Por: John Jairo Salinas
Aquel niño nacido en una provincia argentina en el mes de junio del año 1928, atacado por enfermedades que a temprana edad sirvieron para templarle el carácter y empujarle al mundo, nunca detendría su andar y tres cuartos de siglos después se le encuentra remozado en las esperanza y sueños de redención social y de libertad de millones y millones de hombres y mujeres que enarbolando en sus encallecidas manos su histórica foto, llevan también en ella el ejemplo de quien asumió el apostolado revolucionario de la defensa de los humildes y que como José Martí también «con los pobres de su tierra, quiso su suerte echar».
Así es que en esta hora en que despiertan los pueblos, encontramos al CHE, con los piqueteros argentinos, con los indígenas ecuatorianos, bolivianos, peruanos, con los sin tierras brasileños, con los hambrientos haitianos, con los campesinos y habitantes de los cerros venezolanos, en la boca y las canciones de los pioneritos cubanos, con los ecologistas europeos, con los negros de los barrios de Harlem y Manhattan y hasta en las más humildes tribus africanas, y en la lucha de los pueblos\asiáticos árabes, al frente, en la primer a línea del combate, irreductible e irreverente predicando la necesidad de construir el hombre nuevo como único camino para ser «más humana la humanidad».
Y es por eso que marchando hacia el medio siglo de su forzada partida, rumian de odio sus enemigos, se encolerizan el seudo demócrata y el fascista cuando descubren en la mirada transparente del pueblo su misma mirada, cuando leen en los labios oprimidos de los pobres el nombre del Che. Vano esfuerzo por detener la marcha de la historia empujada por hombres que como el eterno Comandante sembró su buena semilla en el corazón de los mejores hijos de la geografía morena de los mundos. Sus fotos, sus discursos, todo lo relacionado a él, es objetivo militar de los carroñeros del odio. No pueden y nunca podrán, Neruda lo presintió veinte años antes del octubre del 1967 «Le cortaron las manos y hoy golpea con ella».
Y hoy está aquí el Che, en el parto histórico de este tiempo que presagia el alumbramiento de una nueva tierra y del hombre nuevo y junto a Bolívar y en estas tierras de libertadores inician ahora como en agosto de 1809 el camino hacia una definitiva independencia.
El pensamiento, las ideas del Che es Historia y Camino y es ejemplo para los revolucionarios que guiados por sus enseñanzas, nos sumamos en el compromiso de concretar los sueños de construir la patria grande, esbozada en el transcurrir de 200 años por los mejores hijos de la América irredenta.