El amor y la amistad es una
frase que debe ser referente para la práctica y respeto de todos los derechos humanos.
Amor y amistad, nobles emociones que sentimos hombres y mujeres, que debieran
sentir diariamente en especial políticos y gobernantes, para que esos
sentimientos se reflejen en la seguridad ciudadana.
Entre tantos actos de dolor
fraternal y social de nuestra “franciscana” ciudad, es preciso tener conciencia,
de que el pasado 22 de enero, del centro de la ciudad, desapareció María del
Cisne Conde, niña de siete años e hija de una pareja de escasos recursos
económicos. Esta desaparición es algo insultante, es una lacra social del
sistema, conocer además la tortura que sufren sus padres y las súplicas de amor
pidiendo les devuelvan a su hija, han motivado escribir estas letras
precisamente el Día del Amor.
Más allá de la tradición
sentimental y comercial de asociar cada14 de febrero con las relaciones entre el
hombre y mujer; es necesario recordar que el 14 de febrero es también el Día de
la Amistad y del afecto entre las personas que forman parte de la vida
cotidiana, pero sobre todo, reiterar que el amor a nuestra Patria se reflejará
en la manera como elijamos a nuestras autoridades. Ese es el sentido de estas
líneas.
Hoy mismo en la escuela de
María del Cisne, debe estar resaltándose el amor que se brinda a las niños por
parte de sus padres, maestras y compañeras, mientras a ella y a su familia se
les niega todo el amor y amistad posibles, que a pesar de las demostraciones de
solidaridad de personas de buena voluntad, todo resulta vacío al no saber nada
de ella. ¿Quién le garantiza su derecho constitucional de “protección y
atención contra todo tipo de violencia o maltrato? ¡Ayudemos a encontrarla!
Concluyo expresando un saludo
fraterno a los y las maestras, recordando una expresión rusa que reza: “recibir
el saludo de una amiga es como recibir un beso”