viernes, 14 de febrero de 2025

Inteligencia artificial: adiestramiento o alienación

    La integración de la inteligencia artificial (IA) en el proceso de enseñanza aprendizaje es un hecho innegable. Desde la visión emancipadora de Paulo Freire, debemos preguntarnos si la IA fomenta el pensamiento crítico o refuerza estructuras de control y estandarización del conocimiento. No podemos aceptar pasivamente su implementación sin cuestionar los intereses que la impulsan y sus implicaciones en la formación de sujetos críticos y autónomos.

Los modelos educativos han sido impuestos por los gobiernos sin un cuestionamiento profundo, limitando la imaginación de otras formas de enseñanza. En este momento de dominación neoliberal, debemos definir el rumbo a seguir. Freire recuerda que la educación no es neutral, sino una práctica política. Si la IA se incorpora sin un análisis crítico, corremos el riesgo de reforzar la opresión y la pasividad en lugar de promover la liberación.

Se habla de implementación la IA en escuelas sin recursos básicos, donde los estudiantes enfrentan hambre y exclusión. La educación debe ser un acto de justicia social, no un espejismo que encubra desigualdades estructurales. Los estudiantes deben ser protagonistas de su aprendizaje y no meros receptores de contenidos impuestos. La IA debe potenciar la equidad educativa, no profundizar las brechas existentes.

La educación en las aulas no puede depender de algoritmos ni reducirse a respuestas correctas o incorrectas. La opacidad de la IA puede generar alienación, alejando a docentes y estudiantes del control sobre el conocimiento. Freire nos advertía sobre la importancia de cuestionar quién controla la producción y transmisión del saber. Preguntémonos ¿quién programa la IA y con qué intereses?

El acceso desigual a la IA perpetuará las brechas sociales en la educación, no debe sustituir la presencialidad ni el diálogo pedagógico, sino optimizar tiempos en el aula y favorecer la transformación social. La creación artística, la interacción humana y el pensamiento crítico siguen siendo esenciales para la formación integral.

La IA es una herramienta poderosa, pero no reemplaza la educación crítica. La clave es cómo fortalecer el pensamiento crítico sin imponer una pedagogía tecnocrática. La educación debe ser emancipadora, no de domesticación. Tampoco se trata de preparar estudiantes para adaptarse a la IA, sino de formar ciudadanos sin perder de vista la justicia social, la emancipación humana y capaces de cuestionar los grandes males sociales.