jueves, 30 de junio de 2016

La Asamblea ha convertido al gobierno en un aparato de poder neoliberal

A casi diez años de la revolución ciudadana y en medio de una adelantada campaña electoral, en la mayoría de partidos y movimientos políticos, pero más en el movimiento de las mentes lúcidas, los dirigentes no pueden esconder su estado anímico, aunque sigan alimentándose de glorias pasadas o de consignas populistas.
La dirigencia verde agüita tiene muy claro que sus posibilidades de mantenerse como la primera fuerza política del país ha dado un giro irreversible. El miedo se olfatea en los cargos públicos que ocupan mientras en las débiles bases la desconfianza aumenta en razón de que sus aspiraciones personales de trabajo no se cumplen.
A pesar de que las encuestas oficiales reflejan que siguen siendo la primera fuerza, en la práctica se evidencia lo contrario, ya no es sólo la prepotencia del régimen, la persecución a la oposición, la criminalización de la protesta social o el aumento de impuestos; hoy se aprecia como la corrupción en las altas esferas del poder se oculta no tanto porque puede causar daño al gobierno sino por el temor a los poderes financieros, a los que en la práctica mandan sin presentarse a elecciones.
El escenario político y electoral que enfrentan los de las manos limpias es entendido en toda su amplitud, ellos saben que su debilitado aparato mediático que desde las sabatinas intenta más que informar su actividad administrativa, desprestigiar a la oposición calificándola de "enemigos de la revolución". Nos hemos acostumbrado a las escenas cantinflescas y proselitistas al estilo populista que caracteriza al Presidente Correa.

Resulta fácil hablar acerca del carácter “revolucionario” del movimiento oficial, sus líderes nos ha demostrado un desconocimiento acerca de la historia del movimiento obrero y de las luchas sociales, por lo que no se requiere de mayor esfuerzo para responderles, basta una mirada a la forma neocapitalista de cogobernar con la partidocracia a la que dicen combatir, así como a su endeble pensamiento ideológico puesto de manifiesto en los últimos tiempos.
La mayoría absoluta en la Asamblea, pero aún más, las decisiones que allí se toman a pulso de botón han convertido al gobierno en un aparato de poder neoliberal, la tarea legislativa y de fiscalización se orienta desde Carondelet o desde instancias ajenas a los asambleístas, es decir desde afuera se adoptan las reformas sociales, económicas y laborales más dañinas para las clases populares judicializando para ello el nivel de contestación en las calles.

domingo, 26 de junio de 2016

Crisis tiende a agudizarse al mismo ritmo que unidad ciudadana se fortalece

Como se sabe, el éxito de un sistema político y de un gobierno, depende en gran medida de la calidad de vida que disfrutan los ciudadanos. Gobierno y pueblo deben tener claro que la infraestructura de vialidad, de educación, de salud y más servicios públicos obviamente es importante, pero más lo es, el pleno disfrute de los derechos y garantías constitucionales.
Los trabajadores y sectores sociales de base, no pueden olvidar que las conquistas populares que aún quedan, se lograron a fuerza de grandes luchas en medio de la represión de los gobiernos capitalistas dependientes y apéndices del sistema imperialista, que ahora más que nunca pretende seguir ahogando o al menos restringiendo esas conquistas. 
Lamentablemente en Latinoamérica y más aún en el Ecuador la educación ciudadana y política es muy débil. Surge entonces la necesidad imperiosa de concienciarse y organizarse para conformar organizaciones con una visión y contenido ideológico, político y cultural capaz de liderar y coordinar el conjunto de sus reclamos y de sus luchas, hoy acalladas por la prepotencia y la persecución del régimen sumiso al capitalismo internacional.
Por todo el Ecuador escuchamos cada día, aunque aisladamente y quizá de manera parcial, los cuestionamientos al gobierno por la disminución de sus derechos y de su calidad de vida, en contraste con el entreguismo o silencio hacia los causantes y sostenedores del sistema imperante. Vemos también cómo sectores del pueblo ganan en conciencia y organización. La lucha de los maestros jubilados demuestra el inicio de un nuevo período de combates sociales. Sin embargo hay que entender que ellos, los jubilados solos no podrán llevar adelante de manera significativa su lucha anticapitalista y de recuperación de la dignidad popular.
Las organizaciones gremiales que pese al esfuerzo del gobierno de la revolución ciudadana, no han dejado de existir, aunque hay que reconocer que han perdido incidencia y sus características actuales son distintas a las de los gobiernos anteriores, aun así, junto a los estudiantes universitarios son un sector importante y decisivo en la lucha popular, para emplazar y exigir a los gobernantes respecto del estado de crisis imperante.
Lo cierto es que, la situación actual tenderá a agudizarse al mismo ritmo que el germen de la unidad se fortalece, porque sin ellas y sin la unidad no es posible la coordinación de estrategias populares para cambiar radicalmente las bases para construir la patria nueva.

sábado, 18 de junio de 2016

De mejor amigo del hombre a una molestia social

Los perros vagabundos son un inconveniente en todo el mundo, en especial en las medianas y grandes ciudades. Todos, de una u otra forma hemos dejado que los perros vagabundos aumenten sin ningún control. Por lo que los municipios y las autoridades de salud, lamentablemente llegan a métodos muy crueles para el control de perros abandonados.

En nuestra ciudad, la gran cantidad de perros vagabundos o abandonados causan daños a la higiene y la propia estética de la urbe, puesto que en su afán de alimentarse destruyen los depósitos de basura, que para variar, en no pocos casos se sacan con mucha anterioridad e incluso se dejan en cualquier lugar; además estos animales depositan gran cantidad de excrementos en la vía pública¸ convirtiendo estos espacios en fuentes de transmisión de diversas enfermedades e infecciones.
Esto se agrava porque los perros de la calle han adoptado un estilo de vida agresivo por la poca tolerancia que mostramos hacia ellos, lo cual crea la posibilidad real de que los ciudadanos, especialmente los niños sean atacados por estos perros, los cuales al no tener un adiestramiento correcto actúan de manera salvaje en su afán de defender su alimento y su territorio.
Por otro lado, los ciudadanos hemos desarrollado cierta maldad hacia estos y otros animales abandonados. Es común enterarnos y encontrarlos golpeados, atropellados y matados de manera cruel e intencional, erróneamente se considera que son un estorbo; incluso nos hemos enterado de abusos de tipo sexual que no se justifican bajo ningún punto de vista.
La comodidad de la gente, ha hecho que el problema de los animales vagabundos sea cada vez mayor. Si pudiésemos ponernos en su lugar quizás haríamos algo por ellos. Imagínenos tener que pasar hambre y frío y al mismo tiempo ser echados de todos lados por considéranos una molestia.
Es por tanto ineludible que desde la familia, la escuela y los medios de comunicación, todos sumemos esfuerzos para educarnos acerca de la tenencia responsable y afectiva de perros y otras mascotas. Con seguridad lograremos la disminución basura y heces fecales de perros en las calles, consecuentemente evitaremos así el ataque de aquellos perros que parecen potencialmente agresivos, lo cual además mermaría el sufrimiento animal, referente al maltrato físico y alimentación deficiente.
En fin, nuestra actitud bien puede contribuir a dar soluciones más factibles que el potencial peligro de sacrificar al mejor amigo del hombre.

sábado, 11 de junio de 2016

Un proyecto diferente “porque esta vez no se trata de cambiar un presidente...”



En la coyuntura actual el descontento popular crece pero no llega a ser capitalizado por las fuerzas de centro izquierda, posiblemente lo intentan. Pero todo se queda en la cacareada frase de que hay que recuperar la democracia y las libertades, y se queda allí, porque las mayorías populares no se benefician en nada, quizá de los sueños…
Con mucha claridad lo afirma el alcalde de Guayaquil, "la libertad hay que rescatarla, la democracia hay que rescatarla, y luego rescatar el modelo", rescatar un modelo de democracia y libertad para quién, para las elites, para la burguesía y a lo mejor para las clases medias, pero no para el pueblo de pie.
Es urgente entonces que las organizaciones populares junto a las fuerzas progresistas y de centro izquierda que participan de las manifestaciones contra alianza país, que pregonan el “fuera Correa fuera”, tengan un proyecto político más avanzado de transformación social y nacional, un proyecto diferente al anunciado y sobre todo, diferente al que apoyaron y el que hoy es ampliamente rechazado por el pueblo.
Porque parafraseando a los Inti Illimani, “esta vez no se trata de cambiar un presidente, será el pueblo quien construya un Ecuador bien diferente”. Está claro que no basta derribar o prohibir políticos marcados por la corrupción o por la falta de compromiso con el pueblo. Tampoco es válido enfocar las críticas no solo al Presidente Correa y a su movimiento, o a la derecha tradicional y remozada, porque en términos generales, ambos sectores siguen reproduciendo los mismos vicios, porque sólo están interesados en mantener sus prerrogativas y sus esquemas de poder. 
Es preciso que las organizaciones populares y quienes están interesados en un cambio profundo que dinamice y consolide la verdadera unidad para derrotar la crisis, para contar con la fuerza del pueblo que capitalice el descontento popular, para que de la clase trabajadora se junte de abajo hacia arriba, con objetivos innegociables, para que se haga efectiva la reducción de las desigualdades, para que se vivan los derechos fundamentales, para que se concrete la mejoría de todos los servicios públicos, para que se profundice la lucha contra todas las formas de explotación de los sectores marginados.
En fin el compromiso mayor de las organizaciones populares debe ser el de dejar de ser utilizados y exigir la construcción de una sociedad justa, igualitaria, equitativa, libre, democrática y soberana.

domingo, 5 de junio de 2016

Avanzar junto al pueblo hacia la recuperación de las libertades

En América Latina el movimiento pendular político ha sido corto e inclinado más a la derecha burguesa que a la centro izquierda. A raíz de la sospechosa y trágica muerte del Presidente Roldós, el Palacio de Carondelet ha tenido inquilinos de todos los colores, varios de ellos incluso desalojados sin previo aviso no tanto por el incumplimiento de promesas cuanto por, los intereses de los grupos de poder político y económico.
El actual Presidente, forzado más por su petulancia que por su capacidad, se jacta de vivir en el Palacio solamente en las ocasiones que por trabajo con su gabinete debe trasnochar. Al parecer trasnocharse por trabajo tanto a él como a sus colaboradores los ha hecho creer, que el contexto político social y económico del 2006 sigue igual. A una década de las arengas antimperialistas, buena parte de los ecuatorianos y ecuatorianas que anhelaban un cambio y una patria más equitativa en oportunidades de trabajo y dignidad, está desencantada.
El discurso izquierdoso, la facilidad de palabra y las obras que sirvieron inicialmente para unificar a los más diversos sectores progresistas y de izquierda al rededor del proyecto de revolución ciudadana ya no es el mismo. Ahora las actitudes y acciones equivocas son la razón para que el respaldo a su gestión vaya en decadencia, en especial por la prepotencia y persecución precisamente a los sectores que lo apoyaron. 
La pérdida de credibilidad se debe a la falta de combate a la corrupción y la derechización del proyecto inicial. El pueblo ecuatoriano ya no se sorprende de que la dirigencia y tecnocracia de AP impida de diferentes formas incluso a su propia militancia la efectiva participación democrática y protagónica en la construcción de la “patria altiva y soberana”. 
Ante estas circunstancias, las organizaciones sociales y políticas de raigambre popular, tomando conciencia del actual escenario político e ideológico, agrupadas en el denominado centro izquierda, se han planteado la tarea de construir un referente orgánico, un plan de Gobierno capaz de dar respuestas a la crítica situación que se vive en el país.
Es tarea ineludible de quienes conforman y apoyan al frente de la centro izquierda, tener la precaución de no caer en la tentación de juntarse sólo para cambiar de presidente sino para lograr la unificación de los más amplios sectores en función de cambiar la estructura política y avanzar junto al pueblo hacia la recuperación de las libertades.