lunes, 27 de mayo de 2019

Reseña Histórica de la Escuela Miguel Riofrío: 1895 - 2019

Reseña Histórica de la Escuela Miguel Riofrío: 1895 - 2019
“Es la Escuela Miguel la primera que izó la bandera en junio; que Alfaro la trajo en su puño, tras mil guerras de inmenso valor”.
David Pacheco Ochoa
Junio es el mes en el que el Ecuador entero recuerda la Revolución Liberal. Mes en el que los sectores populares honran el espíritu heroico y libertario del Viejo Luchador. Mes en el que la Escuela Miguel Riofrío celebra un aniversario más de su creación. Anteayer, Escuela Superior Miguel Riofrio. Ayer, Escuela Fiscal de Niños Miguel Riofrío. Hoy, Escuela de Educación Básica Miguel Riofrío, como quiera sea su denominación, la escuela es el hogar por excelencia, de la inteligencia, del talento y la razón, en la que ya por 124 años, se han formado las mentalidades más lúcidas que con su trabajo fecundo contribuyen al desarrollo de Loja y el país.
El nombre de nuestro establecimiento nos hermana con una de las figuras más preclaras del periodismo, de la diplomacia, de la política, del liberalismo y de la literatura. Nos reúne con el autor de la primera novela ecuatoriana “la Emancipada”. (Novela que debería ser parte de la identidad miguelina, por tanto, su lectura debería ser instituida obligatoriamente para maestros y estudiantes). Me refiero a nuestro patrono, el Dr. Miguel Riofrío. El Dr. Agustín Cueva Dávila, resalta que nuestro patrono es de “alma inquebrantable, virtud política incorruptible, bondad de corazón insuperable, cualidades que, embellecidas por la diplomacia, el tacto, finura política, la ilustración vasta, el juicio recto y la inteligencia luminosa lo hicieron un personaje importante de nuestra historia”
Al Dr. Miguel Riofrío, símbolo de las letras y luchador de la justicia social, que onomásticamente nos cobija, nos encontramos indisolublemente unidos por el laicismo y su voluntad irrefrenable de tallar ideales y conquistar un futuro mejor para los ecuatorianos. El espíritu de Miguel Riofrio, sin duda, se aloja en las aulas y pasillos de la escuela, generándonos la luz perenne que guía los caminos del aprendizaje y la emancipación.
En la escuela Miguel Riofrío, la misma que hoy acuna a maestros y estudiantes, se han formado generaciones de niños que a la par que buscaban el saber se convirtieron en los jóvenes defensores de las causas populares y de la soberanía nacional.
El Profesor David Pacheco Ochoa, en la obra “Reminiscencias en torno a la Escuela Miguel Riofrío” nos refiere que por las aulas que hoy tenemos la honra de laborar, caminaron personajes de la talla del Dr. Isidro Ayora Cueva, Presidente de la República del ecuador; Dr. Adolfo Valarezo, Dr. Carlos Manuel Espinoza, Salvador Bustamante Celi, Dr. Pio Jaramillo Alvarado; Dr. Clodoveo Jaramillo Alvarado; Dr. Pedro Víctor Falconí, Dr. Benjamín Carrión; Dr. Agustín Aguirre, Dr. Ángel Felicísimo Rojas, Pablo Palacios, Escultor Daniel Elías Palacios, Profesor Emiliano Ortega Espinoza, entre otros.
Agrega que “Con personajes de esta contextura moral e intelectual, Loja se preparó para recibir el siglo XX, el mismo que se ha vanagloriado repitiendo y honrando sus nombres y su memoria, por ser como astros que brillaron con luz propia.”
Efectivamente, hoy se cumplen 124 años de existencia de la Escuela, 124 años del laicismo en Loja. Pero, lo que hoy recordamos no es el simple transcurso del tiempo. Si bien el orden cronológico nos ayuda a dimensionar como la grandeza del espíritu escolar e intelectual se ha fijado en el tiempo y se ha afincado en los corazones de las generaciones que han transitado este plantel. Lo que hoy nos reúne aquí, es celebrar la persistencia y permanencia de la voluntad genética de la lojanidad, para caminar por los rumbos históricos del último rincón del mundo, como lo señalara Pio Jaramillo A. Lo que hoy nos convoca, es seguir los pasos de antecesores, para invocar una tradición de amor a los libros, amor a la ciencia, amor a la búsqueda de la verdad. He aquí las razones profundas de este acto. He aquí el imán que nos atrae y no, solamente, la fecha que hemos marcado en el calendario, a la que por civismo debemos recordar.
La Escuela Miguel Riofrío, con su histórico nombre, tiene que ser una sola, no necesita recuerdos ni acuerdos de cortesía por parte del Ministerio.  Necesita si, la ratificación patriótica y continua de quienes somos parte de ella, en especial de sus ex alumnos, para con la altiva exigencia a las autoridades, cumplir el destino glorioso de contribuir a forjar una sociedad más justa, es decir, de retribuir lo que la Miguel Riofrío nos proporcionó a través de los años escolares.
Solamente comprendiendo en toda su dimensión el significado que la Escuela Miguel Riofrío tiene para nuestro terruño, es que podemos plantearnos las metas futuras. Así como los pueblos sin historia se caracterizan por ser estáticos, las escuelas que no recuerdan ni valoran la suya, se mantienen anquilosadas.
Hoy estamos aquí, invitados a celebrar la sesión solemne por el 124 aniversario de fundación de la escuela de educación básica Miguel Riofrío. Sin embargo, es obligatorio destacar que, en realidad, los cimientos institucionales de la escuela Miguel Riofrío, se plantaron hace 148 años… El profesor David Pacheco Ochoa, conocido nuestro, en la obra Reminiscencias, refiere que “en 1871 se estableció en Loja la primera escuela regentada por los Hermanos Cristianos, estaba ubicada exactamente donde actualmente está nuestra escuela y la Sociedad Obrera Primero de Mayo... La escuela inicia sus labores el 22 de octubre de 1871 con 210 alumnos. Cabe mencionar que el edificio antiguo se ubicaba en la manzana actual…, su amplio edificio se construyó con fondos provenientes del legado beneficio del Dr. Bernardo Valdivieso”.
El 5 de junio de 1895 en Guayaquil sectores populares y liberales proclaman a Eloy Alfaro Jefe de Estado, era una época de conmoción política y social. Así se da inicio a la revolución liberal a la que poco a poco se van adhiriendo los pueblos del Ecuador.
En Loja, nos refiere el Profesor Pacheco: “El domingo 16 de junio de 1895, se sublevaron los soldados del cuartel contra los empleados del gobierno… El 19 de junio, una vez adheridos al gobierno Alfarista, nombran al Dr. Manuel Benigno Cueva como Gobernador de Loja.
En estas circunstancias “El 12 de octubre de 1895, al calor de la naciente revolución liberal, El Dr. Manuel Benigno Cueva Ayora, en su calidad de Gobernador de Loja, contra la voluntad del Obispo Macía, se apodera de las escuelas que estaban dirigidas por los hermanos cristianos, En consecuencia, al entusiasmo de la revolución Alfarista, desde el 12 de octubre de 1895  pasa la escuela a tener el carácter de laica, desde aquel día, dicho edificio y escuela  pasan a ser propiedad fiscal de la ciudad”. Nombrándose como primer Director del plantel al Dr. Benjamín Rafael Ayora Cueva.
Por resolución de los directivos y docentes del plantel, el 27 de mayo de 1896, toma el nombre de Instituto San Luis de Gonzaga, decisión que toman, como para granjearse la amistad con el Obispo Macía. A partir del año 1916, por los méritos anotados anteriormente que lleva el nombre de Escuela Miguel Riofrío. “Como cosa de suma importancia y trascendencia, es el gran acierto de nombrar al establecimiento como Instituto Miguel Riofrío, asunto que sucede a partir del 2 de octubre de 1916. Se trató de inmortalizar así al Dr. Miguel Riofrío, uno de los más preclaros ciudadanos que tuvo Loja y la Patria”. Resalta el Prof. Pacheco, desde entonces, el plantel avanzaría más a prisa, más comprometido y responsable no solo con el recuerdo y veneración de su egregio patrono, sino hasta con la misma historia cultural de la hidalga ciudad de Loja.
Miguel Riofrío, es sin duda uno de los hombres más destacados de Loja y del país, por su accionar en el periodismo, la diplomacia y la política, adquiere dimensiones universales. Él, es autor de la primera novela ecuatoriana, “La Emancipada”, letras en las que más allá de la narración romántica, en ella se hace, una descripción de la realidad social de la Loja postergada de aquellos días.
El Dr. Agustín Cueva Dávila, resalta que nuestro patrono, el Doctor Miguel Riofrío es de “alma inquebrantable, virtud política incorruptible, bondad de corazón insuperable, cualidades que embellecidas por la diplomacia, el tacto, finura política, la ilustración vasta, el juicio recto y la inteligencia luminosa lo hicieron un personaje importante de nuestra historia”
Durante el año lectivo 1971-1972, exactamente el lunes 5 de junio de 1972, se establecen definitivamente los símbolos institucionales de la escuela, la autoría le pertenece al Prof. David Pacheco Ochoa. Parte de los versos de una estrofa del himno, nos recuerdan que:
 “Es la Escuela Miguel la primera, Que izó la bandera en junio; Que Alfaro la trajo en su puño, Tras mil guerras de inmenso valor. ¡Libertad! ¡Igualdad! Es la Enseña, De este augusto recinto que ha hecho….”
Otro de las fechas significativas de la historia miguelina, sucede hace 42 años. La fecunda labor desplegada por los docentes del plantel, desemboca en el cariño de la sociedad hacia la escuela, creciendo la demanda estudiantil. El Profesor David Pacheco Ochoa, personaje comprometido con la educación lojana, motivado por las circunstancias gestiona ante el Ministerio de Educación la creación de la sección vespertina, hecho que efectivamente se cumple el 24 de septiembre de 1976, sección que es denominada como Escuela Miguel Riofrío No. 2. Siendo su primer director, el Lic. German Ortega Carvajal, posteriormente se encarga por dos ocasiones la dirección de la escuela, que ahora denominamos sección vespertina al Lic. Oscar Efrén Torres. Mientras que la Lic. Judith Rodríguez Torres, accede a la dirección del plantel, luego de ganar un concurso de méritos y oposición. A los tres directivos los acompaña una capacitada planta docente, de la que buena parte nos acompaña hoy.
El Ministerio de Educación, dando cumpliendo a la Ley de Educación, con lo que también se satisfacía un viejo anhelo de la comunidad miguelina, en una de las pocas acciones acertadas, decreta la unificación de los planteles educativos que funcionan bajo la misma infraestructura. De esta manera, las secciones matutina y vespertina de la Escuela Miguel Riofrío, se fusionan al inicio del año lectivo 2015 - 2016. Nombrándose como Directora, a la Mg. Ruth Hidalgo Puchaicela.
Honrar honra, por ello es justo resaltar a personajes con mente futurista, a educadores destacados e ilustres que, al pasar por la dirección de la escuela, muchos de ellos, incluso ofrecieron sus servicios de manera gratuita; ellos son:
1895  –  1898 Dr. Benjamín Rafael Ayora Cueva.
1899  –  1900, Prof. Benjamín Rivas
1900  –  1901 Señor José Luzuriaga
1903  –  1904 Dr. Avelino Mantilla,
1904  –  1906 Dr. Lautaro Loayza
1906 - 1907 Dr. Ramón Riofrio
1908  –  1912  Dr. Luis Jaramillo
1913 – 1914 Dr. Juan Ruiz y Sra. Mercedes Hidalgo (encargada del Instituto de Señoritas)
1914 - 1916 Dr. Víctor A. Castillo
1916  –  1918 Dr. Rafael M. García.
1918  –  1919 Dr. Luis F. Ortega.
1919  –  1927. Dr. Alfredo Rodríguez
1924  –  1925. Prof. Virgilio Abarca
1925  –  1926. Mario Jaramillo Hidalgo
1926  –  1928. Dr. Alfredo Rodríguez
1927  –  1928 Dr. Máximo Agustín Rodríguez
1929  –  1930 Dr. Manuel José Aguirre
1930  –  1931. Dr. Víctor M. Carrión
1931  –  1935 Dr. Alfredo Mora Reyes
1935  –  1937 Prof. Benigno Bayancela
1938  –  1942 Prof. Miguel Ángel Suárez
1943  – 1946 Prof. Manuel Fernández Cuenca
1946  –  1949 Sr: Máximo Cabrera
1949  –  1953. Dr. Manuel Fernández Cuenca
1953  –  1963. Pro. José Lino Palacios.
1964  –  1977 Prof. David Pacheco Ochoa
1976 – 2004  Lic. German Ortega Carvajal. Sección vespertina
1977  –  1998    Lic. Eduardo Ludeña,
1999  –  2000 Lic. Luis Camacho
2000  –  2001 Lic. Ruth Segarra,
2001 –  2002 Lic. Jorge Araujo
2004 – 2008 Lic. Oscar Efrén Torres. sección vespertina
2002  –  2008 Dr. Carlos Torres Cordero
2008 – 2012 Lic. Judith Rodríguez Torres. sección vespertina
2008  –  2014 Lic. Juan Manuel Ontaneda Jiménez
2014     2015   Lic. Guillermo Álvarez Cabrera
2015     2016   Mg. Ruth Hidalgo Puchaicela
2016    2017  Lic. Eduardo Maurad Juela
2017  2018   Mg. Roció Salinas Poma
2018     –  … Mg. José Orellana Yaguache.

Cabe destacar que el primer Director de la Escuela Miguel Riofrío, fue el señor Dr. Benjamín Rafael Ayora Cueva, quien fuera hermano del gran hombre de Estado, el Presidente Isidro Ayora Cueva, a ellos, hoy, quienes hacemos la comunidad educativa miguelina, honramos su memoria y aunque tardíamente, agradecemos su gesta histórica, es decir el inicio de la primera escuela fiscal laica de la región.
Otro personaje de profunda condición humana y de gran sabiduría, querendón de su escuela y de la patria chicas es el Profesor David Pacheco Ochoa. Personaje cuyo nombre se volvió leyenda entre la ciudadanía lojana y nacional, distinguido por las letras, el periodismo, la narrativa y la música. Autor de innumerables piezas musicales, de las que destaco joyas como: señorita tristeza, luciérnaga, envidia, princesa…, Es el autor del Himno a la Escuela Miguel Riofrío.
El Profesor David Pacheco, un hombre muy respetado y querido en el círculo de la docencia y la música por su integridad de persona de bien, por dar más de lo que de él se esperaba, no solo en su escuela sino también como dirigente magisterial y como primer presidente de la Cooperativa de Educadores de Loja.
En homenaje a la memoria del Profesor David Pacheco Ochoa; y, con el propósito de promocionar el talento musical de la infancia, la escuela Miguel Riofrío, celebra año tras año el festival de la canción miguelina.
La trayectoria histórica e institucional de la Miguel Riofrío, obligan a las generaciones presentes, a preservarla como patrimonio tangible e intangible de la ciudad.
Pero esa mirada e inspección atenta hacia el pasado, a la tradición de nuestra Escuela, no impide que, cubriendo las necesidades del presente, también miremos al futuro, para ofrecer a la sociedad lojana y del sur de la patria, una institución que contribuya a formar a la niñez y adolescencia de forma íntegra.
Éste es el desafío que las autoridades actuales, Dr. José Orellana, Mg. Eleana Nagua y Mg. Patricia Chimbo, se han planteado ejecutar. En estos días, precisamente junto a la planta docente se encuentran elaborando los componentes del Proyecto Educativo Institucional, proyecto al que toda la comunidad educativa está invitada a integrarse y participar, porque es un proyecto en permanente construcción, en el que todos hacemos parte de él…
Hoy se pretende hacer realidad, el sueño de tener una escuela que más allá de la tradición e historia, sea una escuela líder de la región, que imparta los conocimientos para interpretar nuestro tiempo y entorno. Que nuestros estudiantes, desarrollen su pensamiento crítico para dar respuesta a los desafíos sociales, en definitiva, una escuela que forme a las mujeres y a los hombres comprometidos con el verdadero cambio que necesita la sociedad. Para esto, estamos planteando que los estudiantes no se limiten a recibir clases, sino que también participen en el diseño de ellas; que se manifiesten, como antaño fue una regla, en torneos de oratoria, de composición literaria; de cerámica; de expresión corporal. Para esto, buscamos acoplar los denominados proyectos escolares en talleres, foros y concursos.
Pero un plantel educativo no solamente es un mundo histórico y académico. También hay necesidades materiales que solventar, aspectos operativos que realizar. Hasta la década del setenta del siglo XX, la escuela ostentaba con orgullo una edificación para la época grandiosa, en la esquina principal y planta baja estaba la biblioteca, mientras que en la segunda planta se localizaba el Teatro 13 de Abril, de esa arquitectura hoy podemos admirar tan solo una tercera parte que, si bien no como debe ser, ha sido restaurada por el Instituto de Patrimonio Cultural. En la actualidad, la infraestructura existente resulta insuficiente e inadecuada para albergar alrededor de 1800 estudiantes que se educan en las secciones matutina y vespertina. Por lo que es urgente la intervención estatal para aprovechar los terrenos recuperados en el año 2014 de una institución vecina, aclarando que, estos terrenos históricamente le pertenecieron a la escuela Miguel Riofrío. Cabe resaltar que esta acción, se cumplió con la participación padres de familia, estudiantes y directivos presididos por los licenciados Juan Ontaneda, Judith Rodríguez, y Oscar Efrén Torres.
Es de esta manera que queremos recordar y honrar la historia gloriosa de nuestra institución, lo cual es honrar a nuestra ciudad, a la provincia y a la patria. En el contexto de esta tarea, reitero, los Directivos actuales, Dr. José Orellana, Mg. Eleana Nagua y Mg. Patricia Chimbo; que, desde el mes de marzo del año 2018, dirigen nuestro plantel, y a quienes la planta docente y administrativa han ofrecido el apoyo.
Actualmente la escuela cuenta con 1800 estudiantes que cursan desde inicial hasta educación básica superior. Laboran 70 docentes y 4 administrativos.
Finalmente, insisto, la escuela nace al fragor de la lucha liberal, liderada por El General Eloy Alfaro y lleva su nombre en honor a otro luchador por la justicia social, el Dr. Miguel Riofrío.


domingo, 20 de enero de 2019

Volver a verte


Cuando llego a aquella casa,
cualquer día, y no te veo;
aún te busco desde patio,
a la cocina para darte un beso.
Aún percibo tu presencia
en cada mueble, y en cada cosa;
y te siento canturreando
entre jazmines, geranio y rosa.
¡Cómo añoro tu sonrisa
cariñosa a cada paso!
Y concervo con amor cada recuerdo
de aquellos años, aquellos años;
que ya se fueron,
¡ay quién pudiera parar el tiempo!
Parar el tiempo,
y sentirme de repente,
como un niño nuevamente,
entre tus brazos;
parar el tiempo,
y escuchar por un momento,
tus palabras del consuelo,
para mi llanto.

Volver a verte,
que otra vez me regañaras,
si a la vuelta del colegio,
yo no estudiaba;
¡que mala suerte,
que ya no pueda volver a verte!...
El vacío que dejaste con tu marcha,
dejó mi alma,
tan oscura

martes, 1 de enero de 2019

Educación para el Desarrollo de los Pueblos: Una Mirada Emancipadora

Introducción

En el actual contexto de crisis estructurales–ambientales, sociales, económicas y culturales–, la noción de “Educación para el Desarrollo” exige una revisión profunda desde perspectivas críticas. Lejos de ser un concepto neutral, el desarrollo ha sido instrumentalizado para legitimar relaciones de dominación. Desde una mirada emancipadora y marxista, la Educación para el Desarrollo no debe ser entendida como un dispositivo técnico-administrativo ni como un mecanismo de adaptación al mercado, sino como una praxis liberadora, enraizada en la historia de lucha de los pueblos por su autodeterminación y dignidad.

La educación como terreno de disputa ideológica

La educación no es un espacio neutral; es un campo de lucha en el que se disputan sentidos, valores y proyectos de sociedad. En el marco del capitalismo, ha sido capturada por una lógica funcionalista que exalta la eficiencia, la competitividad y el emprendimiento, despojándola de su dimensión ética y política. No obstante, desde diversas resistencias –sindicatos docentes, movimientos indígenas y pedagogías críticas–, se ha venido gestando una alternativa: una educación popular que concibe el desarrollo como proceso colectivo de liberación, y no como simple modernización económica.

Desarrollo y dominación: crítica a la narrativa hegemónica

El discurso dominante presenta el desarrollo como un proceso lineal, deseable y medible, al que todos los países deben aspirar siguiendo un modelo único: capitalista, eurocéntrico y extractivista. Esta visión ha servido históricamente para justificar la explotación del Sur Global y la imposición de políticas neoliberales a través de organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial.

Desde el enfoque marxista, el desarrollo capitalista no es incluyente ni armónico, sino profundamente desigual, basado en la acumulación por despojo y en la subordinación de las clases trabajadoras. La verdadera pregunta no es si los países están avanzando, sino quién se beneficia de ese avance y a qué costo humano y ecológico. En este sentido, la Educación para el Desarrollo debe contribuir a la comprensión crítica de estas desigualdades y a la organización colectiva para superarlas.

Más allá de la Agenda 2030: sostenibilidad y justicia social

La Agenda 2030 y sus Objetivos de Desarrollo Sostenible proponen erradicar la pobreza, garantizar la educación de calidad y frenar el cambio climático. Sin embargo, estos objetivos corren el riesgo de convertirse en meras declaraciones si no se confrontan las raíces estructurales del capitalismo global, responsable de las crisis que se pretenden resolver.

Desde una perspectiva marxista, el desarrollo sostenible solo es posible mediante la transformación radical de las relaciones sociales de producción y propiedad. Esto incluye democratizar el acceso a recursos esenciales –tierra, agua, energía, conocimiento–, y erradicar las opresiones estructurales como el colonialismo, el patriarcado, el racismo y el clasismo. La educación, por tanto, debe ser un instrumento de concientización, de articulación de luchas y de construcción de alternativas desde abajo.

Voces silenciadas: pueblos originarios y saberes emancipadores

Los pueblos indígenas y campesinos han sido históricamente excluidos de los modelos de desarrollo impuestos desde el poder. En nombre del progreso, han sido objeto de despojo, desplazamiento y violencia. Sin embargo, también han resistido, preservando prácticas comunitarias, conocimientos ancestrales y formas de vida alternativas al modelo capitalista.

Organizaciones como la CONAIE y la UNE han impulsado una pedagogía crítica, territorial y política, que revaloriza los saberes propios y la lucha social. Esta educación no concibe el aprendizaje como mera transmisión de contenidos, sino como proceso político de recuperación de la memoria, afirmación cultural y construcción de autonomía. En este marco, el kichwa, el shuar o el awapit no son lenguas folklóricas, sino vehículos de pensamiento, resistencia y creación.

La escuela pública como espacio de resistencia

En contextos empobrecidos, la escuela pública no solo cumple funciones educativas, sino que se convierte en refugio y en trinchera de resistencia. Docentes de zonas rurales y periféricas enfrentan día a día múltiples formas de injusticia –hambre, violencia, discriminación–, y lo hacen desde una ética pedagógica profundamente comprometida con la transformación social.

Inspirados en Paulo Freire, estos educadores no buscan domesticar conciencias, sino acompañar procesos de liberación. Frente a la educación bancaria, que cosifica al estudiante, se plantea una educación dialógica, en la que el conocimiento se construye colectivamente. Desde esta perspectiva, el maestro no puede ser neutral: debe tomar partido por los oprimidos y actuar como militante de la conciencia y del saber popular.

Tecnología, inteligencia artificial y nuevas formas de enajenación

El avance de la inteligencia artificial en la educación plantea desafíos que deben analizarse críticamente. Aunque estas tecnologías pueden tener un potencial democratizador, actualmente están al servicio del capital transnacional. Plataformas, algoritmos y sistemas de vigilancia digital son diseñados por corporaciones que responden a la lógica del lucro.

La educación no puede reducirse a procesamientos automáticos ni a indicadores cuantitativos. Aprender implica construir sentido, establecer vínculos y desarrollar pensamiento crítico. La tecnología debe estar al servicio de la emancipación, y no de la enajenación. Para ello, los pueblos deben recuperar el control sobre el desarrollo científico-tecnológico y orientarlo hacia las necesidades colectivas, no hacia la acumulación privada.

Contra la educación neoliberal: por una escuela del pueblo

El modelo neoliberal ha transformado la escuela en empresa, a los estudiantes en consumidores y a los docentes en operadores. Se ha reemplazado la solidaridad por la competencia, el pensamiento crítico por resultados estandarizados. Ante este panorama, urge reivindicar una escuela del pueblo: pública, gratuita, intercultural y liberadora.

Esta escuela no debe formar “capital humano”, sino sujetos históricos, conscientes de su realidad y capaces de organizarse. Su currículo debe construirse desde las comunidades, incorporando sus saberes, lenguas, luchas y memorias. Solo así será una herramienta para la transformación social y no para la reproducción de la dominación.

El rol del Estado y la centralidad del poder popular

La educación como derecho no puede depender del mercado; requiere del Estado como garante del bien común. Exigir un presupuesto digno para la educación –como el 6 % del PIB– no es una demanda corporativa, sino una lucha por la soberanía y la justicia social.

No obstante, el Estado por sí solo no es suficiente. Es imprescindible construir poder popular desde abajo: articulando movimientos sociales, comunidades educativas y organizaciones campesinas e indígenas. La Educación para el Desarrollo debe ser democrática, popular y transformadora, capaz de formar sujetos que no solo comprendan el mundo, sino que lo transformen con conciencia y acción colectiva.

Conclusión

Educar no es preparar para un futuro abstracto, sino sembrar en el presente las semillas de una sociedad distinta. Desde una perspectiva emancipadora y marxista, la Educación para el Desarrollo de los pueblos es una práctica de libertad, una estrategia de lucha, un compromiso con la vida.

En un mundo marcado por la crisis civilizatoria y la desesperanza inducida, la pedagogía crítica se convierte en una necesidad urgente. Como afirmaba Paulo Freire, “la educación no transforma el mundo, transforma a las personas que van a transformar el mundo”. En esa transformación radica el verdadero desarrollo: no un camino impuesto desde arriba, sino un proceso construido desde abajo, con conciencia, lucha y esperanza