viernes, 23 de diciembre de 2022

Navidad y Año Nuevo: revive la esperanza por una vida digna

Para más de la mitad de las familias ecuatorianas, se refrenda otra vez un año complicado, la crisis sociopolítica y económica abre más la brecha de la pobreza. La anunciada alza de 25 dólares a los trabajadores no cubre el valor de la canasta familiar; la inflación en estos días es galopante y empeorada por la falta de trabajo, la delincuencia y la corrupción.

Esta es la realidad del campesinado e indigenado, de los trabajadores, de los desempleados, del magisterio, que durante el 2022 en calles y plazas protestaron contra la soberbia de un presidente que no escucha a la gente, que se hizo el loco convocando a dialogar al movimiento indígena, pero sin cumplir los acuerdos, por el contrario, se empecina en una infame consulta para inundar de mayor estrechez a nuestros hogares.

El combate a la pobreza, a la corrupción y a la impunidad de esas sanguijuelas humanas que no contentos con robarse los dineros del Estado, quieren chuparnos la sangre y hasta el alma; solo es posible si se reclama el derecho a educación de calidad, a servicios de salud y sanidad, de fuentes de trabajo. Es urgente el dialogo franco entre los movimientos sociales y políticos del país con el gobierno, al que hay que exigirle soluciones claras, si se quiere de verdad superar la crisis económica y la inseguridad ciudadana.

Desde la Gloriosa UNE, hemos sido testigos del gran despertar de los maestros y maestras con conciencia vanguardista, ellos dijeron basta ya a los atropellos del Presidente Lasso, de la Ministra Brown y de un grupillo de lacayos. La UNE con unidad, lucha y organización, logró la aprobación de una nueva Ley de Educación que incluyó la recategorización a los maestros con más de 25 años de servicio, la equiparación salarial, siguiendo firmes hasta que ésta se pague a todo el magisterio.

En medio de la lucha por alcanzar una vida digna con equidad y justicia social, los sectores populares y de trabajadores reviven la esperanza y buenos deseos para que estos días de navidad y año nuevo, se disfruten en familia anhelando que, en el 2023, las elecciones permitan concretar la unidad popular para lograr las reivindicaciones que posterga la derecha criolla, banquera y empresarial sumisa al imperialismo.

En este mensaje de anhelo por las reivindicaciones sociales para los ecuatorianos del campo y la ciudad, para esos hombres y mujeres que sueñan con una patria nueva para todos, va también el llamado a fortalecer las organizaciones, la movilización y la protesta social; a trabajar por el fortalecimiento de una unidad popular que nos conduzca a un proceso electoral de las administraciones seccionales, de los integrantes del Consejo de Participación y Control Ciudadano, y a decir NO a una consulta mañosa con la que el Gobierno del Presidente Lasso pretende entregar el país a los grupos de poder y al imperialismo.

sábado, 17 de diciembre de 2022

Se repiten las mismas penurias y las mismas esperanzas

“Cómo desearía que estuvieses aquí, somos solo dos almas perdidas, nadando en una pecera, año tras año, corriendo sobre el mismo viejo suelo, ¿qué hemos encontrado?, ¡los mismos viejos miedos!” 

Son versos de una de las canciones populares de la banda inglesa Pink Floyd, que ha propósito de la navidad va bien en los corazones de aquellos que andan sin zapatos, incluso para los que calzan zapatos rojos.

Con la diferencia que mientras la burguesía y unos cuantos embaucados se aprestan a vaciar sus tarjetas de crédito, en pos de la “felicidad” de sus hijos, esa felicidad basada en el consumo, el individualismo y el desprecio por el sufrimiento ajeno, al otro extremo brilla en las calles y carreteras la Navidad de los Pobres, de aquellas familias que estiran sus manos por una galleta, un caramelo o un trapo usado, por su orfandad o porque sus padres no tienen trabajo, es decir, para ellos no habrá niño Dios y mucho menos papá Noel.

La crisis amasada por el modelo productivo del capitalismo, que es la causa del conjunto de defectos sociales como la explotación de la fuerza de trabajo, el saqueo de los bienes comunes, el empobrecimiento extendido, desempleo y la concentración de la riqueza en pocas manos, lo que se agrava con la inseguridad social, mal que en varias ciudades ha llevado al cierre de negocios dejando sin ingresos a familias enteras, creciendo con ello, la miseria y las olas migratorias.

Lo cierto es que las clases populares, más allá de los “programitas paliativos del gobierno” pasarán una Navidad en medio del hambre, aún enfrentamos los rezagos de la pandemia como sinónimo de pérdida de empleos y disminución de ingresos, agravado todo esto por la constante subida de precios de los productos de primera necesidad. Así, la pobreza y la pobreza extrema aumentan, la brecha de desigualdad e inequidad perjudica más a las mujeres y a la población rural, abonando más a la desesperación de buena parte de la sociedad.

Parece paradójico, antes fue la pandemia, ahora es la violencia e inseguridad la que ha hecho que las familias se aíslen y confinen en sus hogares, sin embargo, no será fácil abrazarse nuevamente ni remembrar y recrear los viejos tiempos en familia, en definitiva no se podrá disfrutar de la fecha religiosa o pagana, pero al fin festiva, por el contrario, esto ha aumentado la violencia doméstica, las violaciones y abusos de menores, los feminicidios, etc., etc., quedando impunes la mayor parte de las veces por la indiferencia de las autoridades.

Si el gobierno, no toma las cosas en serio, todos los propósitos se desvanecerán en el aire, porque la corrupción y la fragilidad de las instituciones socioeconómicas y culturales creadas por el capitalismo, lejos de servir a la comunidad, amenazan con confirmar que la navidad tiene preferencias, y cada año se repite de la misma forma y con las mismas esperanzas.

sábado, 10 de diciembre de 2022

Ofrendas por la fundación de Loja y ofrecimientos para el pueblo

   El pasado 18 de noviembre las autoridades públicas y educacionales resaltaban la gesta popular de los patriotas lojanos que se adhirieron a la Independencia de Loja; sin embargo, a los veinte días con motivo de la “fundación” de Loja, las mismas autoridades públicas y educativas rinden homenaje a los conquistadores que desde 1492 vienen saqueando nuestros recursos naturales.

¡Qué nos pasa! El verdadero espíritu libertario, en esta ocasión debería expresarse en una convocatoria a una minga por la dignidad para terminar con los privilegios de la corrupción a unos pocos, en cambio sí, para exigir salud, educación, empleo, recolección de basura, agua potable y seguridad ciudadana, es decir, una convocatoria para forjar la unidad para construir la Patria Nueva, esa patria que nos proporcione el bienestar común y supere las grandes desigualdades.

El hecho es que, el 8 de diciembre, Loja celebró 474 años de “fundación”, –aunque prefiero decir, asentamiento y conquista española–, fecha en que tradicionalmente el Municipio realiza el ritual de colocar ofrendas en el monumento al conquistador Alonso de Mercadillo, y ofrecimientos al pueblo, seguido de una serie de actos coloridos y folclóricos de entretenimiento a los ciudadanos, donde el auténtico civismo desaparece poniéndose énfasis al origen español de la ciudad y en el despilfarro de dinero.

Con motivo de las elecciones seccionales, a uno y otro candidato, se escucha decir, que, en la ciudad de Loja, hay miles de familias que no tienen acceso a agua potable, alcantarillado, electricidad, salud, educación y trabajo, lo que aumenta las condiciones de la pobreza y vulnerabilidad agravadas durante y después de la pandemia. De allí, que en estas fechas las autoridades locales, a más de promocionar los “jueguitos de luces y las princesitas de navidad”, deben valorar las dimensiones económica y social puesto que tienen directa relación con el mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores poblacionales marginados.

Al igual que el gobierno de Lasso que pretende dividir a los ecuatorianos diciendo que quienes están por el NO a la consulta son los malos, los delincuentes, los narcotraficantes; mientras los que dicen SI son los buenos, de esa misma manera, el cabildo lojano en estas fechas reaparece con el discurso chusco ahora acompañado del proselitismo electoral haciendo ofrecimientos para atenuar las críticas a todo el descuido administrativo dividiendo a la gente y a la ciudad entre lo bello y festivo, entre la mediocridad y la crítica.

Reflexionemos: la conquista y la fundación de nuestras ciudades incluida Loja, representa el lado sanguinario de la historia, fueron procesos de humillación, sometimiento, destrucción cultural y muerte de miles de pobladores originarios. Quizá sea rescatable el hecho, del nacimiento arquitectónico de las ciudades con el trazado de calles, iglesias, conventos y edificaciones coloniales, lo que debemos aprovechar para la promoción turística hacia el resto del país y el mundo, pero, ante todo, para levantar las banderas de una nueva ciudad, digna y equitativa.