por Bertrand Russell

He encontrado este texto de Bertrand Russell, (tomado 15-agosto-2007, de http://oscarcalle.blogspot.com/2007/08/nos-da-miedo-pensar.), me ha resultado muy interesante. Su propio título es muy significativo y sucinto, lo plantea con ilustrada ironía. Se los dejo para la reflexión:

¿NOS DA MIEDO PENSAR?
En: "Principles of Social Reconstruction". London, 1916.

   "Los hombres temen al pensamiento más de lo que temen a cualquier otra cosa del mundo; más que la ruina, incluso más que la muerte.
    El pensamiento es subversivo y revolucionario, destructivo y terrible. El pensamiento es despiadado con los privilegios, las instituciones establecidas y las costumbres cómodas; el pensamiento es anárquico y fuera de la ley, indiferente a la autoridad, descuidado con la sabiduría del pasado.
    Pero si el pensamiento ha de ser posesión de muchos, no el privilegio de unos cuantos, tenemos que habérnoslas con el miedo.
    Es el miedo el que detiene al hombre, miedo de que sus creencias entrañables no vayan a resultar ilusiones, miedo de que las instituciones con las que vive no vayan a resultar dañinas, miedo de que ellos mismos no vayan a resultar menos dignos de respeto de lo que habían supuesto.
    ¿Va a pensar libremente el trabajador sobre la propiedad?
Entonces, ¿qué será de nosotros, los ricos?
    ¿Van a pensar libremente los muchachos y las muchachas jóvenes sobre el sexo?
Entonces, ¿qué será de la moralidad?
    ¿Van a pensar libremente los soldados sobre la guerra?
Entonces, ¿qué será de la disciplina militar?
    ¡Fuera el pensamiento!
    ¡Volvamos a los fantasmas del prejuicio, no vayan a estar la propiedad, la moral y la guerra en peligro!
    Es mejor que los hombres sean estúpidos, amorfos y tiránicos, antes de que sus pensamientos sean libres. Puesto que, si sus pensamientos fueran libres, seguramente no pensarían como nosotros. Y este desastre debe evitarse a toda costa.
    Así arguyen los enemigos del pensamiento en las profundidades inconscientes de sus almas. Y así actúan en las iglesias, escuelas y universidades."
 

Decálogo de Bertrand Russell

1.  No estés absolutamente seguro de nada.

2.  No creas conveniente actuar ocultando pruebas, pues las pruebas terminan por salir a la luz.

3.  Nunca intentes oponerte al raciocino, pues seguramente lo conseguirás.

4.  Cuando encuentres oposición, aunque provenga de tu esposo o de tus hijos, trata de superarla por medio de la razón y no de la autoridad, pues una victoria que dependa de la autoridad es irreal e ilusoria.

5. No respetes la autoridad de los demás, pues siempre se encuentran autoridades enfrentadas.

6.  No utilices la fuerza para suprimir las ideas que crees perniciosas, pues si lo haces, ellas te suprimirán a ti.

7.  No temas ser extravagante en tus ideas, pues todas las ideas ahora aceptadas fueron en su día extravagantes.

8. Disfruta más con la discrepancia inteligente que con la conformidad pasiva, pues si valoras la inteligencia como debieras, aquélla significa un acuerdo más profundo que ésta.

9.  Muéstrate escrupuloso en la verdad, aunque la verdad sea incómoda, pues más incómoda es cuando tratas de ocultarla.

10. No sientas envidia de la felicidad de los que viven en el paraíso de los necios, pues sólo un necio pensará que eso es la felicidad.

Escrito el 16 de diciembre de 1951, en la revista: New York Times Magazine, decálogo que, según él, todo profesor debería desear enseñar a sus alumnos. Posiblemente, no sea una enseñanza completa en sí, pero enseña los pasos necesarios que toda persona ha de intentar dar para encontrarse con la razón y alejarse de todo tipo de supersticiones y creencias sin fundamento alguno.

Nos enseñan a ser escépticos, pero sin cerrarnos a posibles evidencias que desconozcamos.  A respetar al resto y permitir que todos expongan su opinión, sin que nadie la intente imponer a la fuerza mediante el miedo o la opresión. A seguir adelante con nuestras opiniones, por muy excéntricas que sean. A ser franco y no ocultar la realidad, aunque esta vaya en contra de nuestro propio beneficio.

Ni la fuerza, ni la autoridad, ni la mentira tienen valor alguno en un mundo donde únicamente ha de triunfar la razón, por encima de todo.