martes, 4 de agosto de 2020

Setenta y seis años marchando por caminos escarpados

    
     Uno de los hechos más trascendentes de la historia ecuatoriana es la “Revolución del 28 de Mayo de 1944”. Donde artesanos, trabajadores, campesinos, indígenas, estudiantes, profesores junto a hombres y mujeres intelectuales de izquierda, combatieron al gobierno oligárquico de Arroyo del Río. Al cabo de lo cual fundaron la Confederación de Trabajadores del Ecuador, la Federación Ecuatoriana de Indios, la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador, la Casa de la Cultura Ecuatoriana, entre otras organizaciones gremiales como la Unión Nacional de Educadores.

     Así nace la UNE, un 4 de agosto de 1944, con la participación valiente de miles de maestros y maestras que afirmando primero su convicción profesional de servicio a la niñez, adolescencia y juventud, para guiarla y no solamente para incrementar una canasta de contenidos impuestos por el sistema, sino para que sepa valorar esos contenidos y aportar al desarrollo socioeconómico del país; además estos maestros y maestras con conciencia social se vincularon a las causas y necesidades sociales y al deseo de cambio de los pueblos que luchan por el anhelado buen vivir y por la libertad.
     Han sido 76 años de unidad y lucha, enfrentando a los gobiernos antidemocráticos, dictatoriales civiles y militares. Isabel Vargas, Presidenta Nacional de la UNE, a propósito del aniversario del gremio manifestó que “la organización de los pueblos es una necesidad histórica para su liberación y la necesidad de resguardar la educación pública, laica, gratuita, de calidad y los derechos de las y los maestros ecuatorianos” que los gobiernos de turno han soslayado por atender las recetas de la oligarquía criolla y la banca chulquera internacional.
     El régimen autoritario del correato-morenista, que a pesar de nombrarse revolucionario, aunque en la práctica encarna la prepotencia neoliberal, dispuso la criminalización y judicialización civil y penal de la lucha popular, para así “legalizar” la persecución y encarcelamiento de líderes populares y la disolución de las organizaciones gremiales y sociales como fue el caso de la UNE, cuya ilegalización era un viejo anhelo de la CIA, para lo cual las “mentes lúcidas”, fanáticas y sectarias utilizaron un grupo de serviles al régimen, una red para dividir a la organización. Sin embargo de aquello, la UNE sigue demandando el cumplimiento del 6% del PIB para la educación, la derogatoria del decreto 1153 que disminuye los salarios, exige el pago puntual de los sueldos y no de la deuda externa.
     La UNE está legalizada y enraizada en el corazón de los ecuatorianos, ellos reconocen su historia de unidad y lucha, así como la oligarquía sabe de sobra que las organizaciones populares nacen por la necesidad de defender sus derechos y no para ser rastreros de nadie ni de ningún gobierno, a quienes resulta ser la “piedra en el zapato”.
     Finalmente, saludo a la gloriosa UNE, con la que sigo “marchando por caminos escarpados y difíciles rodeados por todas partes de enemigos, precisamente para luchar contra ellos", y con orgullo decir ¡Soy Maestro, soy de la UNE!

viernes, 31 de julio de 2020

Financiamiento electoral y corrupción

     Nos acercamos a un nuevo proceso de elecciones, la ciudadanía está muy pendiente del calendario porque como todos sabemos, no solo está en juego el alojamiento en Carondelet, las curules de la Asamblea Nacional y las nuevas autoridades de los GADs, sino que lo que realmente importa es, cómo las nuevas autoridades hayan ganado la contienda electoral. Ahora que quienes intervienen saben con demasía que las trapacerías y deslealtades habituales serán evidentes porque estarán bajo la lupa y escrutinio de la opinión pública local y nacional.
     Pese a las permanentes discrepancias entre los miembros del Consejo Nacional Electoral, se espera que la conducción del proceso sea equitativo y neutral, y que se perciba como tal. Debido a la pandemia el acto de elecciones se realizará de manera diferente, extraordinaria, por eso los mecanismos y procedimientos deben ser confiables. A los ciudadanos se nos debe asegurar que solo aquellos que cumplen con todos los requisitos legales podrán ser candidatos, de igual manera al momento de emitir el voto se nos debe garantizar absoluta libertad, sin las consabidas presiones para la compra y coacción del voto por parte de varias instituciones públicas, que en estos tiempos se convierten en muy aceitadas maquinarias electorales.
     El impacto del binomio financiamiento y corrupción en los procesos electorales, siempre ha sido negativo, no solamente por el robo y lavado de recursos económicos, sino, y esencialmente porque ha mermado la legitimidad de la democracia y de los elegidos. Si la corrupción ha puesto en jaque la estabilidad y credibilidad del gobierno, pareciera confirmarse que se llegó a contagiar al propio Consejo Nacional Electoral y consecuentemente al proceso electoral. Se confirma también, que las maquinarias electorales con mayor financiamiento tienen mayores índices de corrupción por parte de los actores incluyendo a los partidos, gobiernos y autoridades de control. Dicho de otra manera, donde hay más billete hay más ilícitos, y a aquellos “políticos” inicialmente honestos, el sistema los corroe, tiende hacerlos dependientes del dinero, del clientelismo, de la oportunidad entre comillas.
     La idea de moralizar la política no es de ahora, pero es urgente retomarla para erradicar o al menos disminuir el deterioro social que mancha a las instituciones por la creciente corrupción. Este deterioro marcado mayormente durante los gobiernos de la mal llamada revolución ciudadana y colapsado durante la pandemia, cuando los escándalos que involucran a malos funcionarios y políticos vivarachos, ha fatigado la paciencia de los ciudadanos. Por tanto, sino protestamos exigiendo sanciones y no solamente el cambio de administradores, todo seguirá igual, “mientras no cambien los dioses, nada habrá cambiado”.
     Lo cierto es, que el sistema vigente tiende a favorecer a los banqueros y grandes empresarios, a la vieja y podrida partidocracia, quienes son expertos en disuadir la corrupción y en estimular el clientelismo particularmente en los sectores más pobres, a lo que se suma, que los ecuatorianos mayoritariamente no tenemos formación política para hacer una valoración del entorno socio económico. Al fin y al cabo somos lo que queremos, decía Eduardo Galeano.

domingo, 19 de julio de 2020

Murió de pie sobre la tierra como un árbol


Tras permanecer varios días afectado por el Covid-19, el dirigente popular Alfonso Yanez Montero falleció la madrugada del domingo 19 víctima de la indiferencia e incapacidad de un gobierno criminal que no le facilitó una cama UCI. Tengo la certeza que murió peleando por su propia vida, "de pie sobre la tierra como un árbol". Las reacciones al fallecimiento no se hicieron esperar y, desde la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados y otras organizaciones gremiales, han manifestado su pesar por el lamentable suceso.
Alfonso Yanez, junto a la Unión Nacional de Educadores, de la que fue su Presidente, lideró la lucha en las plazas y calles contra las dictaduras militares de las décadas 60 y 70, de los gobiernos déspotas de Febres Cordero y Correa, de los sectores oligárquicos, exigiendo las garantías que contempla la Constitución y el derecho a una vida digna. Desde muy joven fue militante activo de la izquierda a la que perteneció toda su vida. En 1984 participó como candidato a la vicepresidencia del Ecuador en binomio con Jaime Hurtado González, su actividad política y gremial se caracterizó por su combate incansable en defensa de la educación fiscal y laica, de los intereses de la clase docente, de los trabajadores y de los sectores populares.
Alfonso Yanez, luego de su jubilación, cuando el correismo arremetió contra las organizaciones sindicales, en especial de docentes, estudiantes, médicos, abogados y jubilados, precisamente frente a esa arremetida se creó la Coordinadora Nacional de Maestros Jubilados para defender la jubilación adicional que los maestros aportábamos desde 1964, derecho que inicialmente Correa suspendió, y que gracias a la tenacidad de la organización fue restituido. Aún me resuenan sus palabras: “Luchar por la dignidad, la libertad y el derecho a la vida, para que el maestro jubilado sea respetado por los gobiernos de turno y por la sociedad”. Murió exigiendo a los gobiernos de Correa y Moreno, a quienes se refirió como: “las dos caras de la misma moneda”, y a los ministros de finanzas y de educación que no cancelan el incentivo jubilar desde el año 2008.
Alfonso Yánez, perteneció a la generación de combatientes de acero, sus aportes a la clase docente y trabajadora junto a su inquebrantable resistencia, lo hicieron merecedor del respeto, la admiración y cariño de dirigentes sindicales, políticos y de sectores populares y de la sociedad civil, quienes reconocían en él su entereza y entrega a la hora de defender las causas populares de los abusos de los gobiernos de turno.
Laura Hidalgo., dice sentir su partida al igual que el magisterio ecuatoriano, “se pierde a un gran maestro por la indolencia de este gobierno nefasto que prioriza pagar la deuda externa, esconder y solapar la corrupción, desatendiendo la salud en esta crisis sanitaria”. “Se nos ha ido el amigo y compañero Alfonso Yanez, seguir la lucha es honrar su memoria”, manifestó el Lic. José Eduardo Morales, dirigente de los Docentes Jubilados de la Provincia de Loja.