La crisis económica a nivel mundial y
la drástica caída de los precios del petróleo han puesto en tela de duda la
bonanza del “milagro ecuatoriano”. En el afán de contrarrestar esta crisis, los
talentosos de la revolución ciudadana resolvieron plantear una serie de
ajustes-reformas en los salarios, la importación comercial y en la seguridad
social, a la cual resolvieron eliminar el 40% del aporte estatal a las
pensiones jubilares.
En todo el país, se realizan protestas
de diferente índole con consignas como "no tema compañero no es revolución
son los jubilados pidiendo su pensión". El malestar entre los jubilados y buena
parte de los trabajadores es vasto y temen por el futuro de los fondos de las
pensiones, por lo que anuncian que saldrán a las calles a exigir se revea la
decisión del Gobierno y de la Asamblea Nacional, para lo cual no descartan una
movilización nacional.
Por su parte, el Presidente Correa y
sus apasionados colaboradores, inicialmente justificaban que la eliminación del
40% del aporte estatal a las pensiones jubilares responde a que el sistema de
pensiones y el propio IESS tiene un superávit, es decir que capta más dinero de
lo que gasta por lo que la solvencia del IEES es segura por trece años. Luego
arguyen que si fuese necesaria una recapitalización del IESS, el Estado la
garantizará en montos incluso superiores al 40%. Además señalan, que las
pensiones jubilares se incrementarían en la misma proporción que la inflación
promedio anual del año anterior; lo que es rechazado por los jubilados y
organizaciones laborales.
Al avecinarse el 1 de Mayo, se
anuncian marchas y contramarchas. Mientras crece la entereza de los sectores
populares exigiendo respeto a sus derechos y a la Constitución, también aumenta
el temor del Gobierno Nacional, temor que se demuestra en el decrecimiento de
su popularidad, ello explica la suspensión de las clases los días 29 y 30 de
abril argumentando vacaciones por fin del quimestre, (el quimestre concluyó el
6 de febrero). Es obvio suponer que se teme la participación estudiantil.
Lo cierto es que los sectores de jubilados
y de trabajadores exigen que se garantice sus pensiones jubilares y que estas sean
suficientes para hacer frente a las necesidades básicas con un nivel de
dignidad que les permita vivir en paz y tranquilidad la última etapa de su
vida.