Para más de la mitad de las familias ecuatorianas, se refrenda otra vez un año complicado, la crisis sociopolítica y económica abre más la brecha de la pobreza. La anunciada alza de 25 dólares a los trabajadores no cubre el valor de la canasta familiar; la inflación en estos días es galopante y empeorada por la falta de trabajo, la delincuencia y la corrupción.
Esta es la realidad del campesinado e indigenado, de los trabajadores, de los desempleados, del magisterio, que durante el 2022 en calles y plazas protestaron contra la soberbia de un presidente que no escucha a la gente, que se hizo el loco convocando a dialogar al movimiento indígena, pero sin cumplir los acuerdos, por el contrario, se empecina en una infame consulta para inundar de mayor estrechez a nuestros hogares.
El combate a la pobreza, a la corrupción y a la impunidad de esas sanguijuelas humanas que no contentos con robarse los dineros del Estado, quieren chuparnos la sangre y hasta el alma; solo es posible si se reclama el derecho a educación de calidad, a servicios de salud y sanidad, de fuentes de trabajo. Es urgente el dialogo franco entre los movimientos sociales y políticos del país con el gobierno, al que hay que exigirle soluciones claras, si se quiere de verdad superar la crisis económica y la inseguridad ciudadana.
Desde la Gloriosa UNE, hemos sido testigos del gran despertar de los maestros y maestras con conciencia vanguardista, ellos dijeron basta ya a los atropellos del Presidente Lasso, de la Ministra Brown y de un grupillo de lacayos. La UNE con unidad, lucha y organización, logró la aprobación de una nueva Ley de Educación que incluyó la recategorización a los maestros con más de 25 años de servicio, la equiparación salarial, siguiendo firmes hasta que ésta se pague a todo el magisterio.
En medio de la lucha por alcanzar una vida digna con equidad y justicia social, los sectores populares y de trabajadores reviven la esperanza y buenos deseos para que estos días de navidad y año nuevo, se disfruten en familia anhelando que, en el 2023, las elecciones permitan concretar la unidad popular para lograr las reivindicaciones que posterga la derecha criolla, banquera y empresarial sumisa al imperialismo.