miércoles, 16 de julio de 2008

ESTRATEGIAS PARA PROMOVER LA LECTURA COMPRENSIVA


 
"La lectura no se aprende mediante la instrucción y memorización de normas, por que la lectura se genera en la mente mediante la creación de reglas cognitivas internas que crean las condiciones de manera espontánea en cada individuo”                
Ernest Peanfinni
Introducción:
El interés por la lectura comprensiva no es nuevo. Sería vago referirse a su evolución, sin embargo, Roser, señala que “cualquiera que fuese lo que hacían los niños y adultos cuando leían en el antiguo Egipto, en Grecia o en Roma, y cualquiera que sea lo que hacen hoy para extraer o aplicar significado en un texto, es exactamente lo mismo”[2]
El problema actual es que, a pesar de que se han desarrollado diversas estrategias para la comprensión lectora, al aplicarlas se obtienen los resultados poco halagadores, quizá se deba al poco desarrollo de habilidades de inferencia y exploración crítica del texto, o a que la escuela lo ha tomado como un acto “rutinario y obligatorio”  y no como una acción que enseñe a vivir la realidad a través de la palabra escrita.
Leer es un proceso mediante el cual el lector pretende entrar en comunicación con el mundo exterior, es un proceso de dialogo con los grandes pensadores de todos los tiempos para “comprender sus pensamientos, descubrir sus propósitos, hacerle preguntas y tratar de hallar las respuestas en el texto”, lo cual implica una comprensión cabal de lo que está valorando o cuestionando ara no aceptar tácitamente la propuesta del autor.
La comprensión lectora básicamente es un proceso a través del cual el lector decodifica palabras e ideas del autor del texto para elaborar simbólicamente sus propios significados y compararlas con las del autor.
Por tanto, leer, es un acto de reflexión, en la que se analiza e interpreta la información del texto para lograr nuevos conocimientos.  Galo Guerrero (2006) expresa que leer “es descifrar la escritura para percibir lo oculto, elevarse intelectual y espiritualmente para salirse de lo real y adentrarse en la fugacidad de lo efímero”.
Desde una visión emancipadora de la educación, diríamos que se lee comprensivamente en tanto y cuanto su lectura le permite comprender la propuesta del autor y lo conduce a contextualizarlas  con sus propias experiencias y con lo que pretende conocer, es decir hay lectura comprensiva cuando esta le conduce a lograr aprendizajes significativos, conscientes mediante los cuales existe la posibilidad de desarrollar las habilidades del pensamiento.
Es evidente en nuestras escuelas la deficiente lectura y poca comprensión, casi podemos asegurar que los niños y jóvenes “no leen con claridad ni tampoco comprenden lo que leen”, pues demuestran altas dificultades para raciocinar, argumentar, resumir o proponer alternativas de solución.
El desconocimiento de estrategias por parte de los docentes y la poca colaboración de los padres y madres de familia, lejos de motivar la lectura ha conducido indirectamente a que la niñez y la juventud no encuentre placer por la lectura o simplemente a realizarla  de panera superficial y poco profunda. Pues no se ha logrado dotar del suficiente material de lectura y una buena organización del tiempo que le permita conjugar el juego con la lectura; mientras que en los hogares no se fomentan buenos hábitos por la lectura dejando que los niños sean absorbidos por los programas infantiles de televisión.
Debe quedarnos claro que gran parte del fracaso escolar es consecuencia de la baja comprensión lectora y esta a su ves producto de una mala lectura, de allí que nuestras estrategias deben involucrar a la comunidad en general y desde luego estar orientadas a que los niños alcancen un desarrollo integral a través de sistemas de significación interpretativa y de construcción de significados por medio de la lectura comprensiva.
El acto de leer:
El acto de leer consiste en el procesamiento de información de un texto escrito con la finalidad de interpretarlo que según Smith (1983) utiliza “La información visual o a través de los ojos que consiste en la información proveniente del texto; y, La información no visual o de detrás de los ojos que consiste en el conjunto de conocimientos del lector”.
Efectivamente el lector a partir de la información del texto y de sus propios conocimientos mira los símbolos gráficos, los percibe, los reconoce, valiéndose de cualquiera de las técnicas o claves más adecuadas para hacerlo (configuración, análisis estructural, contexto) pronuncia oral y mentalmente para inmediatamente traduce los símbolos gráficos en ideas, que lo llevan por un proceso de comprensión, interpretación, reacción e integración.
Recomendaciones para la lectura comprensiva
En la sociedad actual en la que la producción y difusión del conocimiento es cada vez mayor y diversa tanto en su contenido como en la forma, es necesario el empoderamiento de algunas estrategias básicas para la comprensión lectora eficiente, es decir no solamente entender la información que se nos presenta sino, especialmente entender la relación cognitiva del proceso lector con el desarrollo del pensamiento y de las capacidades humanas, como son la observación, clasificación, análisis, síntesis, evaluación, etc., que a su vez se relacionan con las intenciones que tiene el lector cuando realiza la lectura para encontrar una información específica, para captar la idea general, o para establecer un juicio crítico, etc.
Foucambert (1976) caracteriza las diferentes maneras de abordar el texto según la intención de la lectura así:
    “Lectura silenciosa integral: cuando se lee un texto entero con el mismo tipo básico de actitud lectora.
    Lectura selectiva: guiada por un propósito para extraer una vaga idea global. Se caracteriza por la combinación de lectura rápida de algunos pasajes y de lectura atenta a otros.
    Lectura exploratoria: producida a saltos para encontrar un pasaje, una información determinada.
    Lectura lenta: para disfrutar de los aspectos formales del texto, para recrear sus características incluso fónicas aunque sea interiormente.
    Lectura informativa: de búsqueda rápida de una información puntual tal como un teléfono en la guía, una palabra en el diccionario, etc.[3]
Sin embargo una buena parte de la bibliografía que se ocupa de del estudios de las causas del fracaso escolar está vinculado con los deficientes niveles de lectura que presentan los escolares, por ende, maestros y maestras tenemos el reto contextualizar nuestro rol y tomar conciencia sobre los actuales paradigmas que rigen nuestra práctica en el aula, a fin de promover estrategias activas para la comprensión lectura y elevar los niveles de desempeño escolar de los estudiantes. Para ello resulta importante reconocer previamente como están estructurados los diversos textos que existen en el ámbito escolar y en general. La clasificación de Poggioli[4] (1999) no es definitiva ni la única, pero ayuda a trabajar en las estrategias para lograr una buena comprensión de la lectura:
-     Texto Descriptivo: Describe lo que es algo.
-     Texto Secuencial o procedimental: Propone cómo hacer algo
-     Texto Enumerativo: Da una lista específica de cosas relacionadas con el tópico y describe cada una
-     Texto Causa/efecto: Da las razones por las cuales algún evento ocurre.
-     Texto Problema/solución: Establece algún tipo de problema relacionado con el tópico y ofrece posibles soluciones
-     Texto: Comparación/Contraste: Enseña las semejanzas y/o las diferencias entre dos tópicos
Estrategias para la comprensión lectora
Siempre será difícil establecer un listado de estrategias para la buena comprensión lectora, Rosenshine (1980) sostiene que “no está claro cuáles son los ejercicios programados para entrenar las habilidades de comprensión lectora…, el proceso de comprensión de cada lector es en algún sentido distinto, en la medida que cada individuo ha desarrollado esquemas diferentes”[5]. Sin embargo se puede bosquejar ciertas ideas generales que ayudan a mejora la comprensión lectora especialmente en los primeros años:
a)    Identificar los conocimientos previos que poseen los estudiantes, sus expectativas, intereses y vivencias  a fin realizar la motivación necesaria en prevención de que no todos podrán abordar ni comprender la lectura de manera homogénea,…“siempre será necesario que el niño sepa qué hacer, que se sienta capaz de hacerlo y que encuentre interesante lo que se le propone hacer (leer)”[6].
b)    Manejo del diccionario, para mejorar por cuenta propia y con mayor independencia, el significado de las palabras nuevas presentes en el texto.
c)    Observación de las partes del texto como el índice o contenidos, capítulos, títulos, subtítulos, si el texto es corto, título, autor, etc., especialmente la introducción y conclusión, en las cuales el autor manifiesta el propósito y las recomendaciones especificas que considera de utilidad para el lector.
d)    Inferir la idea central a partir del título o de la lectura del prologo o de la introducción y verificarla a través de la localización de palabras claves. La idea central es la más importante, de ella dependen las secundaria y tienen mayor significado o mayor contenido semántico. Es la síntesis del texto.
e)    Búsqueda de ideas secundarias y conectores para establecer el tipo de funciones de las conexiones, la coherencia interna. Las ideas secundarias dan los detalles del asunto del párrafo, justifican, explican, detallan o ejemplifican lo dicho en la principal.
f)     Establecer criterio para el análisis,  o sea descomponer, desglosar o separar las partes del texto de acuerdo a criterios como estructura, funciones y relaciones. Relacionar las ideas y la información extraídas del texto con las ideas o información que el lector ha almacenado ya en su mente. Hacer inferencias.
g)    Realizar una breve síntesis, es decir intentar reconstruir el texto a partir del conocimiento y del uso de los criterios que nos da el análisis.  Se sintetiza cuando realizamos un resumen, conclusión, organizamos la información en gráficos, parafraseos, mapas mentales, mapas conceptuales, etc. “Resumir es reflexionar sobre lo que hacemos en nuestra mente, a la hora de leer y comprender. Es una de las formas que tenemos para mejorar el proceso… metacognicción”[7].
h)   Práctica de la doble lectura, para dominar y comprender los contenidos la lectura explorativa y luego la comprensiva es básica. La lectura explorativa es rápida para tener una visión global para saber de que se trata y que contiene el texto, mientras que la lectura comprensiva es mas lenta, incluso se precisa del uso del diccionario, se procura entender y distinguir las ideas principales de las secundarias en cada párrafo o capítulo a fin de comprender las conclusiones del autor y contrastarlas con las ideas propias del lector.     
“Una lectura comprensiva hecha sobre un texto en el que previamente se ha hecho una lectura explorativa es tres veces más eficaz y más rápida que si se hacho directamente”.
Es necesario resaltar que en la actualidad casi a manera de consenso, la mayor parte de editoriales que ofrecen textos de lectura para la niñez, recomiendan para la buena comprensión lectora algunas actividades que bien las podemos considerar como actividades importantes durante el proceso de enseñanza de la lectura y su eficiente comprensión, esta son: formular predicciones del texto que se va a leer; plantearse preguntas sobre lo que se ha leído; aclarar posibles dudas acerca del texto; y, resumir las ideas del texto, e otras palabras se trata de que el lector realice la anticipación y verificación de ideas; y se vaya auto cuestionando sobre lo que lee.
Entonces debe quedarnos claro, que lo importante es entender que para ir dominando las estrategias o actividades responsables de la comprensión no es suficiente con explicarlas, es necesario dar las suficientes oportunidades para los lectores puedan ponerlas en práctica comprendiendo con la debida y pertinente autonomía su utilidad, dejando de lado o atrás las prácticas pasivas, es decir aquellas tareas de aparente acción pero que en realidad no permiten al lector interiorizar las ideas centrales y las conclusiones de cualquier texto.
Al respecto Duffy, Roehler y Mason, 1984, dice que el maestro para saber si esta llevando un buen procedimiento de comprensión lectora, debe cuestionarse “si está demostrando claramente a los alumnos aquello que han de aprender; si les está brindando oportunidades para utilizar lo aprendido; si brinda feedback (retroalimentación) apropiado y; si favorece la motivación mientras los niños están aprendiendo”[8].
Para ello es preciso prever momentos de intercambio entre el maestro y sus alumnos, sea individualmente o en grupo, sobre los textos que han leído o que están leyendo, para saber qué interpretan y cómo resuelven los problemas de comprensión, y también para poder ayudarles y sugerirles formas de proceder más adecuadas.
Sugerencias para bosquejar una clase de lectura comprensiva
a)    Prelectura.- Leer el título de la obra, los subtítulos, la editorial. Leer  la Introducción. Hojear el libro. Leer primeras líneas de los primeros párrafos. Hacernos preguntas e hipotetizar, tener una idea general.
b)    Lectura: Leer párrafo a párrafo. Hacerse preguntas clave: ¿De qué o quién se habla?  ¿Qué se dice de ello?.Y otras como: ¿Quién, cómo, cuándo, dónde, por qué, para qué?.  Señalar palabras clave.  Ideas principales.  Comprender el significado. Interpretar.
c)    Hablar: Enunciar las ideas centrales. Preguntarle al texto. Expresar las ideas con mis propias palabras. Retener lo principal. Sintetizar
d)    Repasar: Repasar  lo subrayado y darle sentido completo al texto. Repasar no es estudiar otra vez y permite retener mucho más y no olvidar con facilidad.
e)    Resumir: Hacer resumen. Elaborar la síntesis de lo leído. Esquematizar las ideas principales con significado y organizadamente.
f)     Cuestionar: Autocuestionarse, es decir generar preguntas que se van a responder con lo que se ha leído del texto.
g)    Responder: Clarificar el sentido cuando ha habido un fallo den la comprensión, identificando la fuente de la interrupción y realizando los pasos adecuados para restablecer el significado.
h)    Predecir: Activar el conocimiento previo relevante al tema, con el propósito de aprender a anticipar qué contenidos son probables atendiendo a lo leído  sobre lo que el autor va a expresar en el texto o en los  párrafos siguientes al ya leído.
Estas sugerencias se pueden graficar en un ejemplo concreto:
-     Anotar previamente en una hoja de trabajo los conocimientos previos acerca de la lectura “El Amazonas”
-     Leer en silencio el texto informativo e histórico “El Amazonas”
-     Leen oralmente en forma individual el texto “El Amazonas”
-     Contrastan sus conocimientos previos registrados en la hoja de trabajo con los que aparecen en la lectura “El Amazonas” y confirman su corrección o inexactitud.
-     Hablan con sus compañeros para corregir sus errores previos e identifican en el texto leído si las preguntas previas sobre aspectos que deseaban aprender, fueron respondidas.
-     Realizan ensayos o resúmenes contestando por escrito lo que se aprendió de la lectura “Las Amazonas”
-     Escriben en la hoja de trabajo las preguntas que no fueron respondidas para consultarlas en otras fuentes, luego las socializan con sus compañeros.
-     Finalmente individualmente confeccionan un organizador gráfico para establecer las relaciones entre los contenidos derivados del texto, que prontamente será defendido en una exposición en el aula y a nivel de toda la institución.

BIBLIOGRAFÍA
1.    Acedo de Bueno, M. (2000) Buenoacedo Disponible en www.buenoacedo.com
2.    Camps, A. Y Colomer, T. 1996. Enseñar a leer, enseñar a comprender. Madrid. Celeste ediciones.
3.      Cooper, J. D. 1990. Cómo mejorar la comprensión lectora. Madrid. Ed. Visor. - Rico, M. (2000). “Formas y estrategias de lectura en la comprensión lectora de textos en inglés específico”. En Actas del X Congreso Internacional Luso- Hispano de Lenguas para Fines Específicos. Portalegre
4.    Duffy, G. G., L. R. Roehler, Y J. Mason (eds). 1985. Comprehension instruction: Perspectives and suggestions. Nueva York: Longman.
5.      El proceso de la lectura .de la teoría a la práctica Dubois, M.E Aique 1991
6.      Estudiar en la Universidad hoy.Cañas,J.L Dykinson 1990
7.      Fernández, Susana Laura: Prologo. Cuando el maestro lee su práctica. de Carolina M De Barrionuevo y otros. Bs.As. Geema. 1999. Psicología del Aprendizaje. Michel J.A.Howe ed. Oxford 2000
8.      Fichas de apoyo didáctico del Curso “La Lectura como potenciadora de los aprendizajes”, MEC. Quito 2003.
9.    Foucambert W. (1981). Developing Reading Skills. Cambridge, citado por Poma Rosa Elena, Motivación a la lectura infantil, inédito con autorización de la autora, 2007, Loja Ecuador
10.   Manual de técnicas de estudio Alonso alvares, A. Fernández Moro Editorial Everest 1991
11. Meza de Vernet, I (1998). Lectura Analosintética basada en estrategias para comprensión y aprendizaje de textos, Universidad Metropolitana de Caracas
12. Poggioli, L. (sf)  Estrategias de adquisición de conocimiento. Disponible en http://www.fpolar.org.ve/poggioli/poggio25.htm
13. Poma Rosa Elena, Motivación a la lectura infantil, inédito con autorización de la autora, 2007, Loja Ecuador.
Rosenshine (1980), citado por Block; E. (1986) en  ‘The comprehension strategies of second language readers’. TESOL Quarterly 20: 463-94. En www.comensandoalerr/hptl45609a


[2] Meza de Vernet, I (1998). Lectura Analosintética basada en estrategias para comprensión y aprendizaje de textos, Universidad Metropolitana de Caracas
[3] Foucambert W. (1981). Developing Reading Skills. Cambridge, citado por Poma Rosa Elena, Motivación a la lectura infantil, inédito con autorización de la autora, 2007, Loja Ecuador
[4] Poggioli, L. (sf)  Estrategias de adquisición de conocimiento. Disponible en http://www.fpolar.org.ve/poggioli/poggio25.htm
[5] - Rosenshine (1980), citado por Block; E. (1986) en  ‘The comprehension strategies of second language readers’. TESOL Quarterly 20: 463-94.
[6] Poma Rosa Elena, Motivación a la lectura infantil, inédito con autorización de la autora, 2007, Loja Ecuador.
[7] Acedo de Bueno, M. (2000) Buenoacedo Disponible en www.buenoacedo.com
[8] DUFFY, G. G., L. R. ROEHLER, y J. MASON (eds). 1985. Comprehension instruction: Perspectives and suggestions. Nueva York: Longman.