Luchar contra la pobreza es una obligación, no es hacer caridad…
El 10 de Diciembre de 1948, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó y proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos inicialmente en su afán de impedir que los horrores de la Segunda Guerra Mundial se reproduzcan. Ahora 62 años después, se lucha por “la universalización de todos los Derechos Humanos, sin discriminaciones de ningún tipo, como la idea clave para orientar el presente y futuro de la humanidad: desde los derechos civiles democráticos al derecho a un ambiente saludable, pasando por el derecho al trabajo, a la salud, o a la educación y la cultura”.


Los ecuatorianos queremos y necesitamos ser optimistas, debemos dejar de lado la desesperanza para construir un mejor futuro para nuestros hijos/as, por ello, sin dejar de reclamar a los responsables políticos el cumplimiento de sus obligaciones y compromisos, debemos concienciarnos y concienciar a los demás acerca del papel que nos corresponde ante el desafío de alcanzar una sociedad más justa, equitativa e igualitaria, por encima de etnias, géneros, creencias e intereses personales y partidistas a corto plazo, que tantas veces nos enfrentan absurdamente.