domingo, 12 de junio de 2011

“La Calidad de la Educación (no) está en Marcha”

Desde la Dictadura Militar de Rodríguez Lara hasta el “Gobierno de la Revolución Ciudadana”, los Presidentes de la República y sus Ministros/as de Educación han venido repitiendo la “arenga” de que solamente una educación de calidad permitirá el desarrollo del país. No se puede desconocer que el actual gobierno intenta –aunque sin el éxito deseado- a través de una nueva forma de gestión disponer de las herramientas apropiadas a fin de hacer de los principios de “equidad social, territorial y regional para que todas las personas tengan acceso a la educación” su principio más esencial.
He sostenido que la presencia de la escuela tiene sentido si brinda oportunidades a la niñez y juventud para un aprendizaje consiente y si coadyuva acciones con la comunidad para mejorar las condiciones de vida de sus pobladores. Éstos son los parámetros para medir la calidad de la educación, desde el gobierno de dice que “ya está en marcha”. Si se refieren a las políticas del Plan decenal, éstas resultan insuficientes, por lo que, más que enunciarlas e incluso impulsarlas, es preciso reformularlas y diferenciarlas.
Los “expertos en educación” no quieren entender, que en cuanto a la calidad educativa “la revolución ciudadana (no) está en marcha” ni lo estará, en tanto no acepten que para que ello suceda, hay que incorporar cambios con una perspectiva diferenciada y no solamente de igualdad que no es lo mismo que equidad. Por ejemplo la pobreza promedio en un distrito educativo no dice mucho, pero si examinamos esta situación en un barrio marginal desde una óptica diferenciada, las cifras pueden resultar reveladoras y la anhelada calidad educativa seguirá siendo una fantasía.
Hoy es tarea prioritaria del gobierno y de los actores sociales, consensuar los referentes mínimos para mejorar la calidad educativa, tales como programas agresivos de inserción e inclusión, de nutrición, de promoción de la lectura, de un programa de capacitación en los aspectos y en los elementos que conforman la práctica docente, obviamente a partir de diagnósticos reales y no desde una supuesta necesidad pensada por “tecnócratas de escritorio”. Está “prohibido olvidar” que la reciente experiencia de evaluación a estudiantes, docentes e instituciones, cuyos resultados son insuficientes para comprender la problemática educativa, fue utilizada para desacreditar a los docentes y a su gremio.
El Código Orgánico de Ordenamiento Territorial Autonomía y Descentralización (COOTAD) cuyo objetivo principal es potenciar la descentralización; y, el Estatuto Orgánico de Gestión Organizacional por Procesos del Ministerio de Educación, brinda la oportunidad a las Autoridades Zonal y Provincial de Educación para volcar sus esfuerzos en la coordinación y realización de tareas diferenciadas que atiendan las características de los distritos y circuitos educativos e incluso de cada comunidad, tomando en cuenta que una educación de calidad, tendría que empezar por garantizar el acceso a la educación en condiciones de equidad.
La comunidad espera que la nueva organización territorial y la zonificación de la educación permitan superar los obstáculos que impiden el desarrollo e identificar las deficiencias propias de cada comunidad, con la finalidad de reformular la política educativa e implementar medidas específicas y descentralizadas.
Finalmente parafraseo a Paulo Freire, recalcando que “es posible otro mundo si los docentes dejan de ser endebles e indecisos…si se vinculan de manera fraterna con el pueblo, si se exigen a sí mismos la reflexión de su práctica cotidiana… y si sin dejar de luchan por la unidad gremial luchan por una educación liberadora”.