sábado, 9 de julio de 2022

Hay que ser mucha mujer…

 
La historia reafirma que en la conquista de derechos sociales la mujer jugó un rol preponderante, ese rol, le pertenece al pueblo y a sus organizaciones. Al término del exitoso paro nacional, la Misión de Derechos Humanos que estuvo de visita en Quito, reveló que se colocaron cámaras de vigilancia de 360 grados en las cercanías de las sedes de la CONOIE, FUT, UNE, FEUE, con la intención de controlar, desprestigiar y confundir al pueblo. Además, se denunció el “cometimiento de crímenes de lesa humanidad” que la Fiscalía tiene la obligación de investigar.
 

La persecución a las organizaciones populares y sus dirigentes, no es reciente ni propiedad del presidente Guillermo Lasso, es una receta impuesta por el Departamento de Estado Norteamericano que los gobernantes de turno, disponen a las Fuerzas Armadas y a la Policía Nacional la apliquen a sangre y fuego.

El reclamo popular dignifica y nos impulsa a encontrar los mecanismos para lograr trabajo, salud, educación, vivienda, justicia y libertad, de allí que, a diferencia de los grandes medios de comunicación, que se dedican a distorsionar la información a favor de la derecha neoliberal. Afortunadamente, los medios de comunicación alternativa reivindicaron la validez del paro nacional, mostrando la realidad de los hechos y de los pueblos y comunidades en pie de lucha.

La protesta social siempre fue y seguirá siendo una lucha de clases. Durante los 18 días de movilización popular, de los cuales participó de manera activa la Unión Nacional de Educadores, debo resaltar el papel de cientos de maestras y maestros, de manera especial el de dos valientes mujeres que encabezaron las largas jornadas de lucha respaldando la plataforma planteada por la CONAIE, y desde luego, exigiendo se cumpla la equiparación salarial y mayor presupuesto para la educación pública.

Ellas con su actitud demostraron al pueblo y al magisterio que la virilidad no es cosa exclusiva de hombres. Que hay que ser mujer, mucha mujer, como lo son ellas, para defender al pueblo en medio de un ambiente de persecución y represión. Hay que ser mucha mujer para enfrentarse con entereza a hombrecillos cobardes que embrutecidos de poder desde el gobierno criminalizan la defensa de derechos. Hay que ser mucha mujer para luchar contra el presidente de los zapatos rojo-sangre y el neoliberalismo; ellas, junto a muchas mujeres y hombres lo hicieron, pusieron su pecho para enfrentar la bala de la abusiva represión.

A los hombres y mujeres de vanguardia, a los y las docentes unionistas nos corresponde mantener fresca la memoria, como un acto de rebeldía, como el único camino para lograr el cumplimiento de derechos para todo el pueblo.

Finalmente, levanto mi bandera para presentar mí solidaridad, admiración y gratitud a su personalidad, a su valentía, a lo que nos inspiraron. Me refiero a Isabel Vargas y Roxana Palacios, dos maestras unionistas, dos lideresas populares de izquierda.


sábado, 2 de julio de 2022

Protestas mostraron el descontento popular

Las justas movilizaciones de protesta iniciadas el pasado 13 de junio, trascienden más allá de los pueblos y nacionalidades indígenas. El descontento popular como fuerza social a lo largo del paro lejos de debilitarse ha cobrado fuerza y apoyo de otras organizaciones sindicales y sociales, solidaridad que se ha constituido en un factor decisivo en el reclamo de derechos para todo el pueblo, en el combate a las políticas económicas excluyentes, privatizadoras e inhumanas y en la defensa de la soberanía nacional.

El pueblo ecuatoriano y la comunidad internacional han sido testigos de una poderosa represión a los manifestantes y a la dirigencia de las organizaciones indígenas y de distintos sectores sociales; violencia provocada por la tozudez gubernamental que ya suma a su haber cinco muertos, decenas de heridos cientos de detenidos arbitrariamente. El delito es, luchar por la libertad, anteponer su vida con rebeldía para enfrentar la cobardía del gobierno neoliberal, del gobierno entreguista, del gobierno de zapatos rojo-sangre, del gobierno del banquero hambreador que, con una posición más o menos dictatorial junto a las cámaras de producción y empresariales, a los grandes medios de comunicación, a la policía y a las fuerzas armadas estimulan la violencia y la discriminación racial y social contra los sectores populares. Leónidas Iza, quien recalcó que “no han venido a dejar regando la sangre de los hermanos aquí, que llegaron con una propuesta”.

El presidente Guillermo Lasso con oídos solo para los grupos de poder, ha logrado la deslegitimidad de su gobierno y en su afán de recuperar credibilidad y poder, en cadena nacional anunció que se deja sin efecto el estado de excepción decretado en las provincias del norte del país, pero acto seguido vuelve a decretarlo en Azuay, Imbabura, Sucumbíos y Orellana y al mismo tiempo rompe el monólogo de diálogo enfatizando que la policía y las fuerzas armadas harán uso progresivo de la fuerza para contrarrestar la movilización nacional

Más allá de la mediación de la Iglesia, -que de paso también es causante de la crisis-, la protesta del pueblo triunfó. Algunos resultados son la firma de decretos para controlar la especulación, declarar en emergencia la salud pública, condonar deudas hasta los tres mil dólares, bajar costo de la urea al cincuenta por ciento, disminuir en quince centavos el precio de la gasolina eco, aumentar el presupuesto para la Educación Intercultural. Falta temas como el cumplimiento de la equiparación salarial docente, la explotación petrolera y minera, la creación de fuentes de trabajo, la inseguridad ciudadana.

La CONAIE, la FENOCIN y la FEINE, así como el FUT y la UNE llaman a reforzar las organizaciones, la lucha y la unidad del pueblo para exigir que el gobierno cumpla los acuerdos alcanzados y los derechos consagrados en la Constitución y las leyes. Caso contrario, se corre el riesgo de que Lasso y sus lacayos en los próximos días distorsionen los compromisos según los intereses de los banqueros y empresaurios.

sábado, 25 de junio de 2022

Inseguridad y falta de trabajo la mayor deuda social del gobierno

Los últimos días las movilizaciones populares mostraron un crecimiento en la participación y apoyo ciudadano. Los medios de comunicación dieron cuenta que miles de personas protestaron en diferentes ciudades del país. Finalmente, las marchas y el fuerte del paro se trasladaron a Quito. Consignas como “Lasso, escucha, el pueblo está en la lucha” y “Fuera Lasso fuera” se oyeron como una forma de protesta contra la desacertada administración de las políticas económicas implementadas por el gobierno del desencuentro.

De otro lado, el gobierno convocó a marchas de respaldo a su gestión, las mismas que tuvieron poca resonancia porque la idea principal fue descalificar a la dirigencia indígena y no la búsqueda de soluciones. Que llamaban al dialogo y a la paz decían. ¿a cuál dialogo y a cuál paz? Si el presidente Lasso huérfano de asesoría política, sin el menor conocimiento del significado de democracia, cree además que el pueblo que protesta pone en riesgo la democracia, sin reconocer que hace rato debido a los pactos fachosos es él quien ha generado malestar en la democracia, y con el supuesto de garantizar la tranquilidad ciudadana, mediante decretos que van y vienen institucionalizó la represión al extremo de convertir la Casa de la Cultura Ecuatoriano en campamento policial y militar para contener el reclamo popular. Lasso se ha manchado de sangre, producto del abuso, hay algunos muertos.

La Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador junto a otras organizaciones sociales de todo el Ecuador, en una muestra de dialogo, desde junio de 2021 plantearon algunas reivindicaciones al presidente Lasso para superar la crisis y mejorar las condiciones de vida de los sectores menos favorecidos, la respuesta siempre ha sido una tajante negativa. Sin embargo, una vez encendida la llama del descontento y de la resistencia, el gobierno dice estar presto al dialogo, un “dialogo unilateral”, que no garantiza el cumplimiento de posibles acuerdos para congelar los precios de los combustibles, atender los problemas del agro, respetar los derechos colectivos, garantizar seguridad, presupuesto para la educación y la salud, generación de empleos, frenar la minería ilegal y detener la privatización de los sectores estratégicos, son entre otras las demandas planteadas en 10 puntos por la CONAIE.

En el afán de ganar a la ciudadanía, el presidente Lasso y su gabinete de gobierno, en la mayoría de medios de comunicación deshonran la protesta social, calificando de vagos y vándalos a los manifestantes, agregando que la marcha está financiada por el narcotráfico. Olvida el presidente Lasso, que él mismo hace poco llamaba al movimiento indígena a enfrentar el autoritarismo de la época. Autoritarismo que ahora se ha convertido en política de gobierno matizada de extrema represión.

El hecho real es que, “solo el pueblo salva al pueblo”. En este gobierno ha perdido la capacidad de cohesionar las fuerzas políticas y sociales en un bloque histórico que permita cimentar la Patria Nueva.

sábado, 18 de junio de 2022

Protesta social a riesgo de terminar “con los huesos en la cárcel”

El gobierno del desencuentro tiene el país a orillas del descalabro. Insuficiente presupuesto para salubridad y educación; aumento de la criminalidad e inseguridad ciudadana, desatención médica y falta de medicinas en los hospitales públicos; anuncio de elevación de los precios del diésel y la gasolina eco a precios internacionales; infravaloración del precio de los productos del campo; el empleo disminuye y se respalda la precarización laboral; se expande la extracción minera; se anuncia la venta de las empresas públicas como el Banco del Pacífico, hidroeléctricas, IESS, CNT, entre otras.

Ante esta creciente crisis económica, política y de valores y a la ninguna disposición al diálogo, la CONAIE convocó al pueblo ecuatoriano a un paro indefinido que se cumple desde el lunes 13 de junio con la participación de otras organizaciones sociales y populares. 
El gobierno ha manifestado que la magnitud de las movilizaciones ha sido insignificante. Sin embargo, la represión ejercida contra los manifestantes el primer día fue del mismo estilo de cualquier dictadura. La madrugada del martes se detuvo al presidente de la CONAIE Leonidas Iza, craso error del Presidente Lasso, al contrario de atemorizar al pueblo, se encendió más la ira popular. Para la tarde del viernes, atentando el derecho a la vida, eran ya decenas detenidos de forma arbitraria en varias ciudades del país.

Con la receta fresca traída de la “cumbrecilla de las américas”, el presidente Lasso, junto a su gabinete, mediante la difamación, deslegitimación, magnifican la protesta como “actos vandálicos” con la intención de romper el tejido social y detener a los “presuntos responsables”. Patricio Carrillo, ministro del Interior, mostrándose autoritario dijo que se aplicará con rigor la “Ley de Uso Progresivo de la Fuerza” para reprimir las protestas y desarmar a los grupos de oposición, esto con el argumento de “garantizar la paz social”; tal cual lo hizo Rafael Correa para atemorizar, criminalizar y judicializar la protesta social y el derecho a la resistencia como derecho fundamental reconocido en la Constitución.

La Unión Nacional de Educadores convocó para el jueves 16 de junio al magisterio ecuatoriano a sumarse a la protesta social, para defender la equiparación salarial ganada mediante la movilización y dos huelgas de hambre. Por varias ocasiones el presidente Lasso se opuso al reconocimiento de este derecho, vetó en su totalidad la ley. La Corte Constitucional luego de rechazar el veto presidencial, dispuso a la Asamblea Nacional que promulgue la ley y ordene la publicación en el Registro Oficial. Sin embargo, nuevamente con artimañas el presidente Lasso se empeña en dilatar la publicación en el Registro Oficial.

En fin, siempre que el gobierno vulnere derechos existirá el rechazo y la resistencia, por tanto, la protesta social subsistirá muy a pesar de que el presidente Lasso quiera vernos con los “huesos en la cárcel