jueves, 27 de agosto de 2020

Monseñor Leonidas Proaño… para principiantes

Por Pedro Pierren[1]

Tuve la dicha de conocer a monseñor Leonidas Proaño durante más de 10 años en Reuniones nacionales, Encuentros latinoamericanos de formación y en momentos de simple amistad. No hace falta insistir en que fue y sigue siendo un gran personaje tanto en Ecuador como en nuestro continente y al nivel internacional. Los homenajes anuales -ni hablar de los libros y artículos sobre él- lo demuestran. Estos días sólo hace falta mirar su imagen en las redes sociales ecuatorianas y latinoamericanas e igualmente de España, Francia, Bélgica…

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Este próximo 31 de agosto se cumple 32 años de su pascua. Falleció en 1988. Ese año estaba estudiando en Roma: por celebrar su pascua hubo una misa de acción de gracias, en español, en una gran, por no decir inmensa, iglesia de Roma llena de gentes, con testimonios sobre él, cantos ecuatorianos, frases de él… una ‘fiesta’ de la vida y del mensaje de monseñor Proaño. Me quedé felizmente sorprendido.

Monseñor Proaño había nacido en 1910 en San Antonio de Ibarra, un pequeño pueblo de la provincia de Imbabura. Era hijo único; sus padres eran campesinos y tejedores de los sombreros de paja toquilla, mal llamados “de Panamá”… porque era de Panamá que salían para Europa. Él aprendió a tejerlos… y cuenta que, adolescente, se le sangraba los dedos. Sus padres eran de origen indígena y él se sentía orgulloso de ellos. Decía: “Amo lo que tengo de indio”. En 1977 el mismo escribió su autobiografía: “Creo en el hombre y en la comunidad”.

Fue ordenado sacerdote en 1936 y ejerció su ministerio pastoral en la ciudad de Ibarra. Allí apoya el movimiento de la ‘Juventud Obrera Católica’ (JOC); publica la ‘Revista Excelsior’ y funda el periódico ´La Verdad’. Se desempeña también como profesor en el Seminario de Ibarra. En 1954 recibe la ordenación episcopal para la diócesis de Chimborazo. Comienza su labor pastoral visitando las Comunidades indígenas de la provincia; poco después decide entregarles las haciendas que poseía la diócesis.

De 1962 a 1965 participa en el Concilio Vaticano 2°. En esos años crea las ‘Escuelas Radiofónicas Populares’ (ERPE) y abre un ‘Centro de Estudios y Acción Social’ (CEAS). Al final del Concilio firma, con unos 40 obispos mayoritariamente latinoamericanos, el “Pacto de las Catacumbas” donde se comprometían a “vivir pobremente y al servicio de la liberación de los pobres”. En 1968 participa en la 2ª Conferencia Episcopal Latinoamericana en Medellín, Colombia, donde pronuncia una ponencia sobre ‘Pastoral liberadora’. Colabora intensamente para que esta Conferencia, convocada para ‘aplicar las orientaciones del Concilio a la Iglesia Latinoamericana’, sea la “Carta Magna de la Iglesia de los Pobres en América latina”. En 1972 ayuda a la formación de la “Confederación de Pueblos de la Nacionalidad Kichwa del Ecuador” (ECUARUNARI) que en 1986 se une con las Organizaciones Indígenas de la Amazonía y de la Costa, para conformar la “CONAIE” (Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador).

Por su opción por los pobres y en particular por los Indígenas que ayudó a despertar en su dignidad, sabiduría y protagonismo, encontró muchas dificultades al nivel local, nacional y de parte del Vaticano donde reinaban el papa Juan Pablo 2° y su brazo derecho el cardenal Josef Ratzinger. Los terratenientes y otros gamonales de Chimborazo le libraron una guerra sin cuartel. La dictadura militar no quedó atrás: en 1976 apresaron unos 17 obispos y más de 35 sacerdotes, religiosas y laicos que monseñor había invitado para compartir experiencias pastorales, en el “Hogar de Santa Cruz”, casa de formación teológico-pastoral-política y social al nivel nacional y continental. Por denuncias y calumnias de otros obispos y del nuncio de Ecuador, el Vaticano mandó, en 1973, un ‘visitador’ para que fiscalizara el trabajo pastoral que se realizaba en la diócesis de Chimborazo. Nunca se publicó las conclusiones, favorables a monseñor Proaño; pero el papa Pablo 6° de aquella época comentó: “No puedo condenar a un obispo tan fiel al Evangelio”.

En 1985, presenta su renuncia por límite de edad (75 años) la cual es inmediatamente aceptada por el papa Juan Pablo 2°. En los 3 años que preceden su pascua (1988), monseñor es la gran figura latinoamericana de la Iglesia de los Pobres. Es llamado en muchos países de Europa y en Estados Unidos para conferencias y reuniones; es postulado como candidato al Premio Nobel de la Paz; recibe varios Doctorados Honoris Causa. Hace unos 10 años sus escritos, entre los cuáles varios libros (El Evangelio subversivo - Concientización, Evangelización y Política - Rupito), han sido reconocidos como “Patrimonio Inmaterial del Ecuador”.

Monseñor Leonidas Proaño es enterrado en San Antonio de Ibarra en una parcela familiar, donde había fundado una Congregación Misionera. Ese lugar ha pasado a ser la memoria viva de monseñor Leonidas Proaño, de su pastoral liberadora, de su valentía tranquila, de su estatura profética y de su teología de la liberación. Su tumba es visitada cada año por numerosos ‘peregrinos’ nacionales y extranjeros, cristianos de a pie, teólogos de renombres, seguidores de decenas de países.

Hagamos memoria de este insigne ecuatoriano en estos tiempos turbados por la voracidad de las oligarquías ecuatorianas y sus cómplices nacionales que despedazan nuestro país. Sigamos animados por el compromiso liberador de monseñor Leonidas Proaño. Pues nos sigue diciendo: “O servimos la vida del Pueblo o somos cómplices de su muerte”.


[1] https://www.alainet.org/es/articulo/208653

viernes, 21 de agosto de 2020

Consumismo encubre fisuras de la desigualdad social

 Qué la pandemia actual no salió de la nada, es un hecho reconocido por todos. Es otro de los síntomas de las estructuras capitalistas o de la civilización industrial, es una alerta temprana de cómo esta civilización, la de los grandes empresarios y de la banca chulquera, que como predijera Carl Marx “están erosionando rápidamente las mismas condiciones de su propia existencia”.

Entre los años 2000 y 2002 me cupo la satisfacción de colaborar con la Federación Unitaria Provincial de Organizaciones Populares y Campesinas del Sur - FUPOPCS, cuya finalidad principal es la capacitación en liderazgo, análisis de la coyuntura de la realidad local y nacional, difusión de prácticas organizacionales y agroecológicas surgidas en el campo a partir de sus propias experiencias. Para ese tiempo, la agroecología como ciencia y práctica no era muy reconocida como ahora que se la considera una opción para la sostenibilidad en la producción de alimentos sanos, sin los consabidos agrotóxicos que impone el mercado capitalista y que por el contrario, prioriza “las formas tradicionales de cultivar que realizan las familias”.

Algunas de las agrupaciones campesinas comenzaron a ofrecer productos agroecológicos que hoy son ampliamente demandados por clientelas informadas de que su salud está garantizada por estos alimentos sanos y libres de agrotóxicos. Los gobiernos en los últimos veinte años han hecho evidente la necesidad de cambios en los sistemas productivos, especialmente en la agricultura, pero solamente han quedado en una suerte de ilusionismo, ilusionismo puesto que hasta en la Constitución del 2008 se introdujeron preceptos que no se cumplen, y no conformes con el incumplimiento, han entregado nuestros recursos naturales a las transnacionales para una inmisericordiosa explotación que no garantiza la recuperación de estos recursos.

Durante un dialogo casual con uno de sus expresidentes de la organización arriba mencionada, se lamenta del permanente desamparo que sufren en el agro, situación agravada con motivo de la Covid-19, “estamos obligados a ser conscientes de la urgente necesidad de cambiar hacia formas de producción y consumo sostenibles”. Y obviamente se lamenta porque las decisiones se toman para favorecer a las grandes corporaciones y a los intereses transnacionales que no están comprometidos con la disminución de la pobreza de nuestros pueblos; pobreza que se evidencia mucho más por la migración de la población rural precisamente en medio del confinamiento y la emergencia sanitaria decretada por el COE.

El abuso de propaganda y el consumismo encubre las fisuras de la desigualdad social existente y la pésima inversión estatal que tanto han cacareado los gobiernos de Correa y Moreno, han aumentado la precariedad especialmente en las zonas suburbanas y el campo donde se encuentra una población altamente pobre, lo mismo sucede en buena parte de los pueblos amazónicos que a pesar de la riqueza petrolera siguen postergados, pueblos que en octubre pasado paralizaron al país demostrando mayor organización y fuerza para reclamar sus derechos y defender la naturaleza; sin embargo, para beneficio de la derecha, el proceso político los ha vuelto a dividir.

viernes, 14 de agosto de 2020

Pensar en ellos, más que en nosotros

                 
                 "se nos enseñaban los grandes desniveles de la naturaleza, 
             de la tierra, se nos enseñaban los pantanos de la sociedad…; 
          pero no se nos enseñaban los grandes accidentes de la realidad 
                                                                 social de nuestro pueblo…" 
                                                                                        Fidel Castro
 
     Eduardo Galeano, escritor uruguayo, en 1987 manifestó que “no se enseña el mundo tal cual es, sino tal como sus dueños mandan que sea”. Lo cual es entendible por las existentes relaciones de poder, que aunque en teoría se muestren iguales, en la práctica son desiguales para individuos y grupos sociales, porque se expresan desde un poder único, centralizado y particularmente desde múltiples redes coexistentes y articuladas entre ellas.
     Las frases citadas concuerdan con las pronunciadas en 1961 por Fidel Castro aseverando que “se nos enseñaban los grandes desniveles de la naturaleza, de la tierra, se nos enseñaban los pantanos de la sociedad…; pero no se nos enseñaban los grandes accidentes de la realidad social de nuestro pueblo…”. Así, es necesario que como sociedad entendamos que un país tiene porvenir en la medida que la niñez y juventud tenga los conocimientos, la ciencia y la técnica a su alcance, para poder desarrollarse, y si además vinculan sus aprendizajes con la comunidad para aprovechar los recursos en beneficio del pueblo y no de los grupos que asumen posiciones de superioridad y autoritarismo para someternos a la obediencia y subordinación.
     No se trata entonces de enseñar el currículo oficial del lenguaje, las ciencias, o las matemáticas que sin duda son importantes, sino ante todo, de enseñar la historia de los pueblos pero a partir de nuestra realidad y no de quienes tienen el poder. Debemos pensar en la niñez y juventud de hoy, porque serán el pueblo del mañana, y no es la frase trillada de los gobiernos de turno o de la oligarquía que la repite en tiempos de campaña, es que ellos son realmente el pilar fundamental con que se construirá la patria nueva, la sociedad más equitativa y menos desigual, hay que velar por ellos como una obra ciertamente encantadora y útil, “hay que pensar en ellos, más que en nosotros” porque su tarea es prepararse para crear ese futuro esperanzador.
     Ahora, ante la crisis económica y sanitaria de la Covid-19, los docentes progresistas comprometidos con los sectores populares tenemos claro que la pandemia ha puesto en evidencia los límites del sistema capitalista dominado por la banca y las empresas transnacionales que junto al gobierno títere ha causado graves daños, especialmente por las estrategias de austeridad, como el desempleo y reducción de sueldos. Por eso mismo, hemos propuesto un modelo educativo emancipador que dé mayor importancia a los seres humanos, que produzca menos desigualdad, respaldado de un efectivo sistema de salud pública.
     En un artículo anterior, con motivo del aniversario de la Gloriosa UNE, escribí que los docentes a lo largo de la historia hemos mostrado solidaridad con el pueblo y nos hemos mantenido vigilantes y en rechazo de las políticas antipopulares de los gobiernos de turno. Hoy mostramos esa misma solidaridad, ante la pandemia y el confinamiento, aportando desde los sitios de trabajo con programas de información, protección y cuidado contra la pandemia en los barrios populares.

viernes, 7 de agosto de 2020

A 75 años de Hiroshima explotó Beirut

Isaac Bigio, analista internacional

Tomado de:  https://www.alainet.org/es/articulo/208334

Dos días antes del 75 aniversario de la bomba atómica de Hiroshima que se dio el 6 de agosto de 1945, una tremenda explosión destrozó al puerto de Beirut dejando unas 300,000 personas sin casas, 5,000 heridos y cerca de 150 muertos.
     La detonación nuclear que arrasó a Hiroshima fue seguida 3 días después, el 9 de agosto de 1945, por otra sobre Nagasaki. Fue la primera vez que el mundo conoció este tipo de armas y nunca después fueron lanzadas contra humanos. A diferencia de las matanzas que sufrieron más de 100,000 civiles japoneses al fin de la II Guerra Mundial, la masacre de Beirut no parece haber sido ocasionada por un acto militar intencional, ni tampoco parece haber sido un bombazo.


     Muchos elementos indican que la tragedia de la capital libanesa se produjo por una explosión de unas 2750 toneladas de nitrato de amonio que estaban en un almacén desde hacía un sexenio. Se trata de un material de efectos muy inferiores a los que arrasaron a esas urbes niponas hace tres cuartos de siglo, y miles de veces inferiores a las más sofisticadas nuevas armas termonucleares.
     La capital libanesa ha padecido mucha destrucción desde que estalló la guerra civil de 1975 y luego con las dos invasiones israelíes, pero nunca antes había sufrido esta clase de destrozo en una época de paz.
     Hay diversas conjeturas, desde la que lanza Trump en sentido de que las milicias anti-estadounidenses de Hizbola tendrían algo de culpa en el asunto, hasta la de este último movimiento y la de Irán quienes sugieren que ésta habría podido haber sido otra acción provocada por los enemigos de Hizbola, el cual se encuentra en la coalición gubernamental libanesa.
     En caso de que haya sido un accidente, que es la versión que más circula ahora, esto debe llamar la atención acerca de lo peligroso que puede ser un arsenal nuclear. Ya se ha visto todo el desastre humano y ecológico que ocasionó la explosión de la planta soviética de Chernobyl en Ucrania del 26 de abril de 1986. Tal tragedia es uno de los hechos que contribuyó a la implosión del sistema regido por el Partido Comunista. Imaginémonos que pudiese pasar si cualquiera de los actuales arsenales nucleares pudiese tener una falla.

Arsenales nucleares

      Hoy en día hay 9 países que tienen ese tipo de armas (EE.UU., Rusia, China, Francia, Reino Unido, India, Pakistán, Corea del Norte e Israel). En 1986 había más de 70,000 misiles nucleares, pero, gracias a una serie de tratados, esa suma se ha reducido. No obstante, no se sabe a ciencia cierta cuántas hay y con qué velocidad se pueden ensamblar más.
     Probablemente, más del 90% de todas las ojivas atómicas que hay en el planeta están repartidas entre las que detentan Washington y Moscú. Ambas potencias debieran renovar un tratado de no proliferación este febrero 2021, pero Donald Trump pone peros pues quiere incluir a Beijing en el acuerdo, cosa que objeta Vladimir Putin. La verdad es que China tiene tantas bombas de ese tipo como las que las tiene Francia o Reino Unido, pero el tratado de desnuclearización solamente incluye a los dos que más poseen éstas y no al club de los 9.
    Israel es el único de todos ellos que no reconoce abiertamente poseer armas atómicas ni firma acuerdos de no proliferación y control. Esto, aunque el técnico nuclear israelí Mordejai Vanunu fue secuestrado por el Mossad en Italia en 1986 y puesto décadas en aislamiento total por haber revelado a la prensa británica que él había estado trabajado en plantas secretas de bombas atómicas.
     El riesgo de una guerra nuclear ha quedado latente en varias ocasiones. A inicios de los 1960s se dio la crisis de Cuba cuando EE.UU. amenazó con desencadenar ésta si los soviéticos instalaban en dicha isla ojivas atómicas, tal y cual los norteamericanos habían puesto las suyas propias en países cercanos a la Unión Soviética. India y Pakistán han tenido varios conflictos armados y siguen protagonizando una serie choques en torno al control de Cachemira (una región mayoritariamente musulmana, la cual en su mayor parte está dentro de la India). Hace poco el norcoreano Kim Jong-un lanzaba cohetes de largo alcance con capacidad de impactar sobre la costa oeste estadounidense mientras que Trump les amenazaba con tener un mejor botón nuclear.
     Una explosión nuclear no solamente podría acontecer como efecto de un accidente o de una guerra, convencional sino también como resultado de una incursión de grupos armados. En ese sentido, Israel es el que ofrece el peor peligro. Éste es el país con el territorio más chico de todos los 9 integrantes del club nuclear. En sus 72 años de historia dicho Estado ha librado 4 guerras con su principal vecino (Egipto), además de otras con todos sus vecinos inmediatos (Líbano, Jordania y Siria), además de haber intervenido militarmente en otras repúblicas, desde Uganda hasta Irak. Dentro del territorio que administra Israel hay decenas de miles de combatientes de distintas fracciones palestinas que chocan o han chocado con Tel Aviv.
     El principal partido-ejército del Líbano es Hizbola, quien se precia de representar a la principal minoría de ficho país (los chiitas), de ser “el único movimiento árabe en haber expulsado militarmente a Israel de sus tierras”, y de haber sido un vital integrante de la coalición militar que junto a Bashir al Assad, Rusia e Irán ha ganado la guerra civil siria, constantemente tiene choques bélicos con Israel y ha amenazado con lanzar una lluvia de cohetes y también de lanzar comandos para ocupar partes de su territorio.
     ¿Qué pasaría si cualquiera de los miles de misiles que poseen las distintas facciones palestinas o Hizbola pudiese caer dentro o cerca de una planta nuclear israelí desencadenando una reacción en cadena? Se supone que Tel Aviv tiene esa clase de armas para protegerse, pero éstas podrían dar paso a un holocausto que ocasione la muerte de cientos de miles de sus habitantes.

Razones de ser de estas armas

     En la actualidad hay tantas armas nucleares, químicas y biológicas que podrían ocasionar la destrucción de la humanidad, aunque no de la vida sobre la faz de la tierra, pues diversas especies, sobre todo de microorganismos, podrían sobrevivir.
     Cuando comenzó la pandemia, China e Irán sugirieron que el COVID-19 fue plantado en sus países por EE.UU., mientras que Trump ha acusado a éste de ser un virus chino generado en un laboratorio de Wuhan.
     La cuestión está en qué es lo que hace que no pudiese darse un acuerdo para eliminar toda clase de armas de destrucción masivas.
     A Irak y a Libia se le invadió solamente después de que ambas repúblicas nacionalistas árabes decidieron autodestruir sus gases letales. Corea del Norte, viendo ese ejemplo, se ha dado cuenta de que la única manera de evitar ser bombardeada y arrasada nuevamente (como pasó en la postguerra mundial) es dotándose de los más avanzados misiles nucleares intercontinentales.
     EE.UU. estuvo dispuesto a colaborar con Irán para dotarse de armas de destrucción masiva cuando los persas tenían un rey que estaba bajo su influencia, pero cuando en 1979 el Sháh fue derrocado y una revolución islámica implantó una república nacionalista le lanzaron contra ello a Saddam Hussein en la guerra de 1980-88, la misma que produjo un millón de muertos.
     Hoy, Trump quiere imponer fuertes sanciones contra Irán y Venezuela, mientras acusa a Teherán de querer dotarse de plantas nucleares que no son de uso pacífico. En cambio, ayuda a los Emiratos Árabes Unidos a que tengan éstas, pese a que dicho país y los sauditas son tiranías que vienen bombardeando Yemen ocasionando allí un genocidio y el principal brote global del cólera.
     Los sauditas quienes encabezan la destrucción de lo que antes se llamó la Arabia Feliz, ya han sobrepasado a Rusia en poseer el tercer presupuesto bélico más alto del globo. Washington y Londres son sus grandes proveedores de armas de alta tecnología. Pese a que ambas potencias hablan de exportar las democracias y los derechos humanos, las dos arman a la única tiranía del planeta que ha impuesto el apellido de su familia real como el nombre propio de su Estado, la misma que nunca ha permitido elecciones, partidos, sindicatos, iglesias, derechos femeninos o pluralismo religioso.
     Rusia ha dicho que en la semana que se abre tras el 75 aniversario de la matanza de Nagasaki va a empezar a administrar una nueva vacuna contra el coronavirus a personal estratégico de su país. Esto se da a poco que Londres acusó a Moscú de haberle estado espiando sus investigaciones para lograr su propia vacuna.
    Un mundo ideal sería uno aquel en el cual toda la humanidad debiera unirse para coordinar esfuerzos contra el COVID-19 e intercambiar informaciones para lograr antídotos eficaces y también para erradicar cualquier clase de arma de destrucción masiva (biológica, química o nuclear).

martes, 4 de agosto de 2020

Setenta y seis años marchando por caminos escarpados

    
     Uno de los hechos más trascendentes de la historia ecuatoriana es la “Revolución del 28 de Mayo de 1944”. Donde artesanos, trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, profesores junto a hombres y mujeres intelectuales de izquierda, combatieron al gobierno oligárquico de Arroyo del Río. Al cabo de lo cual fundaron la Confederación de Trabajadores del Ecuador, la Federación Ecuatoriana de Indios, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, entre otras organizaciones gremiales como la Unión Nacional de Educadores.

     Así nace la UNE, un 4 de agosto de 1944, con la participación valiente de miles de maestros y maestras que afirmando primero su convicción profesional de servicio a la niñez, adolescencia y juventud, para guiarla y no solamente para incrementar una canasta de contenidos impuestos por el sistema, sino para que sepa valorar esos contenidos y aportar al desarrollo socioeconómico del país; además estos maestros y maestras con conciencia social se vincularon a las causas y necesidades sociales y al deseo de cambio de los pueblos que luchan por el anhelado buen vivir y por la libertad.
     Han sido 76 años de unidad y lucha, enfrentando a los gobiernos antidemocráticos, dictatoriales civiles y militares. Isabel Vargas, Presidenta Nacional de la UNE, a propósito del aniversario del gremio manifestó que “la organización de los pueblos es una necesidad histórica para su liberación y la necesidad de resguardar la educación pública, laica, gratuita, de calidad y los derechos de las y los maestros ecuatorianos” que los gobiernos de turno han soslayado por atender las recetas de la oligarquía criolla y la banca chulquera internacional.
     El régimen autoritario del correato-morenista, que a pesar de nombrarse revolucionario, aunque en la práctica encarna la prepotencia neoliberal, dispuso la criminalización y judicialización civil y penal de la lucha popular, para así “legalizar” la persecución y encarcelamiento de líderes populares y la disolución de las organizaciones gremiales y sociales como fue el caso de la UNE, cuya ilegalización era un viejo anhelo de la CIA, para lo cual las “mentes lúcidas”, fanáticas y sectarias utilizaron un grupo de serviles al régimen, una red para dividir a la organización. Sin embargo de aquello, la UNE sigue demandando el cumplimiento del 6% del PIB para la educación, la derogatoria del decreto 1153 que disminuye los salarios, exige el pago puntual de los sueldos y no de la deuda externa.
     La UNE está legalizada y enraizada en el corazón de los ecuatorianos, ellos reconocen su historia de unidad y lucha, así como la oligarquía sabe de sobra que las organizaciones populares nacen por la necesidad de defender sus derechos y no para ser rastreros de nadie ni de ningún gobierno, a quienes resulta ser la “piedra en el zapato”.
     Finalmente, saludo a la gloriosa UNE, con la que sigo “marchando por caminos escarpados y difíciles rodeados por todas partes de enemigos, precisamente para luchar contra ellos", y con orgullo decir ¡Soy Maestro, soy de la UNE!