Tomado de: https://otrasvoceseneducacion.org/archivos/401621
Marco Antonio Ávila, Ministro de Educación, con 23 años de ejercicio docente, durante su carrera aprendió tres valiosos consejos que quiso transmitir a los jóvenes futuros estudiantes de una carrera de Educación.
1. Nunca perder de vista que, desde el ejercicio de la Profesión Docente, transformamos la vida de las personas y la sociedad, y somos guardianes de la utopía del mundo que queremos.
2. Elevar nuestra capacidad de creación de conocimiento, siendo autores de las visiones y teorías educativas que nos permiten avanzar. Sin competir con otras profesiones, pero sabiendo que nosotros somos primordiales en Educación.
3. Entender que esta profesión no puede ser en solitario, sino que acompañada de otros. Hay que abrir las puertas de la sala a quienes están partiendo la Pedagogía y valorar a nuestros colegas siempre.
En el encuentro, el Ministro Ávila compartió su primera experiencia como docente recién egresado que se integraba a un proyecto educativo nuevo, llevado adelante junto a un equipo de docentes jóvenes como él. Aquello fue enriquecedor para su carrera porque lo formó profesionalmente y le permitió entender que los profesores transforman vidas. A continuación, sus palabras:
Transformadores de vidas
Para muchas personas a veces el único referente adulto que tienen son los docentes, porque pasamos con los estudiantes ocho horas diarias durante cinco días. Somos fundamentales en su proceso formativo para la vida.
Cuando un niño llega a primero básico, es un diamante en bruto. Entonces, el mundo se vuelve a crear con ese niño, es como si partiéramos de cero y qué más grande que un profesor para mantener esa utopía.
Con los niños, con la educación, inauguramos el mundo nuevamente. La posibilidad de entrenar y comenzar a desarrollar las habilidades de comunicación es fantástica y realmente la utopía se recrea cada vez que uno parte con una nueva generación. Eso ninguna otra profesión lo tiene.
Es en la escuela donde aprendemos no solo la socialización más básica, sino también la democracia, la diversidad, el valor del otro… en ese espacio podemos pensar en ese mundo distinto. La educación es perseguir la utopía de un mundo mejor.
Ese componente, que tiene relación con el sueño, es muy concreto: tiene que ver con la posibilidad de que estos niños, futuros adultos, contribuyan a esa sociedad justa, equitativa, distinta y mejor. Nuestro papel es fundamental para lograr esa sociedad del futuro.
El oficio
Nuestra profesión tiene un componente importante de oficio. No solo aprendemos los contenidos que enseñamos o los lineamientos de la Pedagogía, sino que nos desarrollamos en el hacer.
Te vas formando continuamente de acuerdo a las urgencias: la Ley de Inclusión, la diversidad, la tecnología, el cambio climático, las democracias… Lo mismo sucede con el currículum que va variando con el tiempo. La escuela es reflejo de lo que sucede en la sociedad y nos va poniendo desafíos nuevos.
En Educación no tenemos certeza. Llegamos en la mañana y no sabemos lo que va a pasar. Desde que puede temblar y hay que asumir el control y la regulación de los niños en sus emociones, hasta entender las situaciones con las que llegan los niños desde sus casas. Esos elementos nos hacen pensar nuestra profesión con un componente de oficio.
Construcción de conocimiento
Ese oficio que nos permite innovar y experimentar, ayuda a construir conocimientos. La Educación no debería estar necesariamente centrada en la visión que nos entregan otras profesiones, y ahí hay que defender la Profesión Docente.
Nosotros podemos ser los responsables de los proyectos educativos y ser quienes lideren los cambios en Educación, porque tenemos el conocimiento.
Es fundamental que los profesores tengamos la voz principal respecto de la Educación y para eso tenemos que construir conocimiento. No solo formarnos teóricamente, sino que levantar información desde la experiencia como componente esencial.
Trabajo colaborativo
Muchas profesiones se dan en solitario, pero la nuestra se da en conjunto y por lo tanto nunca tenemos solo en nuestras manos el cambio que queremos provocar, hay otros que nos ayudan.
Tenemos la posibilidad de conformar los equipos de aula y esa experiencia de colaboración la he visto en la sala: cuando un Educador Diferencial trabaja junto a un Profesor, es donde mejor se da esa colaboración radical.
A veces las explicaciones o el modelamiento o el acompañamiento de un aprendizaje, es insuficiente desde nosotros, entonces tenemos que ampliar la capacidad de colaboración y entender que a veces la explicación que damos o los recursos disponibles para el aprendizaje se complementan con los de otro.
Por eso es tan importante la innovación a través, por ejemplo, del ABP, que es una metodología en que nos vinculamos con otras asignaturas y entonces nos acercamos al conocimiento y al desarrollo de habilidades con otros colegas.
Para finalizar, el Ministro Ávila les deseó lo mejor a quienes están por ingresar a una carrera de Pedagogía, a quienes están estudiando una y a aquellos que comienzan su ejercicio laboral. “Esto tiene tropiezos, hay momentos difíciles, desesperación cuando sientes que no logras llegar o motivar a los niños, pero no decaigan porque eso es parte de nuestra profesión”, señaló.