martes, 16 de agosto de 2016

La “Revolución Educativa”, también, fracasó

Salvador Aguirre 
@SrAguirreS 
Tomado de: www.opcionsocialista.ec / Publicación mensual - Julio 2016 Número 75, pág. 6

Uno de los ejes del Gobierno de la Revolución Ciudadana es la llamada “Revolución Educativa”. Tras 10 años, a más del errado contenido de las políticas públicas, el área de la educación, ya sea a nivel secundario o universitario, es un ejemplo palpable de la mala administración de los recursos públicos por parte de Rafael Correa Delgado y sus lugartenientes: Augusto Espinoza Andrade y René Ramírez Gallegos. Los casos sobran. El terremoto del pasado 16 de abril provocó 663 fallecidos, 9 desaparecidos, 6274 heridos, 28775 albergados y millonarias pérdidas económicas que pudieron ser prevenidas. En efecto, la Contraloría General del Estado reguló en la normativa de administración, utilización y control de los bienes y existencias del sector público: “la protección de los bienes incluye la contratación de pólizas de seguro necesarias para salvaguardarlos contra diferentes riesgos que pudieran ocurrir”. Sin embargo, el Ministro de Educación Augusto Espinoza Andrade exhibió su mediocridad no asegurando las instalaciones educativas del país y, ahora, por decir, USD 4.511.211 de la Unidad Educativa del Milenio de Pedernales tendremos que reponer todos los ecuatorianos. Pese a la obligación normativa, Rafael Correa Delgado ya sentenció que era “imposible e indeseable asegurar los bienes públicos”. Por su parte, el Secretario de Educación Superior, Ciencia y Tecnología e Innovación René Ramírez Gallegos no está atrás. Ha preferido no cancelar USD 15.4 millones a la Facultad Latinoamérica de Ciencias Sociales (FLACSO) y USD 16.1 millones a la Universidad Andina Simón Bolívar (UASB), las mejores universidades de postgrado del país, mientras que, a la par, financiará, hasta 2017, USD 1043 millones para Yachay en que un profesor gana USD 195.780 por año y sus autoridades ganan USD 16.300 mensuales sin vivir en el país. Sin contar con su pareja Analía Minteguiaga que cobra USD 5.566 como Vicerrectora del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN) y USD 3.168 como profesora en la misma institución de educación superior.

sábado, 13 de agosto de 2016

EL PARTO DE LAS IDEAS

por Graziella Pogolotti 

Comenzaban los 80 del pasado siglo cuando el compañero Fidel concedió una entrevista a un académico junto a un congresista, norteamericanos ambos. Fue publicada entonces en un folleto por la Editora Política. De aquella lectura, recuerdo dos puntos que me han parecido siempre reveladores de aspectos esenciales de su pensamiento y conducta.
A la pregunta sobre el empleo frecuente de la improvisación en los discursos, respondió que lo hacía por falta de tiempo, pero también porque a la gente le gusta ver el parto de las ideas. Creo que la observación trasluce un profundo conocimiento de la sicología social. Provoca un diálogo implícito con el oyente, convocado de esa manera a la participación activa, tal y como lo describe el Che en El socialismo y el hombre en Cuba.
Más adelante, casi al término de la conversación, evocando al filósofo griego Heráclito, afirmaba que el hombre no puede bañarse dos veces en las mismas aguas, no solo porque las aguas no son las mismas, sino porque el hombre tampoco es el mismo. En síntesis, con empleo de la dialéctica, demostraba la necesidad del cambio en función del yo y sus circunstancias.
A pesar de las numerosas obras publicadas sobre el Che y Fidel, subsiste un enorme vacío en cuanto a la evaluación del pensamiento de la Revolución Cubana y el debate de ideas desarrollado en el mundo en los últimos 150 años. Nada sale de la nada. Por ello, nuestras fuentes son diversas. Proceden de los libros y de la experiencia vivida. Se nutren de la historia nacional en sus vínculos con la América Latina y con el resto del mundo, esa articulación entre lo local y lo universal tan anhelada por Carpentier.
La raíz martiana, nunca reducida a citas descontextualizadas, sigue recorriendo nuestro ideario. El Maestro comprendió la singularidad de nuestra América y para ella diseñó sus propuestas educacionales y analizó críticamente la Conferencia Monetaria celebrada en Washington. Sin ser economista de profesión, diagnosticó los peligros que nos amenazaban en un terreno altamente técnico y de gran complejidad.
En lo que se refiere a la guerra de Cuba, Martí estudió los problemas que contribuyeron a la derrota de la lucha iniciada por Céspedes. Hubo las fracturas internas en razón del localismo, de confrontaciones entre algunos protagonistas y diferencias nacidas de la variedad de posiciones ideológicas. Dificultades similares surgieron a la hora de recabar fondos en el exterior para armar expediciones. Los potentados cubanos que disfrutaban largas temporadas en Europa y en Estados Unidos fueron remisos a la hora de entregar la ayuda demandada. Martí edificó el consenso entre los veteranos y los pinos nuevos, fue haciendo el Partido Revolucionario desde abajo, siguiendo la línea de masas, como se diría más tarde, y recaudó fondos centavo a centavo con el respaldo de la emigración trabajadora.
Marx, Engels y Lenin han sido también para nosotros herramientas para el análisis de la realidad. A esa fuente se incorporó el pensamiento socialista latinoamericano con figuras tan imprescindibles como Mella y Mariátegui.
Con la fragua de esos ingredientes de vida y estudio, hemos tenido plena conciencia de que ningún modelo era trasplantable a nuestro contexto por motivos económicos, históricos y culturales.
En La historia me absolverá, Fidel establece una definición inclusiva de pueblo. Descarta tan solo a las capas que mantienen vínculos de intereses económicos con el imperialismo. Más adelante, en vísperas de Girón, se referirá a nuestra Revolución socialista «de los humildes, por los humildes y para los humildes». El empleo preciso de las preposiciones evidencia la intencionalidad orientada a un proyecto participativo, hecho con las manos y la inteligencia de todos. Y que a todos pertenece.
El aprendizaje de infancia y juventud en Birán, unido a la experiencia de la Sierra, le revelaron la extrema precarización del campesinado y su potencial revolucionario.La proyección internacionalista se plantea en el Manifiesto Comunista. Por otras vías surge el propósito integrador de América Latina. «Patria es humanidad» y Las Antillas se constituyen en muro de contención ante las ambiciones del imperio, según José Martí. En ambos casos, la acción generosa se fundamenta en la necesidad de unir fuerzas en una plataforma común, hecha de puntos de convergencia de las voluntades emancipadoras.
Ante las desviaciones sectarias, Fidel encontró el respaldo popular. Con la verdad en la mano, ha contado siempre con la confianza de las masas. En medio de la euforia del triunfo, advirtió que tendríamos que vencer obstáculos mayores. Predijo el derrumbe de la URSS antes de que se produjeran los acontecimientos definitivos. Coincidió con el Che en conceder importancia al desarrollo de la conciencia y en rechazar esquemas y dogmas. En nombre de la Revolución no nos pidió que creyéramos. Nos invitó a leer y a pensar. El pensamiento renovador de la Revolución se inscribe en el debate contemporáneo. Se inscribe en la corriente tricontinental orientada al desmontaje de todas las expresiones de colonialismo atrincheradas hoy en el poder financiero y en la ideología neoliberal.
En enero de 1959, mi padre publicó un artículo titulado Soldado y maestro. Destacaba entonces la intención pedagógica en los discursos de Fidel. Esta voluntad de hacer conciencia responde también a la tradición martiana.

Fuente: Cubadebat / 25 abril 2016 

jueves, 11 de agosto de 2016

A más de 200 años del Primer Grito de la Independencia, se sigue reprimiendo el descontento popular.

A más de 200 años del Primer Grito de la Independencia, se percibe que muchas de las reivindicaciones del movimiento emancipador de aquellos tiempos, 1809, todavía siguen pendientes, incluso con tonos peores, porque ayer como hoy, los sectores populares, siguen rechazando la manipulación política de sus esperanzas y luchando contra la represión del descontento popular.
El Ecuador de hoy no está bien, tampoco lo estaba la Real Audiencia de Quito allá en 1809, quizá esté peor. La revolución ciudadana no es más que un buen espectáculo que confunde a los sectores postergados e intenta distraer a la oposición. La manoseada frase del buen vivir, nos es más que una brecha entre la esperanza popular y la pobreza que se profundiza cada día, esperanza popular que es la bandera de lucha de los más pobres.
Y como parte del permanente espectáculo que nos ofrece el Presidente Correa, hace poco anunció la realización de una Consulta Popular en medio de las elecciones de febrero de 2017, en la que preguntaría a los ciudadanos si “están de acuerdo que para desempeñar una dignidad de elección popular, se prohíba tener capitales en paraísos fiscales”. Claro que estamos en contra, para eso no hacen falta consultas, menos ahora, porque todos queremos un país en el que nuestros hijos y nosotros mismos podamos realizarnos por medio del trabajo digno, lamentablemente ni el neo capitalismo, ni el neo revolucionarismo nos ofrece las oportunidades para el anhelado buen vivir.
La falta de unidad fue la causa del fracaso político de aquel 10 de Agosto, hecho que la oligarquía selló con la Masacre del 2 de Agosto. Que hoy no sea la falta de unidad del pueblo ecuatoriano, de los sectores sociales y políticos que haciéndose eco del grito y de las necesidades populares, dejen de lado las disputas partidarias para construir el Ecuador soberano que soñaron Espejo, Montalvo, Alfaro y otros héroes independentistas anónimos que “vertieron su sangre” por legarnos una patria soberana.
Es hora de potenciar la dinámica popular de los trabajadores, campesinos, estudiantes y más sectores populares y progresistas que al ver sus derechos disminuidos salen a las calles a interpelar y exigir a la clase política, la instauración de un Gobierno que supere la actual crisis y particularmente que restablezca el pleno ejercicio de los derechos y libertades constitucionales.