El desempleo y la precarización laboral provoca el detrimento de los derechos de la mujer trabajadora; y más, de las mujeres sin trabajo. Ellas carecen de estabilidad, seguridad social y sanitaria. La falta de fuentes de trabajo aumenta la desnutrición infantil y la violencia machista en todas sus formas. Para atacar estos males y otros, es urgente recuperar el carácter de clase y el papel reivindicativo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora.
En el Ecuador, las mujeres junto a los y las jóvenes son mayoría. Sí, son la mayoría en busca del pan del día para sus hijos. Son la mayoría haciendo fila en los centros de salud en espera de la escasa atención médica. Son la mayoría haciendo la cola para cobrar el bono de la miseria. Son la mayoría en recibir salarios injustos. Son la mayoría en ser discriminadas por el Estado y por la empresa capitalista. Sin embargo, son las últimas en ser escuchadas y atendidas por los gobiernos de turno.
La oligarquía gobernante demuestra mayor interés por rescatar bancos y empresas con dinero público; guardar complicidad ante la corrupción en las instituciones y empresas públicas; calificar de desestabilizadores y terroristas a los hombres y mujeres que denuncian el testaferrismo y los atracos contra los dineros del pueblo; ha aumentado la represión a la resistencia social. El gobierno se esfuerza por detener el avance organizativo de las mujeres que reconocen y ubican su lucha dentro del conjunto de reivindicaciones políticas de los pueblos y nacionalidades.
Es vergonzosa la intromisión del feminismo burgués o de escritorio que pretende hacer olvidar el origen de clase de este día. Buscan impedir cualquier postura reivindicativa en las manifestaciones en defensa de los derechos sociales y laborales. El gobierno intenta presentar esta fecha como un día de fiesta con el objetivo de desactivar el componente de lucha de clase que tanto le asusta.
En esta fecha debe condenarse el asesinato de 123 mujeres y 23 hombres en una fábrica en Nueva York. Esta fecha es para rememorar a la líder comunista alemana Clara Zetkin, a las compatriotas Manuela Espejo, Manuela Sáenz, Matilde Hidalgo, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, Rosita Paredes, que junto a otras mujeres libraron y libran una lucha sin cuartel por mejorar las condiciones de vida y de trabajo, por la emancipación de las mujeres y contra la violencia feminicidia e infantil
Este 8 de Marzo, es el escenario propicio para saludar y reivindicar el carácter de clase del Día Internacional de la Mujer Trabajadora. No de aquellas mujeres que, sin tener méritos reconocidos, son favorecidas y protegidas por el gobierno para que apuntalen el sistema vigente y colaboren en la opresión patriarcal y explotación capitalista a las mujeres y a las familias de los sectores populares.